Cuando los hombres que permanecen fuera del castillo Lecter entran en las celdas y ven que Hannibal ha desaparecido, toman todas las armas que tienen a su alcance y empiezan a buscar al prófugo. El padre de Will, entre ellos, lleno de ira al descubrir que también su hijo se había marchado.
De eso, nada ha dicho al resto. Sabe lo que le harán a Will si se enteran que por decisión propia, escoge irse con ese malnacido.
En la habitación donde están las armas, Hannibal y Will permanecen en silencio mientras las voces de los hombres llenan cada estancia. La respiración de Will es agitada, y Hannibal es capaz de escuchar su corazón de lo fuerte y rápido que late.
- Calma - susurra -. Todo irá bien - le dice al joven.
Will asiente sin estar en absoluto seguro. Hannibal le sonríe para tranquilizarle y Will le devuelve la sonrisa. Si va a morir, piensa, al menos que sea en su compañía. Ahora lo ve claro. Prefiere unos últimos instantes con Hannibal a una vida larga sin él. Alarga la mano y aprieta la suya.
- Hannibal... - la voz de Will es como el viento -. Te amo.
- No es el fin, Will. Aún no.
Will resopla.
- No lo digo por eso.
Que Will esté expresando lo que siente en estos momentos puede ser por la excitación al saberse acorralado. Por temor a morir hoy. Por que se siente desorientado. Pero, también, puede ser porque realmente es lo que siente. Hannibal tiene plena consciencia de sus sentimientos hacia el joven casi desde que le vio entrar por la verja del castillo, pero nunca ha estado tan seguro de su reciprocidad. No después de todo lo que él le ha hecho. En su mente los momentos que se ha aprovechado de Will sin él saberlo, de todos aquellos donde le ha maltratado siendo consciente de cada golpe, de cada herida, de la sangre. Hannibal sabe perfectamente que si pudiese volver atrás, repetiría cada uno de esos momentos.
- ¿Sabes usar esto? - le pregunta, alcanzándole una espada corta.
- Clávalo por la punta - responde Will, riendo.
- Sí, eso es lo básico. Cógela, quiero ver si pesa demasiado.
La espada en manos de Will es perfecta. Hace varios movimientos y Hannibal asiente. Quizá no sea el mejor espadachín del mundo dada su condición de granjero, pero es rápido y Hannibal espera que esa rapidez sea su mejor baza. Si consiguen salir de ahí, debe enseñar a Will a defenderse.
- Hannibal...mi padre...
- Estará entre todos esos hombres, buscándonos. Ya debe haberse percatado de que no estás.
- Si nos cruzamos con él... - Will agacha la cabeza -. Es mayor, Hannibal...
- No tendré piedad.
Lo dice con una tranquilidad que asusta. No va a tener misericordia con nadie que se cruce en su camino. Por culpa del padre de Will ha pasado todo esto. Por culpa del padre de Will, ha estado separado de él semanas. Por culpa del padre de Will su castillo está en manos de gente que no merece el título de personas para él. Son menos, son carne a la que dar caza.
- Por favor, Hannibal. Te lo estoy suplicando.
- No. No voy a ceder en eso.
Will no insiste más. Espera que Hannibal no tenga razón y su padre no esté con la multitud. Es muy mayor, no puede coger nada ni alzarlo por encima de la cabeza. El padre de Will es un blanco fácil para cualquier persona que sea más joven que él y, dadas las circunstancias, son todos los presentes.
- Todavía puedes regresar - dice Hannibal.
- No. ¿Qué parte de te amo es la que no entiendes?
Las voces de los hombres se alejan, es el momento perfecto para salir del escondite. Con Hannibal en la cabeza, Will aferra la espada tan fuerte que su mano está casi blanca. Tiene miedo. Sigue a Hannibal que camina rápidamente, deteniéndose entre pasillos esperando encontrarse con alguien. Ni siquiera se oyen pasos, ni voces, absolutamente nada, pero Hannibal no puede confiar en eso. Siempre hay rezagados o, mejor dicho, siempre hay alguien un poco más inteligente que los demás que sabe que cuanto menos ruido haga, mejor.
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El Conde Lecter (COMPLETA)
FanficLa maldición Lecter corrió como la pólvora entre las aldeas circundantes. El Conde Lecter lleva más de 40 años en su castillo, recordando tiempos pasados junto a su sirvienta Chiyoh. Un día un joven irrumpe al otro lado de la verja, y Hannibal, sin...