Un bocinazo persistente me sobresaltó.
—¡Llegó mi grúa!_ anunció Steffan, yendo hasta la puerta.
—¡Al fin! —exclamé aliviado mientras me ponía de pie.
Ya había comenzado a quitarme el buso cuando sentí sus manos sobre las mías.
—¡¿Qué haces...?!— exclamó acomodándome la ropa—¿Por qué insistes en desnudarte frente a mí?
Su sonrisa socarrona me hizo enfadar.
—Te lo estoy devolviendo...
—¿Y cómo irás mañana a clases, si tu ropa está mojada? ¿Desnudo? ¿Esa es tu estrategia para enamorarme?
No sé porqué tuvo que utilizar esa palabra. No pude evitar sonrojarme y agaché la cabeza para que no me viera. Esperé unos segundos y lo miré de reojo. Se había dado cuenta pues me sonreía con desfachatez.
Una nueva seguidilla de bocinazos volvió a sobresaltarme. Steffan caminó hacia la puerta y, sin mirarme ni una sola vez, salió a la calle.
Me sentí un tonto, porque después de todas las humillaciones que me había hecho pasar, me dolió que no se despidiera.Volví a maldecirme por lo bajo. Pero entonces, la puerta se abrió otra vez. Steffan se asomó y preguntó con voz de niño caprichoso:
—¿Tendrás algo para comer? Es que...no he cenado aún...
—Claro...— respondí con burla— Lo que quieras... ¿Qué te apetece...?
Pensó un segundo y luego dijo:
—Pizza doble de muzzarella...
— ¡Puaj! — exclamé, solo para llevarle la contraria.
Volvió a acercarse a mí, dando grandes zancadas y el corazón se me aceleró peligrosamente.
—¡¿Puaj?! No hay pizza en el mundo más deliciosa que una doble de muzzarella...
— La pizza con cebolla extra es la mejor del mundo...—dije tratando de que mi corazón no se me saliera del pecho.
¡Nunca lo había tenido tan cerca de mí...!
—¿De verdad te gusta comer eso?
Titubee...Me miró expectante.
— Parece rica...—dije— y el aroma es atrapante...
Frunció el ceño.
—¿Parece...?
—Nunca la he comido. —dije al fin— Pero estoy seguro de que sería mi pizza favorita...
Steffan se quedó en silencio, con sus ojos serios fijos en mí. Y a mí cada vez me costaba más respirar...
—Y supongo que...el helado de chocolate no te parece el mejor helado del mundo...—dijo como al pasar.
—¡Puaj!
La media sonrisa que me regaló hizo que mi pobre corazón se saltara un latido. No sé cómo logré seguir hablando:
—El helado de fresa...es el mejor del mundo. ¡Y sí lo he probado! Cuando era pequeño...una vez...
Steffan volvió a fruncir el ceño. Desvió la mirada hacia el colchón y señaló algo...
—Hablar de comida, me ha dado más hambre... ¿Me das tu sandwich, para el camino?
No me hubiera importado darle lo único que tenía para cenar. No me hubiera importado tener que dormir con hambre. Le hubiera dado cualquier cosa que me pidiera. Aún así, le respondí negativamente con la cabeza...
En cuanto él le diera el primer bocado a aquel sandwich, me miraría con repugnancia. Otra vez. Como lo había hecho antes. Y yo no lo hubiera soportado. Además, yo estaba acostumbrado a la comida en mal estado, pero él, no. Y no soportaría que enfermara por mi culpa.
—Quiero que me des tu sandwich...—otra vez hablaba como un niño pequeño y caprichoso.
Volví a negarme...
Adiviné sus intenciones pero él fue más rápido. Con una mano, y sin hacer el menor esfuerzo, me detuvo, y con la otra mano, tomó el sandwich y se lo acercó a la nariz.
Ver su intenso gesto de repugnancia, hizo que me volviera a dolor el corazón. Y sin decir nada, lo arrojó al suelo y lo pisó. Y se marchó, sin siquiera mirarme.
No podía creerlo. ¡Me había vuelto a humillar!
Me dejé caer, rendido, al lado de la comida pisoteada y comencé a llorar, burlado, mientras sentía otra vez la lluvia golpear con fuerza el techo que temblaba sobre mí...
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STEFFAN #PGP2024
RomanceEl Omega entrará en su primer celo...pero será por el peor Alpha que pueda existir... Omegaverse romance erótico bl (+18) Obra ganadora de la categoría Romance , concurso 2023 de Asociación Online de Escritores por el Mundo... (Diseño de portada @T...