❝Luz entre tanta oscuridad❞[Itasaku]

[Capítulo 15]:❝¿Nos volveremos a ver...?❞

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Ambos se sonrieron cálidamente, la idea de hacerse más cercanos les agradaba. Qué curioso era...

Debían ser enemigos pero a pesar de eso no se veían de esa forma. Ninguno tenía nada en contra del otro.

Itachi de alguna forma estaba cambiando y él no se daba cuenta de ello. Aquella niña dulce de pelos rosa lo había ablandado notoriamente.

¿Desde cuándo se interesaba por alguien?

Si todos estos años había estado sumergido en la oscuridad absoluta, tomando el papel de un personaje que no es.

Sakura por su parte también sufría un cambio repentino en su forma de verlo a él:

Desde pequeña sentía rechazo por él. Ante los ojos de aquella niña de doce años que fue, Itachi Uchiha era el motivo por el cual Sasuke no era feliz y eso lo hacia odiarlo. Hace un mes atrás creía que él Uchiha mayor era la clave para traerlo a Sasuke y actualmente veía a Itachi como su aliado.

Sakura sentía algo por él y no sabía qué.

Era una atracción peligrosa por querer conocerlo más profundamente, saber que pasó por su cabeza para cometer la masacre que hizo años atrás.

Y además de eso...

Creía que Itachi en el fondo era bueno.

Los dos estaban cambiando su forma de ver al otro y casi no se daban cuenta, o quizás pretendían no hacerlo...

Itachi se sentía humano al lado de Sakura y ella se sentía protegida.

Los dos charlaban de cosas triviales, hasta que la pelirosa hizo una pregunta personal.

―Itachi, ¿Cómo era...tú madre?

Itachi quedó impactado por la repentina pregunta, pero no sentía incomodidad en responder.

―Era una mujer dulce y bella, su pelo era largo y oscuro, sus ojos a pesar de ser negros brillaban mucho. Su mirada era...De amor puro.―Respondió―

Sakura pudo notar nostalgia con tristeza en su voz.

―Era una madre excelente, cómo ninguna otra. Su vida entera éramos mi hermano y yo... Todo el tiempo estaba encima de nosotros, preocupada por la comida, por la ropa, los deberes y mis misiones.―Hizo una leve pausa―...Ella a veces expresaba su tristeza cuando yo iba a misiones peligrosas, temía que algún día no volviese a casa. Eso provocaba peleas con mi padre. Él decía que no debía temer, que yo sabía cuidarme solo y era un Ninja capacitado pero mi madre no lo aceptaba.

Sakura miraba con tristeza y curiosidad su relato.

―Mi madre fue...Fantástica.―Terminó―

Su mirada era cabizbaja.

―Vaya...Qué bonito lo que dices, Itachi. ¿Cómo se llamaba?