PRINCIPE AZUL [Kookmin]

CAPÍTULO IX

—Eres muy hermoso Jimin, seguro ya te lo habían dicho antes —toca mi mano en la mesa.

Me sonrojo y bajo la mirada.

—Tú también eres muy guapo.

Nuestras miradas se unen y me encantaría saber lo que esos ojos color miel están pensando. Unos segundos más tarde el mesero interrumpe el momento con nuestra comida. Empezamos a disfrutarla mientras platicamos de todo, él es un arquitecto y me mostró varios de sus trabajos en su celular, es increíble que un chico tan apuesto haya diseñado esos edificios. Yo solo platiqué de lo que hacíamos en los juzgados y esas cosas tal vez aburridas para él.

Luego de un buen rato terminamos la cena y el pianista finaliza el mini concierto para nosotros, hace una reverencia y se retira del lugar. Fué una hermosa cita.

—Dime Jimin, ¿te gustaría ir a tomar algo más en mi cuarto de hotel? —uno de sus dedos acaricia de nuevo mi mano sobre la mesa.

Me estremezco y asiento con la cabeza, claro que quiero estar con él.

Pide al mesero la cuenta, entrega su trajeta y al poco tiempo nos dirigimos a la salida del restaurante, ya nos estaba esperando un conductor en su auto para llevarnos de regreso.

Yo iba muy nervioso, no se que podía pasar en su habitación, bueno, sí sabía, tal vez por eso estaba hecho un lío.

Llegamos al hotel y nos dirigimos a  su habitación.

—Toma asiento por favor, ¿Quieres vino, vodka, cerveza o soju?

—Vino estaría bien —necesito un trago para calmar mis nervios, su habitación es el doble de grande que la mía, hubiera estudiado arquitectura, pienso mientras veo todo a mi alrededor.

Me entrega una copa con vino tinto, él sostiene en su mano otra igual y se sienta al lado mío dando un sorbo y poniendo la copa en la mesa de centro mientras se acerca a mi.

Pasa una mano sobre mi pierna y yo me estremezco, le doy un trago rápido al vino, él toma mi copa para ponerla en la mesa, se acerca a mi cuello y me habla al oído.

—¿Te gustaría divertirte un poco Jimin? —Trago saliva y le regalo una mirada de aceptación.

Se acerca a mis labios y los empieza a besar de forma lenta, mis ojos se cierran para maximizar las sensaciones y disfrutar de cada roce, mi corazón se empieza acelerar, exhalo un gemido sin darme cuenta, el beso continúa por varios segundos mientras él empieza a acariciar mi ya abultado pantalón.

Al cabo de un rato nos separamos para tomar aire, el mira fijamente mis ojos y mis labios, se vuelve acercar.

Sorpresivamente toma mi cabello con una de sus manos y lo tira hacia atrás de forma ruda dejando mi cuello expuesto, comienza hacer un camino de dolorosas mordidas que llegan a mi pecho mientras desabotona mi camisa, no me gusta la sensación y en verdad me duele, cierro los ojos sintiéndome extraño, ya no estoy exitado, solo siento miedo. Me dejo llevar pensando que tal vez es algo momentáneo, su tacto en mi cuerpo no es delicado como esperaba, aprieta mi trasero fuerte mientras me sigue mordiendo el cuello, pasa a mi labio y lo hace sangrar, duele y siento la necesidad de salir corriendo de aquí. Debo pensar bien como irme, tal vez quiera retenerme a la fuerza y termine abusado por este loco.

Suena mi celular.

—Necesito contestar.

—No nene, de aquí no te mueves.

Deja de sonar el teléfono mientras me jala en el enorme sillón para desabrochar mi pantalón bruscamente, mete su mano apretando mi pene de forma dolorosa. El celular vuelve a sonar, en un momento lo empujo y le digo que en verdad debo contestar, esto me da tiempo de pensar en como salir de aquí, no quiero seguir con esto, al descolgar la llamada me doy cuenta que fué Tae, hago como que estoy hablando con él.

<< ¿Hola, Tae? Si, no me acordaba del informe que debíamos enviar hoy, lo siento, voy rumbo a mi habitación para redactarlo, no te preocupes >> Hago como que cuelgo la llamada.

—Lo siento, debo irme —me empiezo a  abrochar mi camisa y el pantalón rápidamente para salir de aquí.

—No puedes irte y dejarme así nene. Además, no tardaré —acaricia su miembro sobre el pantalón mientras se acerca a donde estoy.

—No, debo hacerlo ya, te llamo luego ¿de acuerdo?

—Mañana no te escapas Jimin.

—No pienso hacerlo guapo —miento en lo que me acabo de vestir y salgo rápido de la habitación.

Cierro la puerta en mi espalda y respiro profundo.

De lo que me he salvado, soy un tonto, este chico parecía tan lindo y fue tan rudo al tocarme que no quiero volver a tener sus manos encima.

Me acomodo el cabello y me dirijo a mi habitación en el siguiente piso, al llegar al elevador suena mi celular por tercera vez, es Tae.

—Tae, perdón, estaba ocupado y no podía contestarte.

—Jimin, ¿dónde estás?

—Voy rumbo a mi habitación, estaba con Cha Eun Woo, algo salió mal, ya te contaré.