Ferrari y Lamborghini
Los reyes del automovilismo
Para nadie es un secreto la rivalidad que se desató hace algunos años entre los dos empresarios que llevaron dichas empresas a la cima, pero no estamos hablando del pasado
¿Que pasaría si la peque...
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02 de Abril del 2022 Monte Carlo, Mónaco
CASI UNA SEMAMA LUEGO DE MI DISCUSIÓN CON CHARLES, se había negado a dirigirme la palabra, nisiquiera cuándo pusimos un pie en Mónaco. En el departamento que compartía con Pierre solo se escuchaban mis quejidos, no podía evitar sentirme culpable por la discusión, pero estaba intentando convencerme de que el también había tenido una mala reacción
-Fio, me estás escuchando?- el francés que se encontraba en la cocina llamó mi atención
-Lo siento P- dije levantándome del sofá -tengo los pensamientos en otro lado
-Estás pensando en Charles?- asentí -te dije que no es tu culpa pequeña
-Entonces que está pasando? Por qué está tan enojado?- tomé asiento en la barra de la cocina
-Te he repetido mil veces que no puedo decírtelo yo, el lo hará cuando esté listo
-Estoy cansada de esa mierda!- mi gritó hizo que dejará lo que estaba haciendo para mirarme -estoy cansada de que me tengan en suspenso, solo díganme cuál es el jodido problema
-Fio, ma vie- su expresión de tristeza hizo que las lágrimas amenazaran con salir de mis ojos -no es tan fácil
-Crees que es fácil estar así porqué el no me habla, Pierre?- mi voz salía con rabia en medio de pequeños gritos -yo también estoy molesta, estoy molesta porqué me trata como si fuera una completa desconocida y me duele joder!
-Fiorella...- se acercó a mi
-Odio estar alejada de el, odio que se comporte como un completo idiota y odio que no me digas la verdad!
Justo en ese momento la puerta se abrió y realmente tenia la esperanza de que mis ojos favoritos se asomaran por ella pero no fue así. En cambió Camille quién nos miró con sorpresa, se acercó a la cocina dejando algunas bolsas que traía con ella en el suelo
-Se puede saber que pasa? los gritos se escuchan por todo el pasillo- sus ojos se posaron en mi y luego pasaron a Pierre
-Cami, dime la verdad, porfavor- dije en un hilo de voz -que le pasa a Charles?
-Fiorella no- me miró mientras que mordía su labio
-Estoy mal sin el, Camille- dije cuándo sus brazos envolvieron mi cuerpo -no quiero perderlo
-No lo vas a perder cielo, el no sería capaz de alejarse de ti
Rompí en llanto mientras que mi amiga intentaba calmarme dando suaves caricias en mi espalda, Pierre se nos unió limpiando las lágrimas de mis mejillas y agradecía que fuera así. A pesar de que tuviéramos diferencias, el era uno de mis mayores apoyos, fue quién me tendió la mano cuando estaba en uno de mis peores momentos y lo amaba, pero no de la misma manera en la que amaba a Charles, con el todo se sentía puro, mutuo y perfecto. Mi abuelo decía que después de el amor de tu vida, llega tu alma gemela, esa persona con la que no tienes miedo y puedes ser tu mismo, alguien por quién darías la vida y jamás te arrepentirías de luchar por el. Así me sentía cuando sus hermosos ojos me miraban, cuando sus brazos envolvían mi cintura, cuando besaba mi mejilla o cuando subía al podio y me miraba como si fuera lo único que existía, eramos el y yo contra el mundo y jamás me cansaría de decirlo
-Tengo tanto miedo- mi cabeza ahora reposaba en el pecho de Pierre ya que este me había llevado hasta el sofá en sus brazos -nunca habíamos estado así, nisiquiera por trabajo
-El trabajo es muy diferente a esto mon coeur- dijo Camille quién estaba recostada en mis muslos -en el trabajo no están mezclando sentimientos, simplemente buscan que los intereses y requisitos económicos de ambos sean mejores
-Creo que no necesitaba que hablarás tanto Mille- solté una risita cuándo la francesa se levantó para golpear su nuca
-Es importante que sepas, que una discusión nunca va a definir lo que siente Charles por ti o lo que tu sientes por el bonita- sonrió en mi dirección -jamás dejen que algo así separé el lazo tan hermoso que tienen, merecen ser felices juntos
-Jamás podría dudar de lo que siento por el, es mi mejor amigo, mi familia- ella hizo un puchero
-Nosotros también somos tu familia Fiore y si en algún momento te quiebras porqué el no está, nosotros te ayudaremos a reconstruir cada pieza de tu hermoso corazón para que seas feliz- habló Pierre dejándome sin palabras
No pude evitar soltar algunas lágrimas más, estaba en el lugar correcto, siempre lo había estado y eso me hacía feliz. Mis amigos eran mi lugar seguro, algo que mi familia jamás pudo lograr después de la muerte de mi abuelo. Cuándo vida se estaba derrumbando nadie estuvo ahí, mi padre estaba trabajando y mis hermanos solo pensaban en la herencia, cosa por la que aun molestaban a mis abogados. Siempre fui unida a nuestro abuelo por su carisma, su generosidad y humildad, el me hizo crecer con valores, algo que papá nunca pudo hacer
-No más llanto por hoy! iré por helado y veremos una película que nos haga reír- el francés se levantó y dejó un beso en mi frente antes de tomar sus llaves
-Son como niños?- dijo sonriendo mientras que mis ojos azules lo miraban de con insistencia
-Hemos visto esas películas muchas veces- me apoyé en el pecho de Camille simulando molestia -bien, las veremos las veces que quieras, pequeña
La francesa soltó una carcajada al darse cuenta de que no me costaba nada convencerlo, era increíble lo mucho que me adoraban estos chicos y aún no lograba descubrir la razón. Fui a mi habitación a buscar algunas mantas y almohadas ya que probablemente terminaríamos dormidos en el sofá y mi mirada se desvío a la foto que reposaba en mi mesa de noche
Charles y yo en la pista de kartings, le organicé una pequeña e íntima fiesta de cumpleaños en la pista que frecuentaba de niño y no podía estar más feliz. Estábamos sentados a un lado de la pista con nuestros cascos a los lados, su brazo rodeaba mi hombro mientras que dejaba un beso en mi cabeza. La foto la había tomado Pascale y me pareció la cosa más perfecta de el mundo, necesitaba tenerla en algún lugar de la casa. Sonreí trazando mis dedos por los bordes del marco, recordando cada detalle de ese día
-Fiore! te necesitó aquí- la voz de Camille hizo que volviera a la realidad y siguiera recogiendo lo que necesitaba
Mi corazón le pertenece a Charles Leclerc y no creo que alguien pueda hacerme cambiar de parecer
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Un poco emotivo a mi parecer, pero quería que vieran como la paso Fio lejos de Charles...
