Mi primera vez (1)

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Yo creí que una sola vez en la vida se tenía una "primera vez"... Pero Steffan terminó con esa creencia. Con él, fueron muchas mi "primera vez"...

La primera vez, por ejemplo, que lo vi desnudo fue un momento que no olvidaré jamás.
Nunca, en mis dieciocho años, había visto a un hombre desnudo, como dirían, en vivo y en directo. Noches enteras de series bl, y kilómetros de mangas omegaverse, robadas de las librerías, no me habían preparado para lo que sentí aquella noche.

Hasta entonces, siempre venía sucediendo lo mismo. Yo, protegido por la oscuridad de un callejón cercano, mirando hacia el exclusivo condominio de su familia. Sabía cuál ventana era la de su dormitorio, y sabía siempre a la hora exacta en la que él se iba a dormir: entre semana, cerca de las once; los fines de semana, nunca antes del amanecer.

Pero aunque sabía todo aquello, nunca lograba vislumbrar nada. Unas oscuras y pesadas cortinas, desplegadas de par en par, no me permitían verlo.

Así que me conformaba con imaginar. Imaginaba su cuerpo, su boca, sus manos, sus ojos, sobre mí. Míos..., amándome, besándome,  acariciándome, mirándome.

Pero hubo una noche que fue distinta a las demás...
Las luces de su habitación se encendieron y las cortinas se abrieron de par en par. Temí que se asomara y me descubriera pero no lo hizo. Y antes de que me diera cuenta, lo vi completamente desnudo. Su piel trigueña brillaba húmeda por algo que él se untaba con movimientos lentos, suaves, sugestivos...

Saboreé mi boca sedienta como si lo estuviera saboreando a él...
En mi mente, mis labios recorrieron primero su cuello, luego bajaron a su pecho fornido y se distrajeron un momento con un piercing negro que sobresalía de uno de sus pezones.

Siguió untándose aquel líquido aceitoso en su vientre y bajó hasta su entrepierna. Sentí desesperación por enredar mis dedos en el bello que le cubría la pelvis.

De repente, sorprendiéndome, se  acercó más a la ventana mostrando por completo su erección.

Una desconocida, hasta ese momento, tempestad de fuego se  apoderó de mí, y me obligué a salír corriendo de allí antes de que la tentación me poseyera por completo y terminara trepado a su ventana.

Aquella primera vez que contemplé su cuerpo desnudo me dejó en vela la noche entera. Y recién al amanecer, cuando la Luna Llena desapareció del cielo, mi cuerpo dejó de sentirse afiebrado. El viejo colchón en el que dormía terminó empapado y  fui conciente de mi cuerpo pegajoso y de tener a Steffan desnudo grabado a fuego en mis pupilas, para siempre...

STEFFAN #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora