"Persuadido" [Akagami No Shankusu x Lectora] [4]

THE END

Capitulo trece.

"Final"

Su corazón se detuvo por una milésima de segundo al reconocer aquella grave y rasposa voz a sus espaldas. Su respiración dejó de ser tan tranquila como hace unos segundos atrás y el cigarro que tenía en sus labios había terminado en el suelo.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al sentir como los pasos de aquel pirata resonaban cada vez más cerca de ella. Su acelerado corazón parecía haberse vuelto loco porque bombeaba de una forma sofocante.

— Hola primor..— Susurró contra su oído.

La castaña tuvo el gran impulso de voltearse y besarlo bruscamente, al punto de oírle quejarse pero no.

Era alta la atracción y demasiada pero el rencor hacia el pelirrojo resulta ser más vivaz y anhelante que aquella atracción.

— Alejate pirata.— musito tajante.

Shanks sonrió abiertamente antes de obedecer y alejarse lentamente de esta.

—Ya está, ¿Podemos hablar?

—No.

—_____ por favor.. tan solo -

—¡Mi dama le traje el vino que me ha pedido!— exclamó el castaño anterior interrumpiendo por completo al pelirrojo.

Él castaño alzó una de sus cejas al divisar al pelirrojo y notar como su mirada se volvía amenazante.

— _____ chan, ese tipo me está mirando feo.— Murmuró colocándose detrás de la castaña.

—Vamonos.— musito ignorando al pelirrojo.

Shanks suspiró.

La había cagado y a la grande, pero eso no significaba que dejaría a un hombre acercarse a la cazadora.

—Bien, puedes irte primor pero él se queda.— añadió con una espeluznante sonrisa que aterró al pobre castaña.

—No me dejes, este tipo me quiere matar.— le Susurró atemorizado, —Tan solo fíjate en cómo me miraa..

______ miró de reojo al castaño antes de soltar un gran suspiro.

—¿A qué has venido Shanks? ¿A entregarme cartitas?— ironizó secamente.

—Vamos, yo tengo una buena razón para responder a eso.

—¿Cuál es?— cuestionó bruscamente, —Dime esa buena razón Shanks.

Él pelirrojo pareció dudar por unos segundos antes de tomarle de la mano.

—Acompañame.— musitó cabizbajo.

—No... — se negó intentando soltarse de su agarre, —Suelta.

—Te lo pido.— musito mirandole a los ojos de la manera tan única en que lo hacía, —Te prometo que te dejaré en paz y me iré si es lo que quieres.