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04 de Abril del 2022Monte-Carlo, Mónaco

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04 de Abril del 2022
Monte-Carlo, Mónaco

TOMÉ UNA GRAN BOCANADA DE AIRE Y TOQUE LA PUERTA CON SUAVIDAD, había decidido aparecerme en el apartamento de Charles para hablar con el ya que se rehusaba a responder mis mensajes de texto y mis llamadas, cosa que me ponía de muy mal humor. Solté un suspiró al no obtener respuesta y tomé asiento en el piso al lado de su puerta, una notificación hizo que mi celular se encendiera y al darme cuenta de lo que se trataba no dude en abrirla. Estaba haciendo una transmisión en vivo mientras que jugaba en el simulador y no dude en comentarle

-Okay, Fiorella acaba de decir que- sus ojos se abrieron con sorpresa -tengo que irme chicos, nos vemos luego

Y sin más la pantalla se oscureció haciéndome tomar aire, no estaba preparada para verlo y empezaba a creer que había sido un error ir a su casa. Sus pasos acelerados se escuchaban cerca, así que me levanté y me pare en frente de la puerta justo cuándo está se abrió dejándome ver a Charles con un pantalón de chándal gris, un hoodie blanco y una bandana del mismo color. Me mordí el labio cuándo se hizo a un lado para que pudiera pasar, entré sin mirar atrás y tomé asiento en el sofá de la sala esperando que el se uniera

-Quieres agua o algo?- negué

-Quiero que hablemos- el suspiró y se sentó a mi lado -por qué me estás ignorando?

-Fiorella, realmente quisiera decírtelo pero- solté un gruñido que lo hizo detenerse

-No quiero más excusas, Charles, quiero que me digas la verdad- dije tomando su rostro entre mis manos -se supone que no nos guardamos secretos

-Chérie- su voz hizo que me estremeciera, su cercanía estaba empezando a robarme el aire

-Quiero, una respuesta- mis palabras estaban atascadas en mi garganta, mi corazón latía con fuerza

-Quieres respuestas?- asentí -esperó no arrepentirme de dartelas

Su mano recorrió mi cuello hasta llegar a mi nuca, sus ojos no abandonaban mis labios y no podía dejar de admirar lo hermoso que se veía en ese momento. Acaricié su mandíbula sutilmente y el sonrió para luego estampar sus labios con los míos. Mi corazón amenazaba con salir de mi pecho y mis piernas se sentía débiles, tomé su nunca para profundizar el beso y sentí como su lengua entraba en mi boca, ahogue un gemido en su boca y el se separó un poco sonriendo

Nuestros ojos se encontraron y sentí como el calor subía por mis mejillas, pero eso no me detuvo. Me acerqué para besarlo de nuevo y sentí como sus manos se posaban en mis caderas para levantarme con facilidad y hacer que mis piernas cayeran a los lados de su cuerpo y que mi zona íntima estuviera rozando su notaría erección. Sus besos bajaron de mi boca hacía mi cuello y agradecía que en Mónaco estuviera haciendo un poco de calor, ya que el vestido de tirantes dejaba un poco de mi piel al descubierto. Al separarse de mi  me miró por unos segundos y sonrió

DAYLIGHT| Charles Leclerc Donde viven las historias. Descúbrelo ahora