Capítulo 5

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— Maldito Tobio-chan. Como te detesto.— Dijo mientras veía algunas fotos que le había sacado al mencionado.— ¿Por qué tienes que ser tan jodidamente adorable?

Oikawa miraba detenidamente la foto que sacó a Kageyama el día que le acompañó a comprar un par de cosas. ¿Qué se suponía que debía hacer? Él sabía mejor que nadie que tenía un carácter pésimo, pero tampoco tenía un corazón de piedra.

Quería perjudicar a Karasuno de alguna forma para evitar que cogieran más ventaja, pero se sentía incapaz de perjudicar a Kageyama después de su gran progreso con su equipo, sobre todo cuando el menor mostraba una cara de felicidad tan expresiva.

— Maldito seas Tobio-chan. Realmente serás mi perdición.— Dijo en voz alta sin la esperanza de que alguien le oyese tras muchas noches de insomnio.

Oikawa no podía parar de replantearse en qué hacer desde aquel regalo que le dio Kageyama. Por un lado ya había sido lo suficiente malo con el contrario cuando fue capitán de Kitagawa Daiichi, por no mencionar que él mismo le dijo que no fuese al Aoba Johsai cuando Kageyama terminó la escuela media.

Este conflicto interno provocó que finalmente se durmiera a la una de la mañana para ser despertado por su alarma a las seis y media de la mañana.

Oikawa se levantó con mucho esfuerzo y se frotó las manos en los ojos en un intento por despertarse. Lo siguiente que hizo fue mirar su reloj donde vio la hora e inmediatamente notó que se había levantado más tarde de lo esperado.

Oikawa se levantó con prisa dejando la cama sin hacer y fue en un instante al baño para ducharse, arreglarse y ponerse el uniforme de su escuela superior. Obviamente la ducha y el arreglarse eran necesarios si quería mantenerse popular entre las chicas, un hecho que Iwaizumi encontraba inútil.

Después de eso el castaño bajó a la cocina viendo en la mesa un bento asíque lo cogió sin si quiera revisar el contenido. Lo siguiente que hizo fue desayunar, bebió una taza de café y comió un pan de leche, un desayuno que seguramente su mejor amigo no encontraría apropiado.

Salió corriendo de su casa y justo en la entrada de dicho lugar estaba Iwaizumi. Era imposible que Iwaizumi se hubiese quedado dormido y por ello llegara tarde a clase por lo que definitivamente debía de estar soñando por lo que se abofeteó disimuladamente comprobando estar despierto.

— ¿Por qué tienes cara de haber visto un fantasma?— Preguntó el as alzando una ceja levemente.

— ¿¡Qué haces aquí!? ¡Llegaremos tarde!— Se alteró Oikawa al ver al moreno tan calmado respecto a la situación.

— No seas idiota basurakawa. ¿Acaso todavía no cambiaste la hora por el cambio horario?— Preguntó en forma de acusación.

Era verdad. Oikawa había procrastinado una y otra vez eso debido a la facilidad de dicha tarea y este fue su resultado por posponerlo durante tanto tiempo.

— ¿Volviste a quedarte despierto hasta tarde?— Preguntó Iwaizumi preocupado al notar a su capitán ligeramente más apagado aunque ni él sabría decir cómo lo notó.

— Claro que no Iwa-chan.— Dijo mientras empezaba a caminar.

— No mientas mierdakawa.— Advirtió el as colocándose junto a él con el destino de llegar a su escuela superior.— ¿Tiene esto algo que ver con Kageyama?

— ¿Qué insinúas Iwa-chan?— Preguntó el capitán con un tono juguetón bastante falso maldiciendo el buen instinto de su mejor amigo.

— Mira. No sé qué te pasa con Kageyama esta vez. Pero asegúrate de centrarte en nosotros. Tu equipo.— Dijo con un tono sereno y una mirada fría y seria que provocó que el contrario temblara en consecuencia.— Y procura no herir a Kageyama en el proceso.— Advirtió el as inmediatamente dando mucho más miedo que antes.

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