Cuando Jaemin despertó el mundo entero se derrumbó ante sus pies. Debía ir al colegio pero ¿Cómo haría eso si todo su cuerpo dolía? Desde la cabeza hasta su espalda baja, no era capaz de describir con palabras lo que estaba viviendo, sólo sentía que iba a morir.
Como si lo hubiesen llamado, Jeno entró a la habitación con expresión alarmada, parecía asustado de que todo fuese una ilusión y Jaemin en realidad no existía. Por su parte, el rubio recobró poco a poco el sentido y sus mejillas se tiñeron de carmín. Tuvo su primera vez con Jeno.
─Era magia temporal─. Jeno no saludó, sólo dijo lo obvio. Las manos de Jaemin sostenían la sábana para cubrirse, sintiéndose tímido por la presencia del más alto.
─Me di cuenta...
Jeno lucía más tranquilo ahora. Jaemin se preguntaba qué había hecho después de que se desmayó teniendo sexo, no podía imaginar que fue cargado como una princesa hasta la habitación, Jeno no se veía tan romántico.
─Oye, en tu quinta vida tuvimos una cita muy romántica. Si me lo propongo puedo serlo─. El demonio replicó, seguía leyendo sus pensamientos.
Una pequeña punzada de dolor atacó la cabeza de Jaemin al escucharlo, los humanos no tenían la capacidad de recordar cuánto vivieron, pero las almas guardaban muy bien esas memorias. Tardó un par de segundos en recuperarse, cuando abrió los ojos Jeno ya estaba a un lado suyo, sosteniéndolo por los hombros y mirándolo con una expresión de preocupación.
─Después podrías explicarme, tengo que irme al colegio─. Recordó que era miércoles, si se apuraba llegaría justo a tiempo.
─Ya déjalo, yo te puedo dar la vida que te mereces─. Ofreció Jeno, mirándolo decidido.
Jaemin amaba ser independiente, todo porque su querida madre le sacaba en cara darle la vida ¿Para qué? ¿Para enviarlo a un orfanato o dejar que sea el marginado del pueblo? Definitivamente no quería depender de nadie, además, tenía diez mil dólares a su favor.
─No quiero, debo estudiar─. Concluyó, posterior a eso intentó ponerse de pie pero falló y cayó sobre la cama.
Jeno le miró con una mueca, era un niño realmente terco. ─Con que faltes hoy no pasará nada, puedo falsificar una excusa médica─. Ofreció.
El menor lo pensó, realmente todo le dolía, pero Jeno seguía siendo un demonio ¿Por qué debía confiar en él? Sin embargo, ahí estaba otra vez esa extraña voluntad creciendo en su pecho. Finalmente se acomodó otra vez en la cama, su corazón y mente tenían un debate sobre lo que ese demonio significaba para él.
El pelinegro sonrió satisfecho, de su bolsillo sacó un teléfono para llamar a su mano derecha Mark. Cuando respondió le habló en latín, esperando que Jaemin no entendiera las palabras que compartían. El rubio miraba curioso, deseoso por comprender lo que decía. Como algo natural, Jeno posicionó su mano en los cabellos de Jaemin para acariciarlos como si fuese un gatito, el menor los recibió con total gusto mientras ignoraba el mundo a su alrededor, sólo le importaban los mimos.
Jeno era abrumante, le decía cosas como si lo conociera de muchas vidas y eso lo aterraba ¿No se estaría equivocando? Todo era demasiado repentino, no quería involucrarse mucho más. Empezaba a odiar la idea de que su cuerpo reaccionara tan bien ante los toques de ese hombre ¿No estaría enloqueciendo o esos eran efectos colaterales del ritual?
─Casi lo olvido─. De mala gana, Jeno sacó un sobre de su bolsillo. Ahí estaba el dinero que Mark le prometió a Jaemin. ─Los humanos son tan graciosos, se mueven por este papel moneda.
─¿Cómo se mueven los demonios?─. Jaemin preguntó sin pensar, aunque se arrepintió instantáneamente.
─Por amor, supongo─. Respondió Jeno. ─Yo me enamoré y entregué mis alas, sabes.
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Our Lady of Sorrows ─Nomin.
FanficJaemin siempre tuvo el presentimiento de que algo estaba mal con él. Desde sueños caóticos hasta los rumores que crecían alrededor suyo, todos en el pueblo estaban de acuerdo en que él era hijo del pecado. Lastimosamente ni el creyente más fuerte no...