PRINCIPE AZUL [Kookmin]

CAPÍTULO VIII

—¿Qué te pareció la visita sorpresa de Jungkook?

—Me sorprendió mucho, por la noche envió un mensaje avisándome su visita pero no lo ví.

—Y yo que pensaba que había llegado con Hobi para sorprenderme a mí también —exhala un suspiro.

—Pero si no quieres nada con Hobi más que sexo ocasional —me burlo un poco para ver su reacción.

—Lo sé, la verdad es que pienso mucho en él, no sé, como que a veces lo extraño y quisiera compartir más tiempo a su lado —rasca su cabeza.

—Vaya, creo que estás enamorado —golpeo su hombro con el mio.

—No sé Jimin, siento muchas cosas por él, tal vez termine dándole la oportunidad de ser mi novio, ya veremos —eleva sus hombros.

—Fuertes declaraciones amigo.

—Lo sé, de un tiempo para acá disfruto mucho estar a su lado y cuando me despido de él siento feo, tal vez y ya caí en sus encantos —sonríe mirándome a los ojos.

—Quién lo diría, pero me da gusto, tú y Hobi hacen bonita pareja.

—¿Si verdad? Pienso lo mismo —sonríe como tonto enamorado, lo he perdido, jajaja.

Suena una notificación en mi celular.

CHA EUN WOO
Hola precioso, espero que no hayas olvidado nuestra cita en la noche, nos vemos a las 9 p.m. en la recepción del hotel.

Abro los ojos asombrado, la verdad es que con la visita de Jungkook ni me acordaba de la cita.

JIMIN
Estaré esperándote.

Aunque Cha Eun Woo es un chico guapísimo, tengo una sensación extraña que no reconozco, el día que lo conocí me derritió por completo, pero ahora me siento diferente, veremos que pasa en la cena.

Luego de un buen rato llegamos al hotel, Tae se quedó conmigo eligiendo que vestiría para la cena.

—Me siento raro Tae, como si le estuviera poniendo el cuerno a Jungkook.

—No son novios, así que no pienses cosas raras y ve a conocer ese chico, tal vez y no te gusta su forma de ser y solo sea una cena y nada más.

—Cierto, ok.

Ya listo con un pantalón color vino, una camisa de seda blanca y mis zapatos negros, me encamino a la recepción. Y ahí estaba ya ese chico guapo con un traje sastre azul marino.

—Hola hermoso, ¿Listo para cenar? —extiende su brazo para que lo tome.

—Listo —le sonrío y acepto su brazo para encaminarnos fuera del hotel donde estaba su auto.

Después de unos 15 minutos de viaje y de platicas amenas del paisaje, llegamos en su Hyundai Genesis a un restaurant lujoso, se baja y abre mi puerta como todo un caballero, extiende su mano, bajo y nos dirigimos dentro del lugar.

Es un lugar hermoso y hay pocos comensales.

—Buenas tardes, tengo una reservación a nombre de Cha Eun Woo.

—Claro, tenemos todo listo señor —el joven a cargo sonríe amablemente y nos lleva a una mesa en la planta alta. Esta apartada de todo, la mesa tiene un mantel colo vino hay flores y unas velas adornadola, a un lado hay un pianista que empezó a tocar en cuanto nos vio llegar, todo es hermoso, como sacado de una película romántica donde le piden matrimonio a la chica. Un suspiro, una sonrisa y un sonrojo hacen su aparición.

Cha Eun jala una silla mientras me sonríe para darme asiento, procedo y él lo hace al frente mío.

Un mesero llega con una carta y un vino en sus manos.

—¿Le parece bien éste vino caballero? —le dice a mi acompañante.

Él lo checa y asiente, el joven nos sirve en las copas que estaban en la mesa, nos entrega la carta y se retira.

—¿Qué te gustaría cenar Jimin?

—Yo voy a elegir el kalbi y una ensalada —cierra la carta y espera mi respuesta.

—Pediré lo mismo, suena apetitoso.

—Entonces eso pediremos —le hace una seña al mesero que se encuentra a unos pasos de la mesa y toma el perdido.

—Dime hermoso, ¿cuántos años tienes, vives aquí? —le da un sorbo a su vino.

—No, yo vivo en Seúl, vine con un amigo del trabajo a promocionar nuestro bufete y tengo 26 años  —bebo un poco del vino.

—Parece que tienes menos edad.

—¿Tú que edad tienes y que haces aquí en Busan?

—Bueno, tengo 26 años y también vivo en Seúl, vine con dos amigos de vacaciones, ellos son pareja y me han dejado solo —se ríe con un poco de pena.

—Bueno, supongo que era de esperarse, yo hubiera hecho lo mismo —digo tímido.

—Lo sé y no me sorprende, por eso te pedí que cenaramos, me sentía un poco solo y además uno no se topa con chicos tan lindos muy seguido que digamos —dice lamiendose los labios.