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Los rayos del sol despertaron a la pelirosa quien se encontraba durmiendo, en su grande, cómoda y solitaria cama.

Había pasado varios días, en la que Sasuke se había ido con lo alfas a pelear contra los Akatsuki. Lo extraba demasiado, pero trataba de intretenerse el mayor tiempo posible para no pensar mucho el.

Ya que su mente se encargaba de hacerla pasar un mal rato, pensando un sin fin de situaciones que pudieran estar pasando en la batalla.

El único consuelo que ella tenía era el resubir cada día una cara de su parte.

La pelirosa estiró los brazos, para luego acariciar su abultado vientre. Estos últimos meses han sido para ella algo difícil, pero al menos tenía la compañía de su pequeño cachorro el cual creía fuerte y sano en su vientre.

Ya sabía el sexo del bebé y le escribió una carta a Sasuke para que también lo supiera. Ambos tendrían en casa una linda y adorable niña, corriendo por todo el lugar.

- buenos días Sarada- susurro la pelirosa acariciando su abultado vientre con cariño, recibiendo una patada en repuesta- parece que hoy amaneciste con animos.

Sakura río al volver a sentir como su cachorro se movía.

Sakura se levantó y se baño, para luego ponerse un cómodo vestido blanco de tirantes, que le llegaba asta la rodilla.

Bajo la escaleras encontrándose con Izumi, Hinata y su pequeña sobrina en el comedor, subiendo el desayuno.

Dese que los chicos se fueron, las mujeres decidieron quedarse por un tiempo en la cabaña de la pelirosa, almeno hasta que sus hombres regresaran. Para poder hacerse compañía la una a la otra, para no caer deprimida por la separación de sus hombres.

- buenos días- saludo Sakura una vez que bajara las escaleras.

- buenos días Sakura- respondieron las todas con una sonrisa.

La pelirosa se acercó un delicioso arma lleno sus fosas nasales, causando que su pequeña se moviera, dándole a entender a su madre que tenía hambre.

Sakura tomo asiento al momento que le servían el desayuno en un plato.

- ¿Boruto sigue dormido?- pregunto la pelirosa a su amiga, quien asintió con la cabeza.

Los primeros meses en la que sus hombres no estaban. Hinata no había Rompido fuente, Tsunade fue quien la había atendido, aunque ella quería hacerlo. Nadie se lo permitió, por miedo a que algo malo le pasará a ella y al cachorro. Naruto se enteró de que su hijo había nacido, y casi se regresaba a estar con su familia, pero fue detenido por Sasuke y Neji. Ya que lo necesitaba aún en la batalla, y no podían perder la oportunidad de acabar con el enemigo.

Hinata fue la única que lo hizo entrar en razón, por medio de una carta que le había mandado, junto con una fotografía de su hijo.

Estaban seguros de que Sasuke hubiera destruiría todo la aldea completa, si llegara a pasarle algo a Sakura y a su hijo. El desayuno transcurrió entre bromas, y cuentos triviales.

- ¿Como te sientes tía?- pregunto su sobrina.

- bien, está vez Sarada dejo que su madre descansará- respondió la pelirosa acariciando su vientre.

- ¿Sarada?- repitieron las dos mujeres adultas con una ceja levantada.

- Sasuke fue quien decidió el nombre- contesto ella recordando la carta que leyó ayer.

- es un bonito nombre- dijo Izumi a lo que Hinata asintio con la cabeza.

La charla siguio, luego de que terminara el desayuno, prepararon un poco de galletas y chocolate caliente para luego sentarse en la sala para seguir hablando, hasta que unos toques en la puerta las habían interrumpido.

Nuestro encuentro (Alfas y Mate) SasusakuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora