People help people

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"Dios sabe qué se esconde
En esos ojos débiles y hundidos
Una ardiente multitud de ángeles en silencio
Dando amor, pero recibiendo nada a cambio"



El sonido Del Mar mantenía en una constante calma al omega sentado sobre la cálida arena que lo mantenía con los pies en la tierra.

Podía sentir a Lewis detrás de él,  dándole espacio para meditar mientras guardaba silencio y respetaba sus límites hasta que el propio checo los quisiese romper.

El omega acarició el pequeño contenedor blanco en sus manos y suspiró de manera ruidosa, intentando no reírse cuando sintió a Hamilton contener la respiración ante su propio sonido.

Habían pasado seis meses desde que perdió a su pequeño girasol.

Habían sido meses terribles.

La recuperación física y mental había sido todo un desastre y de no ser por su familia y el eterno apoyo de Lewis, posiblemente estaría muerto ahora.

Hace poco, Checo escuchó que Max se casó con Milo como habían comentado en cada revista y televisor de prensa rosa que los Leclerc pudieron acaparar, haciendo al omega mexicano sonreír con nostalgia cuando se enteró.

Esperaba que Max pudiera avanzar.

Aún seguía colgando sus llamadas en la madrugada cada que le hablaba con una excusa cada vez más triste que la anterior.

Habían elegido hacer las pases luego de un largo tiempo sin dirigirse la mirada.

Checo había escuchado por parte de Carlos que él y Lewis habían golpeado a Max la noche siguiente a esa, también se enteró que Max estuvo un día en el hospital por ello y regañó fuertemente a su amigo y a Lewis por eso, solo para encontrarlo llorando de coraje una vez este se disculpó.

Checo volvió a suspirar mientras apretaba la pequeña caja en un pecho, sintiendo que su visión se volvía borrosa en cuanto miraba hacia atrás.

Habían sido meses difíciles, dolorosos y fuertemente criticados, pero Lewis había estado en cada uno de ellos, ayudando a alguien tan común y aburrido como Sergio a salir de ese hueco y hacerlo brillar.

Eventualmente tuvo que regresar a casa y con algo de ironía, Checo notó que esa casa siempre fue ese hogar que compartía con Roscoe y Lewis.

Su cuarto de huéspedes ahora era su habitación usual y su lado del sofá ahora tenía una cantidad de almohadas y peluches que marcaban su territorio para que ni Roscoe ni Lewis le quiten su asiento cuando miraban películas en HBO.

Esta era su familia, esa que tanto había buscado.

Si miraba en retrospectiva, podía notar como se había ahogado en un vaso de agua; literalmente estuvo a un lado de quién su corazón pertenecía y estuvo tan ciego como para notarlo.

Lewis que era tan bello por dentro y por fuera, Lewis que era el único alfa que alguna vez pudo respetar y adorar.

Checo besó la caja de nuevo, ignorando las cálidas gotas saladas que mojaban el mármol decorado, soltando un pequeño hipido cuando no pudo contener más el aliento, ganándose un sonido suave a sus espaldas, seguro un Lewis sin saber que hacer ante su llanto.

Ese Lewis que nunca miró por estar tan ofuscado en su propio egoísmo y a quién dañó en el proceso.

Checo se giró a mirar al de piel oscura, sonriéndole y palmeando el suelo para que se siente con él, ganándose la mirada más angustiada y nerviosa que alguna vez checo pudo haber conseguido.

Lewis se acomodó a un lado suyo y Checo le tendió la pequeña caja a Hamilton, mirando cómo está cabía en una de sus manos sin problemas, haciéndolo sentir más pequeño de lo que ya era.

La mano de Sergio se fue a la rodilla de Lewis, llamando la atención de este y recostándose contra el hombro del piloto para chasquear la lengua de forma ruidosa.

—Perdóname.— La voz de Checo salió, casi perdiéndose en el viento, apretando su agarre en Lewis y bañándose en su aroma; ronroneando cuando Lewis aceptó el gesto y empezó a perfumar de forma discreta al omega que se abrazaba de su brazo.

—¿Te comiste la ensalada que hice en la mañana?— Lewis preguntó con curiosidad, alzando una ceja y pasando una de sus manos a los cabellos de checo, peinándolo de manera delicada, desenredando sus hebras azabache con facilidad.

—¿No?— Sergio mintió mientras alargaba la vocal; sin entender por que preguntaba algo tan tonto en una situación cómo está.

Lewis rió.

Checo apretó los ojos y mordió su labio inferior mientras escuchaba la risa discreta del alfa.

—Entonces no entiendo por qué me pides disculpas.— Lewis intentó cortar el tema, no queriendo arruinar del momento que los contenía en una pequeña esfera de cristal.

—Fui un idiota.— Checo sin embargo respondió, sentándose recto y soltando al alfa por la culpa.

Lewis aún con la caja en sus manos, terminó por acomodarla en el suelo con mucho cuidado para poder esta vez enredar sus brazos en Sergio, ese que se intentaba alejar de él cada que le pedía disculpas.

—Tú eres Perfecto.— Sin embargo Lewis le corrigió, arrullándolo y llenándolo de suaves elogios hasta que el omega dejó de llorar.—Tanto que te amo cada día más, no quiero hacer otra cosa más que verte feliz cada día de mi vida, Sergio.—

De su parte, Checo enterró la nariz en el cuello del alfa, manchando su camiseta de mocos y lágrimas como hace mucho tiempo hizo también, aunque por razones diferentes.—No te merezco.— Checo se lamentó cuando terminó de escuchar esa confesión que ya conocía.

—No digas tonterías.—Lewis le reclamó Michel con algo de enfado en su voz.— De cualquier manera, yo no te merezco a ti, vales más que cualquier hombre, mujer, beta, alfa u omega que exista en este planeta.— Sergio empezó a reír y golpeó levemente el hombro de Lewis, alejándose para limpiar sus propias lagrimas y quedarse observando el atardecer.

Era extraño.

Estas eran sus primeras lágrimas en meses, pero no eran para Max, no eran por dolor, tampoco para su girasol o su trabajo.

Eran para Lewis.

Pero no eran lágrimas de tristeza, tampoco de rabia.

Checo había olvidado cuando fue la última vez que lloró de felicidad, pero jamás olvidaría esta ocasión, esa donde la historia de Hamilton y Pérez comenzó.

Y todo con un beso.

Cálido, salado por el mar y sus lágrimas; pero tan lleno de amor que todo lo que vivió en el pasado no era más que una horrible pesadilla que no quería olvidar.

❤️

Bueno, me fui unos días de vacaciones, pero tengo un par de anuncios qué hacer 🤓❤️

Hasta aquí llegamos con el sufrimiento de Checo🤫 de aquí en adelante las ultimas actualizaciones serán pura autocomplacencia, por lo cual si gustan ver escenas de familia o algo por el estilo, pueden dejarme un comentario

¿Que les pareció? 🤧 personalmente siento que mi escritura apesta, pero quería escribir algo que en su momento me curase el alma, y estos últimos capítulos lo serán, créanme, el Karma llega para todos :)

¡Y tenemos nueva historia!

Aunque no estoy segura si hacerla Chewis o Chestappen así que necesitaré de su ayuda 🤓

El próximo fanfic se estrena el sábado y se llamará BonAppetit 👀 así que pueden hacer sus teorías de que tratará.

Midnight tears (Chewis) (exChestappen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora