3

349 69 7
                                    

Sin ser uno de los publicistas musicales más reconocidos de Seúl, sin un empleo tan fructífero y con el mundo derrumbándose sobre sus espaldas, Yoongi se vio en la necesidad de regresar a vivir al lugar que nunca creyó volver a habitar cuando salió de él con todos sus sueños guardados en sus maletas: la casa de sus padres.

Una cosa era ir a ver al viejo de vez en cuando o quedarse un par de horas al día ahí poco después del nacimiento de Yoona (antes de ser despedido de la agencia a la que trabajaba), pero otra completamente diferente era llevar todas sus pertenencias desde su lujoso Penthouse en Seúl hasta Buk-gu. Era deprimente, no sólo por la cuestión de que el lugar sería mucho más pequeño y sin todas esas comodidades a las que Yoongi estaba acostumbrado, sino porque significaba dejar atrás toda una vida de esfuerzos, todo por un simple error.

Yoona solía decirle a Yoongi que tenía una gran boca que debía controlar, que cuando se molestaba decía cosas hirientes y ni siquiera se daba cuenta. Yoona, como siempre, tenía razón después de todo: había sido la gran boca de Yoongi la culpable de que se encontrara en el hoyo.

Muy en el fondo Yoongi sabía que había arruinado todo en serio, que había hablado mal del tipo más popular en la escena musical de su país en ese momento, incluso si trataba de excusarse con el mundo diciendo que había estado bajo demasiada presión (lo que trató de hacer con el señor Bang, su jefe) a los ojos de todos no tenía justificación. Debía aceptarlo, había cavado su propia tumba.

De cualquier manera, el hombre no estaba dispuesto a dejarse morir por otro tropiezo más en su vida, Yoona jamás lo hubiera querido de esa forma, mucho menos cuando también tenía que hacerse responsable de su bebé. Se sentía solo, derrotado y como un completo fracaso, pero eso no quitaba el hecho de que su hija necesitaba un padre del cual sentirse orgullosa cuando fuera mayor.

Cuando Dongyul terminó de ayudar a su hijo a llevar las cosas que había traído desde Seúl para su casa, eso incluía la cuna y otras cosas recién compradas para la bebé, respiró profundamente y se quedó viendo la expresión que tenía, Yoongi lucía como todo un desastre.

—Papá, te prometo que no estaremos aquí por mucho tiempo —declaró Yoongi mientras se limpiaba las manos con la toalla de la cocina, Dongyul se dedicaba a preparar el biberón de la bebé y a beber una cerveza—. Nos iremos de aquí en cuanto consiga un empleo. En seguida haré unas llamadas que cambiarán esta situación, tengo contactos con otras agencias.

—Puedes quedarte, aquí tienes todo lo que necesites para volver a levantarte —Doongyul miró a su hijo y este esbozó una sonrisa, muy leve, pero sincera—. Pero con una condición: tú acuestas a dormir a la niña cada noche.

Yoongi, quien ya se había preparado mentalmente para una de las típicas tonterías de su viejo, se sintió extrañado al escuchar una petición tan simple. —¿Es todo? —preguntó, incluso se rio de forma irónica.

—Por ahora —respondió Dongyul, se dio la media vuelta con el biberón en una mano y su cerveza en la otra—. Sin rameras, no quiero mujerzuelas aquí... ni muchachos tampoco, no creas que se me va a olvidar que cuando eras adolescente le dabas a los dos bandos.

—Papá, ¿de verdad crees que soy tan irresponsable? —Yoongi no necesitó una respuesta con palabras de su padre, mucho menos cuando recordó la vez que él lo encontró besándose con un chico a los quince años, ahí tuvo que dar la explicación más grande de su vida y también hacer la declaración que hizo que su padre jamás fuera capaz de verlo de la misma forma. No, Dongyul no estaba en contra de que fuera bisexual, pero la idea no le hacía muchísima gracia, tal vez esa era una de las razones por las que amaba tanto la idea de que su hijo contrajera matrimonio con Yoona. Dongyul le entregó el biberón de la bebé a su hijo y este sonrió al ver el trago contundente que el viejo le daba su cerveza—. Qué romántico... los dos necesitan de su botella a las ocho.

—Cierra la boca y ve a atender a esa niña...

