DAYLIGHT| Charles Leclerc

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24 de Abril de 2022
Autodromo Enzo e Dino Ferrari, Emilia Romaña

LA SALA DE CONFERENCIAS QUEDÓ EN COMPLETO SILENCIO, Camille ya había hablado sobre el posible cambio que queríamos realizar, no dimos muchos detalles, solo terminamos diciendo que no me sentía cómoda con Charles. Mattia me miraba con una ceja alzada y una expresión seria, mis piernas se movían de manera impaciente gracias a la ansiedad, mi jefe soltó un suspiró y se levantó de su asiento

-No puedo cambiar asistentes cuando estamos casi en la mitad de la temporada- yo solté un suspiro

-Deberían velar por la comodidad de sus trabajadores, eso es lo que dice el contrato Mattia- atacó la francesa apoyando sus brazos en la mesa -Fiorella ha sido una trabajadora ejemplar y no me parece justo que ahora le des la espalda

-Si no le gusta la manera en la que trabajamos aquí, puede irse- todos los presentes se miraron con sorpresa -cualquiera lo daría todo por tener éste puesto, no puedo retrasar a mis pilotos por un berrinche

-No soy cualquiera, le he dado mucho a este equipo- mis ojos estaban llenos de lágrimas y mi voz salía entrecortada -tengo más experiencia que cualquier otra persona de mi edad

-Le has dado mucho? Eres ingeniera o team principal?- mordí mi labio con fuerza -eso pensé

-Mattia, estás siendo injusto con la chica- alguien de recursos humanos comentó

-No haré cambios Fiorella, si no estás de acuerdo con eso, ahí tienes la puerta- Camille golpeó la mesa y se levantó de golpe

-No puedo creer que seas tan imbécil- el italiano la miraba con disgusto -no sabes lo que estás perdiendo Binnotto y espero que cuándo Fiorella sea mucho más grande que tu equipo, no vengas a pedirle una oportunidad- me dio una mirada y me levanté -hoy mismo te enviare la renuncia, esperó que el dinero que le corresponde éste en sus manos antes de que lo haga

-Gracias por la oportunidad- le dije a los demás, los que si valoraban mi trabajo -esperaba más de usted, pero ya veo que es un egoísta y arrogante que solo hará que el equipo sea un fracaso

Mattia nos miró por última vez y salimos de la sala de conferencias dando un portazo. Estaba devastada, el equipo de mis sueños, para el que trabaje tan duro, al que le di mi sangre, sudor y lágrimas, me había desplazado para asumir que no era más que una piedra en el zapato

-Fio, escúchame- mi amiga llamó mi atención cuando tomamos asiento en la cafetería de Alpha Thauri -todos estos equipos te quieren, solo tienes que escoger uno