El de la mala suerte

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El sonido de los sable láser chocando mantenían a Checo al filo de la pantalla.

Sus ojos brillaban emocionados ante la bella coreografía que la guerra de la galaxias le proporcionaba dentro de su televisor.

El omega se volteó con una sonrisa a mirar a Max, notando que este estaba empezando a quedarse dormido mientras se apoyaba contra su brazo.

La sonrisa de Sergio se desvaneció de forma lenta, convirtiéndose en una mirada anhelada.

Entendía que no podía pedir un amor Perfecto, pero al menos era sincero.

Y mientras se recostaba contra el pecho del neerlandés, le sintió enredar su brazo contra sus hombros, acercándolo a su toque.—¿Sigues despierto?— las palabras de Pérez salieron como un suspiro, sintiendo que a pesar de la cercanía de sus cuerpos, Max estaba a kilómetros de distancia.

—Sigo aquí.— Y eso fue suficiente para renovar su energía, para enredar sus dedos en los de Emilian y mirar encantado como este llevaba su dorso hacia los labios, dejando un beso casto sobre su mano.—Te amo.—

Y quería tanto creérselo que cuando la pequeña lágrima resbaló de su mejilla a su cuello, aspiró el aroma masculino de Max para acomodarse sobre el e intentar dormir para sobrellevar la pesadez de su corazón.

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Habían ido juntos a una junta con el equipo de Red Bull, las charlas y las estrategias para la nueva temporada entraban y salían de su sistema como información basura mientras su pareja lucía simplemente espectacular con esa gorra puesta y el gesto molesto ante lo que sea que el equipo le dijo.

¿Importaba realmente? Claro que no.

El omega ya se sabía de principio a fin que Max jamás le ayudaría en una carrera.

Había sido una de sus primeras discusiones ¿Y sinceramente? Ya había perdido la fe en ese asunto hace muchos años.

No culpaba a Max ¿Como podría el hacerlo? Entendía el hambre que su padre contenía ante su carrera truncada y las duras experiencias que Emilian vivió cuando era apenas un niño.

Tantas noches en donde subía la calefacción solo por que Emilian recordaba sus dedos congelados o los gritos de su papá.

Checo no podía culpar a Max por sentir esa necesidad insana de ser el número uno, pero no quitaba que dolía saber que el propio omega había abandonado sus propias metas para sacrificarlas en bien de Max.

Y eso estaba bien, sabía que no era el mejor dentro de las carreras, pero había muchísimo más que podía demostrar si le dieran el tiempo.

Y, Oh el tiempo.

La mano del moreno regresó a su vientre con un deje de melancolía, con esa imagen de pequeños niños corriendo dentro de la sala de su departamento con Max.

Niños llenos de pecas y ojos azules, con cabello castaño o sonrisas sinceras.

¿Qué necesitaba Max para dar el siguiente paso en su relación? ¿Cual era el truco en tenerlo entre tablas por tanto tiempo?

Sus sueños de una familia con el neerlandés seguían haciéndolo soñar despierto mientras Max seguía discutiendo con las personas de relaciones públicas, esos que estaban fúricos por las últimas acciones del alfa.

Sergio se puso de pie de forma discreta y salió de la habitación para sorpresa de todos.

La falta de la empatía le volvía a recordar que la gente tal ves no era tan buena como quería creer.

¿En que momento esa relación solo era de interés público para su alfa? Cada discusión y paso importante empezaba a ser elegido por el equipo de Marketing y Max, como si el ni siquiera estuviera dentro de la habitación.

Era mejor salir, respirar aire fresco, ignorar el ardor de sus ojos ante las inminentes lágrimas y sus sollozos lastimeros.

En algún punto empezó a correr.

Estaba seguro de ello por qué cuando chocó con Lewis Hamilton, el omega casi termina en el suelo de no ser por las fuertes manos del otro hombre, manteniéndolo pegado a su pecho.

Ese suave aroma a perfume y whiskey hizo sentir embriagado a Sergio, aferrándose al hombre mientras lloraba desconsoladamente.

El inglés arrulló a el más bajo de estatura mientras le susurraba palabras de consuelo, acariciando sus hombros y espalda con cariño.

—Está bien, Sergio, calma, todo está bien.— Prometió Lewis con seguridad. — Yo me encargaré de eso.— Prometió mientras su mirada se volvía afilada y rencorosa.

Verstappen sin duda alguna no merecía todo el amor que le ofrecían.

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Como verán, esta historia al final tendrá muchísimas cosas diferentes al original por que no me parece correcto hacerlo idéntico ❤️‍🩹

Ahora he decidido elegir el camino de Lewis y Pérez 😗

Además de eso pronto subiré un AU de almas gemelas aunque no sé con que pareja hacerlo

Carlos x Charles
Max x Checo
Lewis x Checo

Ayúdenme a elegir 😟😟😟😟

Midnight tears (Chewis) (exChestappen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora