"Persuadido" [Akagami No Shankusu x Lectora] [4]

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Capitulo doce.

Shanks se había marchado.

Habían pasado exactamente seis meses desde su partida y aún le costaba no pensar a cada segundo en el pelirrojo del cuál no había sabido nada de él.

Miró a su hermana la cuál sonreía alegremente junto a un chico de piel morena el cuál le devolvía una mirada transparente, tan transparente que hasta ella sabía de que el moreno estaba enamoradísimo de su hermana.

Su hermana era tan estúpida que aún no se había enterado de el gran aprecio que le tenía aquel moreno. Aún así no se quejaba, después de todo ella había tardado años en notar como el pelirrojo le sonreía y le miraba.

«Supongo que es de familia.» fue lo que pensó mientras se levantaba de su asiento y salía del pequeño bar mientras se dedicaba a suspirar de aburrimiento.

Nuevamente sus pensamientos divagaron en su atractivo pirata.

¿Qué estaría haciendo en esos momentos?

—¡Shanks!— exclamó yasopp chadqueando sus dedos frente al rostro de su perdido capitán el cuál pareció entrar en si ante el gesto.

—¿Si?

— No me estabas escuchando.— bufó fastidiado.

—Claro que si.— mintió.

—Ajá.

—No estoy de humor, quiero descansar.— añadió quejoso.

«Quiero verla..»

—Eres Akagami no shankusu eres uno de los cuatro emperadores de todos los mares, además de ser demasiado fuerte

—¿Y eso qué?

—¡Estás perdiendo la cabeza por una simple mujer shanks!

—¡Hey!— reclamó levantándose.

—¿Qué?

—No es cualquier mujer.— refutó mirandole fijamente a los ojos, —¿Acaso no has Sido testigo?

—¿Testigo de qué?— cuestionó cruzándose de brazos.

—De cómo uno de los cuatro emperadores de los mares se ha vuelto un debilucho cuando ella no está.— murmuró saliendo de lo que parecía ser una taberna, —Mierda quiero verla...No tienes idea cuánto quiero verla yasopp...

Su Nakama suspiró.

Ese tipo estaba realmente vuelto loco por esa mujer y esa era una mala noticia. No por qué su capitán no tuviese el derecho de amar a una mujer si no más bien el comportamiento que había tomado el pelirrojo con el pasar de los días.

Era como si los sentimientos que tenía hacia aquel cazadora lo volviese vulnerable tal como a él le pasó en algún momento de su vida, pero al fin y al cabo terminó zarpado de cierta isla, dejando a un hijo atrás el cuál estaba seguro que debía ser igual de "responsable" que él.