"¿Qué está sucediendo?" preguntó Tae-man, refiriéndose a los prisioneros en las celdas. "¿Por qué son los únicos aquí?"
Mi-young suspiró. "No creo que sepan lo que está pasando afuera. Probablemente han estado aquí demasiado tiempo".
"¿Los guardianes realmente los dejaron atrás?"
"Nunca sabemos lo que realmente sucedió aquí". Bo-Ra dijo. "y tampoco podemos confiar en lo que dicen".
"En cuanto a lo que yo sé". Young-Shin respondió. "Los delincuentes menores son liberados y los delincuentes son transportados a Busan en tiempos de guerra. ¿No sería que todos ellos son delincuentes que quedaron atrapados aquí porque serían los últimos en irse?"
"Viste la etiqueta roja con el nombre antes, ¿verdad?" preguntó So-Yoon. "Está en el corredor de la muerte, ¿no significa eso que es un asesino en serie?"
Los estudiantes jadearon.
"Es el jefe de una pandilla que fue encarcelado por acabar con la pandilla rival". Tae-man dijo, acercando a Mi-young a él mientras ella gemía. "Vamos, tráelo".
"Vete a la mierda." Murmuró Mi-young, mientras empujaba a Tae-man.
"¡Ay! ¡Eres fuerte!" Tae-man gimió.
"Niños, todavía están allí, ¿verdad?" Preguntó uno de los prisioneros desde las celdas.
"Por favor, ven aquí y abre las puertas".
"¡Joder! ¡Realmente haré que los maten a todos! ¡Dense prisa y abran las puertas!"
"No somos malas personas, niños".
Hee-rak señaló. "No los estamos liberando".
Mi-young asintió. "Tiene razón. Creen que somos niños, que les creerán y pensarán que son buenos y los dejaremos salir. No va a suceder".
"Pero dijeron que ni siquiera pudieron comer durante días". Ae-Seol respondió. "Al menos deberíamos darles comida".
"¿Estas loco?" Hee-rak jadeó.
Mi-young estuvo de acuerdo. "Tiene razón otra vez. ¡Son prisioneros! Necesitamos la comida tanto como ellos. No necesitan una mierda".
"¿Simplemente los dejamos atrás, entonces? ¿Simplemente los ignoramos?" preguntó Young-Shin.
"Si los dejamos, todos morirán pronto". dijo Jang-Soo.
"¡Sí, los dejamos!" Mi-young levanta las manos con frustración.
"¿Por qué te preocupas por eso? Consigamos lo que necesitamos y vámonos". gritó Hee-rak, lo que hizo que Mi-young asintiera con la cabeza.
"Sí." Tae-man estuvo de acuerdo con Hee-rak y Mi-young. "Sí, dejémoslos y vámonos. Ni siquiera es asunto nuestro".
