Ferrari y Lamborghini
Los reyes del automovilismo
Para nadie es un secreto la rivalidad que se desató hace algunos años entre los dos empresarios que llevaron dichas empresas a la cima, pero no estamos hablando del pasado
¿Que pasaría si la peque...
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14 de Abril del 2022 Monte-Carlo, Mónaco
UN DÍA SOLEADO ME RECIBIÓ CUÁNDO SALÍ DE MI EDIFICIO, amaba los días así y amaba aún más pasar tiempo con Charles y su familia. Sonreí cuando visualice su Ferrari y caminé rápidamente hacia el intentando no llamar la atención, aunque todo Mónaco sabía que ese hermoso deportivo le pertenecía a il predestinato. No había terminado de entrar al auto cuándo ya tenía sus labios estampados con los míos, dejé escapar una risa y el se separó para luego dejar un beso en mi frente
-Odio que no te quedes a dormir, te necesitaba anoche- acaricié su brazo mientras que el se disponía a manejar
-Oh cielo, tenía que terminar de organizar las cosas para el próximo viaje- el rodó los ojos
-Me gusta más estar en casa- dijo mirándome de reojo -aunque mi hogar es cualquiera lugar en el que te encuentres tú, pero amo que estemos juntos aquí
Mi corazón se aceleró y no pude evitar dejar un sonoro beso en su mejilla, adoraba que fuera dulce y genuino conmigo sin importar la hora, el lugar o la circunstancia, siempre decía algo que me hacía sentir tranquila y feliz. Unos minutos después mis ojos se iluminaron cuándo el muelle apareció en frente de nosotros. El mar era uno de mis lugares favoritos ya que mi abuelo y yo solíamos visitarlo siempre que el tenía tiempo, la nostalgia invadió mi pecho pero ver como Arthur sonreía esperando que bajará del auto me hizo olvidar cualquier tipo de tristeza
-Vino con Fio?- Pascale estaba al lado del menor de los Leclerc y en respuesta a su pregunta el asintió
-Lista?- la voz de Charles me hizo sonreír por décima vez
-Siempre lo estoy cariño
El bajo del auto y corrió hacía el lado del copiloto para abrirme la puerta, yo dejé un beso en su mejilla en forma de agradecimiento y corrí hacía dónde estaba Arthur con los brazos abiertos y Pascale a su lado con una sonrisa
-Parece que no nos hemos visto en años y estuvimos juntos ayer Arthur- dije abrazándolo con fuerza
-Es difícil vivir sin ti Fio- yo reí y dejé un beso en su mejilla
-Pascale- ella sonrió y me abrazó mientras acariciaba mi cabello
-Me hiciste falta en casa el fin de semana pasado cielo- dijo mientras se separaba -tendré que viajar a todas las carreras para pasar tiempo con mi yerna- pude sentir el calor subiendo por mis mejillas
-Pascale! La pobre Fio está más roja que un tomate, déjala- Camille salió desde el interior del yate y me sonrió divertida -ven por algo de beber, parece que estás muerta del calor
