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"No, no intentes disculparte
No juegues a insistir
Las excusas ya existían antes de ti"

. . . . . . . . .

El sonido de la tetera hacía que la situación no fuera tan incomoda entre ambos.

Max había llegado esa mañana de un con la cara de pocos amigos y las palabras atrapadas en la garganta como enredaderas a los abetos. Podía entender por que Max se sentía tan tenso, después de todos esos meses después del incidente de Milo era la primera vez que se veían luego de tanto tiempo, era común que ambos estuviesen tan estresados.

Checo tuvo que contener el aliento ante el revuelto que su estómago sintió ante la presencia de su antiguo compañero.

Max seguía siendo tan bello como siempre, con esos ojos azules que le hacían sentir perdido y esas pestañas largas que lo hacían sentir querido y admirado.

Sergio en verdad creyó que lo había superado hasta que entró a la casa que compartía con Lewis luego de una larga charla con el inglés sobre todo lo que habían vivido esos meses.

Había estado tan enfadado con Lewis cuando le ocultó qué Max había estado buscándolo.

El sentimiento de traición burbujeaba en cada centímetro de la piel de Sergio y por primera vez en tantas noches, esa madrugada no compartieron habitación.

La cama se había sentido tan fría y vacía que no concilió el sueño.

Quería creer qué se debía a la idea de ver a Max de nuevo, o las cosas que hablarían o las duras patadas dentro de su vientre, pero la verdad es que añoraba ese tacto delicado que Hamilton le daba cada noche antes de dormir.

Sentirse confundido era un simple eufemismo sobre todo el tablero que tenía entre las narices y el cuál aún no podía resolver. Se había ofrecido a servirle una taza de Té a Max mientras intentaba levantarse de su asiento con algo de cuidado hasta que Max corrió a su lado y le ayudó a incorporarse mientras sostenía su vientre de forma suave.

El omega casi sisea ante el toque y cerró los ojos queriendo mantener la compostura.

Se supone que Max había venido a arreglar todo pero tenía 15 minutos sin hablar como si esperase que Pérez fuera quien abriese la platica.

Cuando el moreno llegó a la cocina, saco dos tazas de su alacena y empezó a servir de forma lenta el contenido que preparó anteriormente, yendo a sentarse con el alfa neerlandés de nuevo.

—Debiste decírmelo.— Creyó que Max empezaría con una disculpa si era completamente sincero; no debería sorprenderle que en vez de ello el alfa le haya recriminado sobre ocultarle su paternidad por casi cinco meses, Checo sostuvo su taza de Té y comenzó a beber de esta de manera lenta, esperando a que el alfa termine de hablar.

—Que injusto eres al ocultarme algo tan importante, Es mi hijo también ¿Sabes? Ahora todos creen que es de Hamilton ¡Que me engañabas con el!— La furia se hizo presente en el más alto mientras apretaba las manos contra la pequeña taza de porcelana, haciendo que el omega se preocupe por el bienestar de la loza, recordando que fue un regalo del padre de Lewis.

—¿Y darte de baja en media temporada? ¡No te importó nada! Arruinaste todo.—En alguna parte chiquita de su corazón, Checo tuvo la esperanza de que Max haya cambiado.

Algo en el había deseado con anhelo que Emilian se de cuenta de sus malas acciones y las corrija en el camino, si no era por él que sea por sus gemelos o por la persona por la cual le cambió.

Checo suspiró ruidosamente y dejó la taza vacía sobre la mesa para arrullar su vientre un instante ante las dolorosas patadas que su hijo soltaba, volviéndose a poner de pie y mirando a el rubio como si de un bicho raro se tratara, el omega decidió parar con esa bola de nieve que estaba a punto de atropellar a todos.

—¿Y qué si es tuyo?— Checo siseó atento, mirando la forma en la cual los ojos de Max se estrechaban ante la respuesta.

—Perdiste todo el derecho de estar en su vida cuando elegiste a tu otra familia ¿No?— El comentario pareció enfurecer a Verstappen pues este le dio un duro golpe a la mesa de cristal que le hizo temblar de forma nerviosa.

Checo se tragó el  nudo en la garganta y miró a otro lado para agarrar fuerzas.

—Ya tienes lo que querías ¿Cual es la necesidad de regresar para insultarme?— No había sido lo que esperaba y era obvio que Sergio estaba decepcionado, ya no tenía nada más que escuchar.

El omega caminó hasta la entrada de la casa y abrió la puerta después de hacerse a un lado, mirando a Max con algo similar al anhelo.

—Si solo llegaste a recriminarme por la temporada, quiero que sepas que las cuentas se las tengo que dar a nuestros jefes, no a ti.— Checo explicó sin titubear, intentando ignorar como el aroma de Verstappen se hacía más intenso.

—Daniel debe estar haciendo un buen trabajo reemplazándome ¿De todas formas no es lo que todos querían? — Fue ahí cuando una llave del grifo se abrió; y con ello sus sentimientos salieron desbordados hasta inundar la casa.

—Toda tu gente quería eso ¿Entonces? — La expresión de Max cambió, sus ojos demostraban culpa y su boca se abría y cerraba como si las palabras se escaparan de su lengua ante esas acusaciones.

—Tienes al Chico ese, Vas a tener dos hijos, estas liderando la temporada ¿Qué diablos haces aquí? Vienes a hacerme sentir más miserable de lo que ya soy al estar todo el tiempo sin ti— En algún punto las lagrimas cayeron por sus mejillas mientras se abrazaba a sí mismo.

Pudo pasar un segundo o un milenio, pero en algún punto los brazos de Max lo acunaron como hacía tanto tiempo no lo hacían y simplemente se sintió...vacío.

Cuando las manos de Max se enredaron en su rostro, el omega subió la mirada para dejar que el neerlandés limpie sus lágrimas, aceptando el gesto en silencio.

—No ha pasado un día en el qué no me arrepienta de haber arruinado todo.— Max murmuró suavemente, peinando los cabellos azabache de Checo, haciéndolo bajar la mirada e intentar alejarse del toque.

—No me di cuenta de cómo arruiné todo.— Confesó el alfa de forma melancolía.— Para mi, para ti, Para Milio y nuestros hijos.— Max explicó de forma triste.

—Pero si me dieras otra oportunidad ¡Podría explicarte lo que pasaba por mi cabeza, por qué actué así.—

Desde ese punto, Checo recuerda tan poco de esa conversación.

Midnight tears (Chewis) (exChestappen) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora