12

137 18 12
                                    

Jaemin llegó a casa sano y salvo, al menos físicamente porque su mente aún era un lío de recuerdos distorsionados.

Podría describir la extraña interacción dentro del bus como un sueño, era lo más adecuado para mantener la poca cordura que le quedaba. Lo que sea que estaba detrás suyo, le estaba jodiendo la cabeza. Le sudaban las manos mientras sus padres parecían discutir sólo con la mirada, a su derecha Yeeun y Sunoo se veían incrédulos de todo lo que le sucedía a su hermano mayor.

Sunoo, de apenas seis años, caminó hasta Jaemin y se acomodó sobre el regazo de este, logrando calmar al castaño.

─Jaemin, cuéntanos exactamente qué pasó.

Su padre fue el primero en hablar, Sangmin tenía el semblante serio contrario a la preocupada expresión de su esposa.

Jaemin suspiró, bajó a Sunoo de su regazo y dejó un beso sobre la frente del pequeño de ojos grandes. ─Bebé, después jugamos ¿está bien?

─Yeeun, ve a tu habitación junto a tu hermano, princesa─. Esta vez fue Yoon quien habló, llamando inmediatamente la atención de su hija. La pelinegra se llevó a Sunoo, quien tenía los labios abultados queriendo pasar más tiempo con Jaemin.

Un silencio inundó la estancia, los adultos aún esperaban el relato de su hijo. Las manos de Jaemin sudaban, por inercia limpia estas con la tela del pantalón que cubría sus muslos. Estaba aterrado, la realidad le estaba golpeando ¿qué podría hacer él si resultaba envuelto en líos paranormales? probablemente terminaría en un manicomio, incluso si los hechos eran reales. