Problemático

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Todo el tiempo que Tobias pasó sin hablar con Tim tuvo repercusiones para su, ya muy inestable, salud mental. Sin comunicación con su compañero o con el ente le resultaba complicado mantenerse lúcido, por lo que comúnmente sucumbía a cualquier cosa que las voces en su cabeza le dictaban.

A veces eran cosas relacionadas con cosas inofensivas, como conversaciones; otras ocasiones eran cosas comunes, como beber agua; pero la mayoría del tiempo eran cosas que dañaban de alguna forma a Tobias, como cortes en su cuerpo, quemaduras de segundo grado en sus extremidades o contusiones que llegaban a dejarlo inconsciente.

Habían pasado exactamente dos meses desde que Toby había charlado con alguien, y unas cuantas horas desde que había empezado con un episodio de delirios más fuerte que otros. Daba vueltas por toda la cabaña sin ser capaz de salir de ella por amenazas inexistentes.

—Masky, por favor, diles que se vayan —dijo el chico mientras se llevaba las manos al cabello, tirando con fuerza del mismo hasta el punto de arrancarse cabello.

Masky no estaba dentro de la cabaña, ni siquiera le prestaba atención.

—Por favor, Tim... —susurró antes de caer al piso. Se quedó ahí, temblando y mordiendo sus manos.

Masky suspiró cuando dejó de escuchar los pasos incesantes de su compañero y sintió que al fin podía disfrutar de su comida sin sentirse tan culpable.

La pequeña celebración del enmascarado duró poco debido a que un grito proveniente de la cabaña inundó el silencio del bosque. Giró la cabeza unos centímetros y observó al menor saliendo de la cabaña, tambaleante y demacrado; apartó la vista en ese mismo instante.

—Eres un hijo de puta —le dijo con cierta desesperación en su tono, una que incrementaba con cada palabra—. ¡Mírame de una maldita vez! ¡Estoy aquí!

El mayor apretó la mandíbula y miró las llamas, intentando concentrarse en el movimiento del fuego, buscando el coraje que le faltaba para seguir ignorando a Toby.

—No puedes seguir fingiendo que no me ves. No lo soporto más. —Tobias se acercó al mayor y lo tomó del hombro.

—Tienes que decirme que me amas, Masky. ¡Sé que me amas! —Soltó una risa afligida—. Por favor, ámame. Eres lo único que tengo, lo único que quiero.

Masky se mantuvo firme y no miró a Tobias. Le era más fácil reprimir sus emociones con la máscara puesta.

—¡Te vas a arrepentir de no amarme! —Soltó los hombros ajenos y envolvió sus brazos en sí mismo mientras se contorsionaba hacia el frente. Realmente se sentía impotente y desconsolado, era demasiado que soportar para alguien tan lastimado.

La respiración de Masky se volvió irregular y su estómago dio un vuelco cuando notó el cuchillo de caza en el bolsillo de la sudadera de Toby. Por un momento temió por su vida.

Rogers recuperó su postura común casi de inmediato después del descubrimiento del enmascarado. Sacó el cuchillo y lo dirigió a su propio cuello.

—Di que me amas —ordenó con un grito—. Te juro que me voy a cortar el puto cuello si no lo dices o si me mientes una jodida vez más.

Wright se levantó y se quitó la máscara para mostrarle a Tobias su indiferencia. No le dirigió la mirada en ningún momento, porque si lo hacía se daría cuenta de la verdad: él amaba tanto a Tobias que le era imposible asimilarlo.

Los ojos llorosos y sin esperanzas de Rogers se clavaron en los de Masky. Comprendió lo que debía hacer cuando él no abrió los labios ni un centímetro.

Tobias cortó su cuello de forma veloz y sin ningún otro aviso. El corte se extendió casi hasta llegar a la yugular, pero no fue capaz de cortarla antes de soltar el cuchillo.

Keep Myself Alive | [°TicciMask°]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora