La fantasía era maravillosa.
Yeosang aprendió eso desde que era un niño que pedía prestados los libros de su hermana para empaparse con literatura adolescente repleta de cosas fantasiosas. Le gustaba meterse entre las paginas y soñar con algo que podía ser, pero que estaba demasiado fuera de la realidad.
Si lo pensaba de ese modo, tal vez fue por eso que se entusiasmó tanto con la naturaleza fantasiosa de su propio mundo. Los humanos solo podían soñar con ser como ellos, así que se sentía como un pequeño secreto del que era parte. Eran una raza oculta que muchos humanos tacharían de maldita, pero que al mismo tiempo era mágica, justo como la fantasía.
Y si había algo que la fantasía provocaría en la cabeza de un adolescente hormonal, eso sería un sueño mágico. Solo que ellos sí podían llevar eso a la realidad.
Un compañero era un alma que encajaba a la par de sus lobos interiores, una persona que se volvería su debilidad y al mismo tiempo, su protección.
Por supuesto que acabaría obsesionándose con eso en cuanto lo escuchó, perdiéndose en la idea de que su compañero destinado era la fantasía mágica romántica vuelta una realidad en bandeja de plata.
Ser expulsado de su propia manada fue un golpe bajo que le obligó a poner los pies en la tierra, pero que al mismo tiempo le hizo desear con más fuerza que ese alguien apareciera.
Porque un compañero para ellos era una realidad, no solo una fantasía.
Sin embargo, después de tanto tiempo descubrió que no necesitaba la magia que tener un compañero conllevaba.
Él había encontrado la propia magia en lo ordinario.
No encontraba otra forma de decirlo, era mágico derretirse entre los brazos de alguien solo por un beso, y no importaba que ese alguien no estuviera destinado a él.
Yeosang, en su cabeza soñadora, no pudo hacer más que gran parte de la noche cubriendo sus propios labios con sus dedos, presionando apenas un poquito solo para ver si su cuerpo podía reaccionar de la misma manera en la que hizo cuando Jongho le besó.
No lo consiguió, pero si pudo recordar el calor y la suavidad, el deseo siendo llenado por fin.
Fue como una marca imborrable en el alma.
¿Entonces con qué derecho iba a decir el destino que esto no era para ellos?
Yeosang hizo lo posible para no sonreír de nuevo, pero no lo consiguió. Desde que regresaron de la carrera de plenilunio se la había pasado dando vueltas en su cama deshecha, rememorando, pensando y suspirando en un círculo interminable sin fin.
Es decir, no pensaba hacer un movimiento después de poner su cabeza en orden y aceptar que Jongho tenía más de lo que debería de su corazón, pero es que el momento parecía tan perfecto. Jongho le protegió sin pensarlo dos veces y Yeosang pudo encontrar algo de consuelo en su charla mientras sanaba cada herida en su piel, eso acompañado de una noche tan silenciosa le hizo creer que debía avanzar.
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• Midnight Alpha • [JongSang]
FanficKang Yeosang es el omega más anhelado de la manada y eso no es secreto de nadie, su casa amanece rodeada de presentes ostentosos por parte de alfas y su nombre está en boca de todos, pero a él no podría importarle menos. Lo único que le interesa es...