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Kiler Killer.

Rumania, cuidad Arad, pueblo Beliu.

Nunca había tenido permiso para salir de casa, no podía tan siquiera mirar por las ventanas. Pero eso había cambiado, lo hice por primera vez y fue para montarme en un avión e irme de Francia a Rumania. Así pude ver un poco el mundo.

No era la única, mis hermanos tampoco tenían permitido salir, pero tenían más libertades que yo; por ejemplo: podían salir al patio trasero de la casa o a la parte delantera, en cambio, a mí siempre me prohibían todo.

No sabía por cuáles razones mis padres me mantenían encerrada, eran pocas cosas las que sabía, como cocinar, tocar el piano ya que toda mi familia lo hacía también y sembrar en macetas para después la germinación ser pasadas a un jardín por ellos. Pero nunca pude mirar afuera, las nubes, la nieve, la neblina, el cielo azul con blanco cubierto de nubes. Todo parecía diferente en las imágenes.

Mis padres me habían dicho que mis hermanos tenían un pequeño problema, y por esa razón tenían que mantenerme en casa para no desarrollar ese “problema” también.

Para mí era difícil entender muchas cosas o situaciones porque no salía de casa, y siempre que utilizaba internet estaba bajo la supervisión de mi familia, pero era solo para tareas de la escuela. Sí, nunca había ido a la escuela, pero tuve un tutor (mi propio padre). Por otro lado, mis hermanos sí lo habían hecho, pero antes, y después continuaron sus clases de la misma manera en que yo lo hacía: en casa.

Pero ellos tenían más ventajas que yo: podían utilizar teléfono, laptop y otras cosas, pero yo casi nunca lo tenía permitido, solo podía usar libros de cosas ambientales y otros temas sencillos.

Nunca me sentí mal por las cosas que ocurrían, ni siquiera porque mis padres se mantuvieran fuera de casa para trabajar y me dejaran bastante tiempo sola con mis hermanos. En ese momento utilizaba internet para “investigar”. Pero corría con la mala suerte, porque mis hermanos mayores me supervisaban y ellos eran peores que mis padres, no había límites en sus observaciones y cálculos. Solo podía investigar referente a la tarea, y nada más.

Durante el viaje en avión a Francia, me permitieron usar el teléfono de mi hermana Susan. Estaba feliz porque le había sacado millones de fotos al cielo y mis padres sonreían al verme.

Mis padres…

Tenía cuatro padres, sí. Algunos decían: es algo “terrible”, o, es algo “extraño”. Una vez escuché a Coraline (una de mis hermanas) decirme que solo se podía tener dos padres en esta vida.

No la había entendido, a decir verdad. Pero yo era una tonta en aquel momento, la cual no sabía nada, pero poco a poco empecé a confundirme y a tener mucha curiosidad, y todo empezó cuando “inconscientemente” había escuchado a mis hermanos mayores murmurar: Aquí muchos sabemos que no todos somos hermanos.

No sabía por qué lo decían, pero sí sabía que sus intenciones eran que yo los escuchara, porque eran muy inteligentes para hacer o decir cosas de esa forma, tipo: indirectas muy directas, o no tan directas.

Entonces, si ellos querían que yo los escuchara, era porque algo querían que yo supiera. Pues no tenía opciones, debía navegar en el mundo desconocido de mi familia.

Susan Killer.

El pueblo Beliu parecía diferente a las imágenes que había visto en internet. No era muy colorido, todos los colores a sus alrededores eran fúnebres y supongo que eso me gustaba.

Mis hermanos y yo permanecíamos parados frente a la nueva casa donde nos íbamos a mudar. Era bastante incómodo, a decir verdad, porque nos observaba un grupo de chicos que se situaba en la casa de en frente, pero yo no me preocupé, puesto que miraban más que todo a mi hermana menor, y supongo que era por sus ojos (que eran de colores distintos). Kiler nunca había salido de casa, y justo estaba jugando con las manos de Odile, nuestro hermano mayor.

Misterios Familiares©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora