CAPÍTULO XII

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La alarma sonando con cantos de pájaros mezclada con música de piano hace que me despierte. Abro los ojos asustado y me siento rápido mientras me doy cuenta que salen lágrimas de mis ojos, siento una presión enorme en el pecho. Me congelo por un momento, volteo a ver la habitacion, estoy aquí, ¿fué una pesadilla? La angustia en mi pecho sigue haciendo presión, no puedo parar de llorar, tomo el teléfono temblando mientras recuerdo el mensaje que Jungkook me había mandado en ese sueño. Todo parece irreal, ahí está el mensaje, mi alma parece regresar al cuerpo.

Decido llamarlo porque necesito oír su voz.

Suena el tono de llamada.

—¿Hola? ¿Jimin? —me quiebro y el llanto se hace presente de nuevo.

—Cariño, ¿qué pasa?, ¿estás bien? —se oye preocupado.

No puedo hablar, el llanto no me deja.

—¿Estás en el hotel?

—Sí —un murmullo logra salir de mi boca.

—Iré a donde estás, estoy a 5 minutos, no te muevas —cuelga.

JUNGKOOK

Estoy angustiado, Jimin nunca me marca y parecía que casi no podía hablar por el llanto, solo espero que se encuentre bien.

Regreso a la mesa donde están dos compañeros del hospital a punto de pedir el desayuno. Les comento que debo salir y que los llamaré más tarde. Ellos asienten mientras tomo mi maleta para salir del restaurante.

Hago una pausa en mi camino y saco mi celular.

—Tae, ¿podrás decirme en que habitación se hospeda Jimin?

—Huy, ¿ni buenos días?

—Lo siento por ser descortés, pero es que me llamó llorando y necesito saber que está bien.

—Vaya, estaba a punto de llamarlo, yo estoy en el stand y no llega. Su habitación es la 521, por favor mándame un mensaje para saber que está bien ¿si?

—Claro, no te preocupes.

Unos minutos más tarde toco su puerta.

—Toc toc, Jimin, ¿estás bien?

Abre la puerta y veo su carita llena de lágrimas, lo abrazo de forma desesperada, mientras él se aferra a mi cuerpo.

—Estás vivo —dice en un sollozo que apenas logro entender.

Solo me dedico a abrazarlo y besar su cabello mientras se desahoga.

Varios minutos después me separo un poco para limpiar sus lágrimas. Verlo así con sus ojitos llorosos me parte el corazón. Nunca lo había visto en éste estado y me preocupa.

—¿Estás bien?, ¿qué pasa? —cierro la puerta tras de mí entrando a su habitación y dejando mi maletín en el sillón del cuarto.

—Estoy bien —dice con un puchero.

—Pero ¿Por qué lloras de esa forma? —lo abrazo de nuevo mientras vuelvo a besar su cabeza.

Disfruto el abrazo cerrando mis ojos por un momento, mi corazón se pone eufórico cada vez que lo tengo en mis brazos y hoy no es la excepción.

—Soñé que morías Kookie —dice en un sollozo.

—¡Oh! cariño, cuéntame —lo llevo a la cama para sentarnos.

Comienza a platicarme con lujo de detalles el sueño que tuvo, me quedo asombrado por todo lo que sale de su boca y lo abrazo con amor.

—Todo está bien cariño, además no vine en la moto que tanto odias, vine en auto con unos compañeros del hospital, no te preocupes —tomo sus manos para dejar un beso.

—Jungkook, ese sueño me hizo darme cuenta de algo que no sabía —volteo a verlo atento.

—¿Qué cosa?

Me regala una mirada llena de amor, su cara luce diferente a otros días y hay algo en ella que me hace desear besarlo como loco, pero me calmo y espero a lo que va a decir.

—Te amo Kookie, ahora lo sé —sonríe con esa sonrisa que puede derritir a un glacial entero.

Abro mis ojos sin poder creer lo que acaba de decir, llevo mucho tiempo esperando esta declaración. Siento un nudo en la garganta por la emoción.

—¿Estás seguro? —pregunto, porque después de tanto tiempo saliendo con él, casi había perdido la esperanza que correspondiera mis sentimientos.

Asiente con su cabeza.

—Cariño —lo abrazo mientras se me escapan algunos sollozos, mi corazón no puede con tanta alegría.

—Te amo tanto cariño, el cielo escuchó mis plegarias. Yo me enamoré de ti el día que Hobi y Tae te presentaron, mi vida ha estado incompleta desde entonces y nuestros encuentros solo alimentaban más ese amor por ti —me separo del abrazo.

Toco sus mejillas, beso su frente y bajo a sus labios. Mi corazón está por explotar y éste beso me trasmite tanto amor que me saca una sonrisa en medio de sus labios.

Después de ese largo y exquisito beso nos separamos suspirando, nuestras miradas se unen en una declaración de amor.

—Jimin, te amo tanto —acaricio sus mejillas.

—También te amo Kookie, ahora lo sé.

Le regalo una enorme sonrisa.

Toma mi cuello y me acerca para besarme.

Toma mi cuello y me acerca para besarme

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PRINCIPE AZUL [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora