Capitulo 3 (La Piedra Filosofal)

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31 de Agosto, 1990.


- ¡Por merlín! -gritó Edrielle- en dos días empiezo clases de hechicería, ¡aquí! por fin, después de tantos años de espera -dijo dramáticamente-.

- ¿Estás emocionada?

- ¡Como no voy a estarlo! conoceré a personas de mi edad. No tendré que esconderme de los estudiantes como lo he hecho durante años.

- Eso es porque has querido.

- Me sentía cohibida, todos eran mayores que yo, pero ahora todo será diferente -festejó bailando-

- Hagrid me ha dicho que mañana irán a comprar tus materiales.

- Si.

- Se han retrasado mucho -dijo el anciano- ¿Como has estado Edrielle?

- Diría que muy bien -dijo feliz-


Dumbledore sonrió, sabía que Hagrid estaba orgulloso de Edrielle. Estaba convencido de que sería una gran bruja.

Pero temía por ella, después de todo tenía sangre de Slytherin.


- Bien, fue un gusto visitarlo Dumbledore, espero verlo después.


Edrielle salió del despacho de Dumbledore y caminó tranquilamente por los pasillos del castillo, saludando a las pinturas y a los fantasmas que paseaban por el lugar.


Dos personas altas aparecieron, una mujer muy simpática quien la miró sorprendida y encantada. Su cabello era rubio, vestía toda de negro. Y el hombre, tenía cabello rubio y largo, daba ganas de tocarlo. Esa idea hizo que Edrielle riera.


- ¿Donella? -murmuró el hombre-


Edrielle alcanzó a escuchar solo un pequeño murmullo.

El hombre negó serio, agitó de forma extraña su capa, la cual pasó por encima de Edrielle y continuó caminando.

Edrielle decidió acelerar su paso dando pequeños brincos.


Draco se encontraba observando las pinturas, sintió pisadas acercándose. Se encontró con una niña la cual iba dando pequeños brincos mientras tarareaba.

La miró alejarse, pero ésta en medio camino se detubo y se giró hacia él. Su cabello era largo, ondulado y castaño. Su piel era blanca y tenía pecas alrededor de su rostro. Y sus ojos, ¡Por Merlín! eran....


La mirada que sentía era de un niño, al parecer de su misma edad. Sus ojos eran grises, muy claros. Su cabello era de un rubio platinado ceniza. Su piel era blanca como la nieve.

Edrielle ladeó la cabeza y lo miró con curiosidad.


Una sonrisa apareció en el rostro de los dos niños.


Edrielle empezó a caminar lentamente sin apartar la mirada del niño.

No sabía si irse o acercarse a él. Optó por la segunda, ya que era la primera vez que veía a una persona de su edad, además, sintió una simpatía.


- Hola, me llamo Edrielle -dijo amablemente-

- Hola, soy Draco -sonrió-

Indomable (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora