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Cuando Hunter se retiró de su viviendo, Willow no sabía porque estaba llorando. Bueno, sabía que estaba enamorada de Hunter, pero ¿Hasta el punto de llorar por él?

Willow se encerró en el baño hasta que sus papás regresaron, había estado derramando lágrima tras lágrima a pesar de que trató de contenerla, pero seguían recorriendo su mejilla y no paraban. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar, se veía demacrada.

Ella solo durmió, intentando dejar de pensar la feliz pareja que Hunter y Emira serían.

Cuando el sol salió para la chica, decidió quedarse en casa y no pensar en lo que dañaría su corazón.

Pero estaría feliz por Hunter, siempre lo estaría.

Incluso si ella no formaba parte.

***

En el momento en que el rubio se levantó, quiso volver a dormirse por no querer imaginar lo que sucedería.

Había planeado todo con un mes de antelación, más ahora sólo deseaba cancelar todo y que fuera otro día normal para él, dónde terminaba viendo películas con sus hermanas o en casa de Willow tratando que sus papás confíen en él otra vez.

Él se levantó de la cama con pesadez y un fuerte cansancio mental con lo que transcurriría en el día.

Fue a desayunar, viéndose más distante y serio que de costumbre para todas las chicas del hogar.

—Mijo ¿Sucede algo? ¿Te sientes mal?— Preguntó la madre, acercándose a su hijo y tocando su frente para comprobar si tenía fiebre.

Luz miró a su hermano con duda, ayer en la noche había regresado con ese mismo estado de ánimo y ni siquiera había hablado. La morena no estaba segura de que sucedió, pero al parecer no fue nada agradable ¿Se habrán peleado? Puede que eso sea, pero no estaba segura.

Vee comía con tranquilidad mientras veía como Hunter negaba estar enfermo, a la vez que su madre insistía en darle una revisión médica. Ella no estaba tan segura de la situación (ella sospechaba que romántica) de su hermano, ella no es muy entrometida en la vida de sus hermanos mayores; aunque, podría sospechar que tenía algo que ver con Willow.

La menor Noceda había notado que su hermano mayor había estado en llamadas seguidas con Willow, la visitaba y salían cada fin de semana ¡Hasta había dejado de mencionar Emira con regularidad! Lo cual empezó a dudar que tenía algo que ver con Willow. Ayer en la noche él se había ido a su hogar, así que la menor se había sorprendido cuando en menos de una hora él regresó a casa, con un semblante de pérdida y negándose a hablar con cualquiera.

Al final del desayuno, Camila había cedido a que Hunter no estaba enfermo, pero le hizo prometer que le diría cualquier cosa que necesitará.

Al cabo de las horas, las dos hermanas Noceda se encontraban en la sala viendo una película, habían llamado a Hunter para ver dicha película basada en uno de sus musicales favoritos "El Fantasma de la Ópera", pero el chico se había negado a salir de su habitación hasta la cena.

Por más que en las canciones subieron el volumen apropósito cuando el rubio bajó a buscar un bocadillo, él no había reaccionado, ni siquiera cuando su canción favorita estaba empezando.

Las hermanas Noceda estaban seguras de que algo le había pasado a su hermana en la noche, pero no sabían como abordarlo.

—Llámala, no soporto verlo así ¡Parece un zombi!

—Está bien, bien. Pero no le digas a mamá ¿Bien? No quiero que Hunter sospeche, luego va estar alrededor de él.

Luz había cedido ante la petición de Vee, llamando a Willow y aclarar las cosas de una vez.

Besos de prácticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora