CAPÍTULO XIII

887 117 1
                                    


JIMIN

Este beso me hace sentir una emoción inexplicable en el pecho. Acaricia mi rostro con tanta delicadeza que me derrite. Me recuesta en la cama interrumpiendo el beso, ve mi rostro sonrojado y se deshace de la playera que uso para dormir. Besa mi cuello y mi hombro, mi piel deja grabados sus labios como si de un tatuaje se tratara.

Estoy ansioso por hacer el amor.

Baja a mi abdomen dejando un camino de besos mientras retira mi ropa interior haciendome estremecer, regresa a mis labios para lamerlos. Ambos gemimos. Kookie se levanta para despojarse de su ropa, yo quedo hipnotizado viendo cada parte de su desnudez, amo los tatuajes en su cuerpo trabajado. Mi miembro palpita por la anticipación de lo que sucederá, me sonríe y se acerca para volverse a fundir en mis labios, aprovecho el movimiento y abro mis piernas ansioso, nuestros miembros se encuentran cuando se posiciona encima de mí cuerpo.

Suspiramos por la sensación.

Sus manos recorren mis piernas y con sus labios baja a mi pecho lamiendo lentamente mis pezones, muerdo mi labio inferior por el placer que siento. Baja a mi vientre para lamer mi miembro, lo recorre de arriba a bajo con su lengua y lo mete en su boca haciendome gemir, elevo mi cadera para meterlo todo.

Al cabo de varios minutos me deja más ansioso que al principio. Mete tres de sus dedos a su boca mirándome de la forma en la que solo él puede hacerlo.

Abre mis piernas e introduce lentamente un dedo en mi entrada, yo exhalo y me estremezco por la dulce intromisión, él se agacha y se dedica a besar cada centímetro de mi cuello con devoción. Continúa con el segundo dígito mientras besa mi hombro. Mis ojos cerrados disfrutan de cada toque de sus labios en mi piel, estoy listo y entra en mí el tercer dígito, ahora está lamiendo mis pezones y no puedo aguantar ni un segundo más.

—Koookie, hazlo ya, por favor —suplico.

—No quiero lastimarte cariño —besa y lame mi oreja.

—Por favor.

Reacciona a mi súplica, acaricia mi cabello y se levanta para posicionar su miembro en mi entrada, la penetra lentamente, cierro mis ojos y muerdo mi labio inferior por el leve dolor, mi cuerpo se estremece cuando eleva mis piernas, las besa y empuja un poco más su miembro.
                  
Besos y caricias inundan la habitación mientras me acostumbro al grosor de su miembro.

Kookie baja mis piernas, toma mi cintura y me acerca a su cuerpo para quedar a horcajadas, abro un poco mi boca sintiendo como su miembro entra por completo en mí.

Toca mi cara mientras aprecia el desastre en el que me he vuelto. Abro los ojos y me pierdo en la mirada de amor que me regala.

—Te amo Kookie —se escapa de mis labios.

El sonríe, me abrazo mientras besa mi cuello y me susurra:

—Yo te amo más cariño.

Me rescuesta en la cama, abre más mis piernas y empieza a moverse un poco más rápido, su pene entrando y saliendo de mi interior es algo que disfruto como nunca, volteo a ver su rostro y veo que tiene los ojos cerrados y está mordiendo su labio inferior. Quedo hipnotizado por varios segundos viendo su cuerpo unido al mío, parece darse cuenta que lo veo y abre sus ojos, ambos sonreímos de forma tímida, abro aún más mis piernas y le extiendo mis brazos para que se acerque, accede y nos besamos mientras gemimos por la excitación que causa tocar nuestros labios mientras hacernos el amor. Araño su espalda cuando gime en mi cuello, la penetración es deliciosa y húmeda, mi corazón late como nunca antes lo había hecho, está eufórico y ahora sé el motivo. 

—Soy tuyo Kookie, solo tuyo —declaro en su oído muerto de placer.

—Yo siempre he sido tuyo cariño —gime a un lado de mi cabeza.

La velocidad de las estocadas aumenta, me falta el aire, respiro rápido y sollozo fuerte mientras mi cuerpo se sacude manchándome sin poder aguantar más. Él aprieta su trasero y exhala de forma rápida mientra suspira, también ha terminado. Se recuesta por un momento en mi pecho sin importarle que mi líquido esté ahí, yo acaricio su cabello rebelde mientras acaricia mi cintura.

Segundos más tarde retira su miembro y se acuesta a un lado mío, me jala hacia él para un fuerte abrazo, besa mi cabeza y yo inhalo su aroma mientras quedamos así por largo rato disfrutándonos.

Abro mis ojos asustado y me levanto para sentarme en la cama.

—¿Qué hora es? —pregunto inquieto.

—Las 10:20 a.m., —contesta viendo su reloj de mano.

—Rayos, Tae debe estar esperándome —me levanto rápido de la cama.

—Pero, ¿por qué no me ha llamado? —me quedo pensativo.

—Tranquilo cariño, antes de venir le llamé, de hecho él me dijo el número de tu habitación, le comenté que te sentías mal y que iba a estar contigo.

Mi alma vuelve al cuerpo.

—Por cierto, debo enviarle un mensaje para decirle que estás bien —se levanta para buscar su celular y mandar el mensaje.

—¡Que susto!, pero debo arreglarme para la Convención —me encamino al baño.

—Pero hazlo tranquilo, Tae no se va a ir de donde está, además de seguro no has desayunado.

—Me voy a duchar rápido —grito desde el baño.

—Esta bien, mientras ordenaré algo para desayunar —grita también.

Sonrío y me voy a duchar.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
PRINCIPE AZUL [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora