9 meses después
NARRA GAVI
- Buenos días amor - me dijo Paula despertando a mi lado
- Buenos días - dije mientras que me desperezaba
Habían pasado 9 meses desde la última vez que vi a Juls. No despertaba, nadie confiaba en que fuese a hacerlo.
Hace 4 meses conocí a Paula, en estos 4 meses no me había hecho sentir lo que me hizo sentir Julia en menos de un mes, pero me hacía sentir bien y olvidarme de ella. O lo intentaba.
Lucía seguía con Pedri, se había venido a vivir a Barcelona, aunque iba cada dos semanas a Madrid para ver a su familia, a la de Juls y... y a ella. Yo no había sido capaz.
- ¿Bajamos a desayunar? - me preguntó mi chica
Asentí y nos vestimos, para posteriormente ir a la cocina, donde ya estaban Pedri y Lu.
Ella no estaba muy de acuerdo con que estuviese con Paula, decía que le iba a romper el corazón a Juls cuando despertara, ella estaba convencida de que iba a despertar. Aún así, estaba feliz por mi, aunque sé que era porque estaba con mi mejor amigo y no le quedaba otra.
- ¿Vamos a la playa hoy? - preguntó Pedri mirándonos
- Yo tengo clase esta tarde - dijo Pau haciendo un puchero
- Yo hacer la maleta - respondió Lu, hoy iba a Madrid
- Yo sí - le dije a Pedri
Desayunamos hablando y poco después nos despedimos de las chicas para ponernos el bañador e ir al coche, poniendo rumbo a la playa.
- ¿Crees que Lu me odia? - le pregunté cuando estábamos tumbados en la arena
- No, jamás lo haría, pero sabes lo que piensa acerca de tu relación - me respondió Pedri
- Pedri, eres la única persona que sabe lo mal que lo he pasado, no podía seguir así, la situación iba a acabar conmigo
- ¿Y si despierta? - dijo mirándome
- Seré el puto hombre más feliz del mundo - respondí
- ¿Y qué vas a hacer?
- No lo sé Pedri - dije cabizbajo
- En una semana es el cumpleaños de Lu, no sé qué regalarle - me dijo cambiando de tema, cosa que agradecí
- ¿No quería ir a París? - le pregunté
- Sí, pero quería que fuésemos los 4 - noté como me miraba con cara de pena y a mí se me revolvió todo por dentro - no creo que sea buena idea
Nudo en la garganta, de nuevo.
- ¿Y un viaje a otro sitio?
- También quería ir a Canarias a ver de nuevo a mi familia, pero no creo que eso sea buen regalo - me dijo
- ¿Maldivas? - le dije
- Lo había pensado, pero no estoy convencido - me dijo rascándose la nuca
- Tío sino algún festival, concierto... algo que vaya a disfrutar contigo y no ella sola como cualquier regalo
- Bueno, esta noche que ella se va a Madrid miramos en el ordenador - concluyó
- ¿Le hacemos fiesta sorpresa? - pregunté - sé que no está bien, pero así a lo mejor conseguimos animarla - sonreí
Pedri se quedó mirándome muy serio, y yo no entendía nada.
- ¿Qué? - le pregunté levantando los hombros
- ¿Y a ti quién te anima, Pablo? - dijo y me quedé blanco - conmigo no te hace falta fingir, sé que aún te duele
- Claro que me duele Pedri, con Paula estoy bien, pero daría todo por Julia, hasta estar yo en su lugar
- No digas eso - me dijo firme
- Es la verdad - dije - encima Susan sigue por ahí disfrutando y a mi me entran ganas de matarla
- Hasta que Juls no se levante no sabremos qué escondía, y aún así puede que sea tarde - dijo con voz triste
- ¿Tarde? Ha pasado 9 meses en coma, y lo que le queda si algún día se despierta - mi voz temblaba - cuando lo haga, te aseguro que esa zorra tendrá su merecido
- ¿Y si nos vamos a Madrid con Lucía? - me preguntó - creo que es momento de que su familia vea que aún deseamos que esté aquí
- Eso es una locura Pedri, ademas que si la veo se me va a romper todo - me sinceré
A romper todo, otra vez.
- Piénsalo, y piensa lo feliz que haríamos a Martí, no tenemos que irnos hoy, puede ser mañana - dijo
- No lo veo claro - dije
- Tú solo piénsalo - me repitió
La conversación se quedó ahí. Estuvimos un rato más tomando el sol y jugando a las palas, hasta que decidimos volver a casa porque Lu se iba en poco tiempo.
Ir a Madrid era una locura, y no iba a ser capaz de ver a Juls... no sin arrepentirme de no haberla esperado.
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Olimpiadas, ¿destino o casualidad?
Fiksi PenggemarJulia, 18 años, gimnasta artística desde los 7 años. Tras la presión del sueño frustrado de mi madre de nunca consiguió llegar a lo más alto, mi nombre y el de mi mejor amiga Lucía sonaban como el futuro español en gimnasia rítmica. Las jóvenes prom...