Ya se habían cumplido dos semanas desde que había comenzado a trabajar como fisioterapeuta para el famoso boxeador. Todos los días, luego de sus entrenamientos, le hacia masajes para evitar lesiones y por otro lado ayudaba a tratar una lesión en su rodilla de hace años. Luego de aquella vez donde lo obligó a hacerle un oral, Christopher nunca más se le acercó con otras intenciones que no sean un masaje. Felix no podía evitar sentirse relajado y esperaba que eso durara todo el tiempo posible. Luego de aquella vez que lo penetró, su cuerpo, particularmente su zona íntima, le había dolido durante días y no quería pasar nuevamente por eso.
Estaba sentado en un banco en una de las paredes del gimnasio con su nuevo uniforme que le había dado el entrenador. Aquel sí era de su talle, por lo que no parecía más pequeño de lo que realmente era, una ilusión que generaba el anterior uniforme más grande.
Esperando a que le den órdenes, se quedó allí observando a los miembros del lugar, quienes entrenaban exigentemente. Por lo que había entendido, todos aspiraban a ser grandes boxeadores como Christopher, quien era una eminencia en Corea del Sur. Felix no estaba para nada sorprendido de aquello, ya que con solo verlo estaba claro. A pesar de no querer verlo fijamente para no tentar su suerte, no podía evitar que su mirada se dirigiera hacia el enorme hombre, quien en ese momento estaba golpeando la bolsa con una rapidez y fuerza que dudaba que no rompiera el soporte que la sostenía. No estaba usando nada que cubriera su torso, pudiendo ver cada uno de sus músculos tensándose en ese momento. Su espalda, tal vez el mejor ejemplo para estudiar la anatomía de la musculatura, no dejaba de asombrarlo, al igual que sus brazos. Estaba completamente sudado, brillo que hacía lucir mejor, si aún se podía, su cuerpo.
No se había percatado que lo estaba viendo con la boca ligeramente abierta hasta que sintió la presencia del amigo de Christopher, Minho.
-Te entrarán moscas - dijo serio sentándose a su lado, pero Felix pudo notar un tono divertido en su voz. Felix cerró su boca completamente avergonzado, notando los ojos de Christopher sobre él a través de un espejo, quien miró por un solo segundo a Minho. Ignorándolos, siguió con su entrenamiento.
Minho nunca se había acercado a él así. Normalmente siempre lo hacía cuando Felix estaba junto a Christopher, que a pesar de que se notara que eran amigos, nunca era cariñoso ni amigable con Minho.
-¿Puedo ayudarlo en algo? - le preguntó finalmente dejando de ver al boxeador para poder mirar a los ojos a aquel joven, quien le sonrió.
-No tienes que hablarme tan formal, hyung - le dijo. Siempre olvidaba que todos allí eran menores que él, sobre todo porque él parecía un adolescente junto a ellos-. Solo quería invitarte a un bar.
-¿A mí? - Felix abrió los ojos por la sorpresa. No podía creer que Minho pasara a nunca hablarle directamente a él para invitarlo a tomar algo. El más joven le sonrió.
-Sí. Hoy.
-Está bien - le confirmó, sabiendo que no tenía nada mejor que hacer. Estar en su casa solo y sin dinero suficiente para comer una comida real no era el mejor plan para un sábado a la noche.
-¡Chris! - le gritó a su amigo, acercándose a él, no sin antes pasar su fuerte brazo por los delgados hombros de Felix para que lo siga. Cuando estuvieron a unos pocos metros, Minho siguió hablando-. Con Felix iremos a un bar hoy, ¿quieres venir?
Christopher miró a Felix con una ceja levantada, quien se movió incómodo debajo del brazo de Minho. Bufó y siguió entrenando como si solo hubiera pasado una mosca.
-Ey, te estoy hablando - siguió irritado Minho y Felix no podía dejar de preguntarse si tenía deseos de morir. No creía que otra persona se arriesgara a hablarle así a alguien que prácticamente era una máquina de matar y no estaba seguro si debía admirar la valentía de Minho o temer por la estupidez del mismo.

ESTÁS LEYENDO
jinx » chanlix
FanfictionLee Felix era un fisioterapeuta que solo quería poder vivir con su abuela en paz, lejos de aquellos prestamistas que siempre encontraban oportunidad para aprovecharse de aquel joven. Su vida siempre estuvo rodeada de esa gente y era una batalla cont...