La vida de un cambia formas lobo en la era moderna era bastante complicada.
Antiguamente solía ser un poco más sencillo esconderse entre los humanos, sobre todo porque en ese tiempo existían grandes bosques en los que podían dejar a su lado animal salir y luego regresar al mundo normal como si nada hubiera sucedido.
Ahora no.
Los lobos se vieron obligados a cambiar su estilo de vida y aprender a adaptarse para vivir en paz. Ser descuidado podría costarles caro, por eso los alfas líderes de distintas manadas crearon reglas que siguieron respetando a través de los años. Una de ellas era la carrera de plenilunio, durante una noche de luna llena toda la manada se reunía para tener una carrera en un terreno libre, conseguir paz con su lobo y regresar a la vida humana después.
Yeosang se consideraba normal para su especie, justo como todos, disfrutaba de su lado humano y su lado animal en partes iguales. Por eso se acoplaba a las reglas y soportaba las ansias de su lobo durante todo el mes hasta que esa noche llegaba.
Hoy era esa noche y aunque su lobo se alegraba por la eventual libertad, él se sentía terrible.
—Esta es la última, hyung.
Yeosang levantó la vista de su teléfono y miró a Jongho, el beta terminó de acomodar la última caja de obsequios rechazados en la parte de atrás de la camioneta de Yunho.
Estaban preparándose para partir hacia la carrera de plenilunio y como era habitual, Yeosang tenía que cargar con el montón de regalos que debía devolver a los alfas que lo cortejaban. La situación no era cómica, más bien era ridícula, cada vez se le hacía más insoportable tener que reunirse con ellos y repetir un seco: "No, lo siento."
Por eso se sentía terrible.
Se suponía que la carrera de plenilunio era una noche para divertirse y dejar a su lobo libre, no para sentirse como un trofeo que su manada buscaba ganar a toda costa. Gracias a eso comenzaba a despreciar la carrera de plenilunio aunque antes era una de las veladas que más amaba.
—Gracias por ayudarme, Jjongie. —Yeosang dejó un par de palmaditas en su hombro—. Sabes que no debías hacerlo, ¿cierto?
Yeosang estaba bajando la primera caja cuando se encontró con Jongho en el pasillo. Estaba desanimado por culpa de los alfas que lo cortejaban, pero trató de formar una sonrisa para Jongho y saludarle como merecía. Solo que Jongho no contestó, en su lugar le arrebató la caja para llevarla él mismo hacia la camioneta y Yeosang no pudo hacer más que seguirlo.
Una vez allí, el beta le ordenó quedarse esperando junto a la camioneta mientras hacía todo el trabajo.
—No te preocupes, hyung. Solo quería ayudarte.
Jongho sonrió amablemente y Yeosang le devolvió la sonrisa, al menos era feliz sabiendo que se preocupaba por él.
Solo que su sonrisa de borró cuando regresó a ver la camioneta repleta de regalos ostentosos, ahí no pudo evitar gimotear de la pena, tanto el humano como el lobo omega se sentían tristes y mortificados por culpa de ese desastre.
ESTÁS LEYENDO
• Midnight Alpha • [JongSang]
أدب الهواةKang Yeosang es el omega más anhelado de la manada y eso no es secreto de nadie, su casa amanece rodeada de presentes ostentosos por parte de alfas y su nombre está en boca de todos, pero a él no podría importarle menos. Lo único que le interesa es...