Yoongi subió las escaleras hasta la habitación que ocupó durante su infancia y adolescencia con el biberón tibio en sus manos, hizo una nota mental de aprender a preparar la leche él mismo, su padre no podría hacerlo por él todo el tiempo. La puerta de la habitación estaba abierta y la pequeña Yoona esperaba en la cuna, Yoongi se acercó a ella con recelo, puso el biberón en su boquita y lo alejó cuando la bebé no hizo intento por tomar. —¿Ya no quieres? ¿No? —preguntó, aunque evidentemente no habría una respuesta. El hombre miró a su alrededor y se sintió impotente al ver el lugar en el que él y su hija tendrían que quedarse, nada comparado a la hermosa habitación que con su difunta esposa habían preparado—. Esto será temporal, vivir con tu abuelo aquí y... Lo de G-Dragon, qué pesadilla, toda una función. Tu padre es un tonto soñador, el ex-jefe dijo que hasta un publicista que trabajara para el mismísimo Hitler tendría más oportunidad de regresar que yo.

Con una respiración profunda y pasos lentos, Yoongi se apartó de la cuna y tomó asiento en la cama, aun mirando a su pequeña hija. Dongyul había subido para verificar que Yoongi realmente se hubiera encargado de alimentar a su hija y no se hubiera dormido en el intento, pero se quedó en la entrada del cuarto cuando lo escuchó hablar. —¿Qué tal? Eres igual a tu mamá... como una pequeña y calva versión de tu linda madre —la bebé abrió un poco más los ojos y movió sus manos sin control, Yoongi sintió como si la niña lo entendiera y sus ojos se llenaron de lágrimas involuntariamente—. Dios mío... cómo hubiera querido que conocieras a tu mamá, sé que ella hubiera querido conocerte, y de qué forma.

>>Cómo me hubiera gustado haber muerto en lugar de mamá, porque mamá no habría dejado que el trabajo se interpusiera, en lugar de lo que yo hice, que no te atendí durante los primeros días de tu vida. Perdóname, hija, es que yo... no esperaba que mamá se fuera como lo hizo, para mí es muy difícil, quien ha tratado de llenar sus días con trabajo para no pensar en mamá nunca más. ¡Es que amaba a tu mamá tanto! Ella en verdad entendía mi mundo, cuando eso pasa crees que seguirá ese sentimiento por siempre y no es así, ¿sabes? Es que no lo esperaba y yo... ¡Dios! Yo la extraño tanto.

>>Eres un pedacito de mamá y eso te hace especial para mí, nena.

Los ojos de Yoongi ya estaban inundados de lágrimas cuando se levantó de la cama otra vez para tomar a su niña pequeña en brazos, era la primera vez desde el nacimiento que se había tomado un momento para sostenerla en sus brazos amorosamente y mirarla con atención, sin resentimientos. —No iré a ninguna parte, nena, después de mamá tú eres la razón de mi existencia, eres lo más importante, te juro que siempre estaré contigo. No me separaré de ti, seré mejor cada día, el mejor papá del mundo —la bebé esbozó una sonrisa al ser arrullada amorosamente por su padre—. Eso es lo que mamá hubiera querido y eso es lo que papá va a hacer. Y eso es lo que haré, pequeña... Seré tu papá.

Yoongi abrazó a la niña contra su pecho y Dongyul se sintió enormemente orgulloso y sorprendido, se levantó de las escaleras (en donde se había sentado para escucharlo todo) y se fue a la sala con la esperanza de que su hijo haría lo correcto.

—A tu papá le gusta soltar la lengua sin medir las consecuencias, a tu mamá tampoco le gustaba. ¿Quieres ver una foto de ella? —Yoongi acostó nuevamente a la niña en su cuna y soltó una pequeña risa al verla estornudar, buscó una de las muchísimas fotos que guardaba de su esposa y la sacó del retrato, poniéndola frente a la bebé—. Aquí está, ella era muy bonita. Bien... tú puedes conservarla, yo ya tengo muchas.

Dicho lo último, Yoongi colgó la fotografía en uno de los ganchos que sostenían los juguetes afelpados en el móvil sobre la cuna de la niña, besó su frente y salió de la habitación.

Yoongi sería por fin un padre para Yoona.

Daegu girl [SOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora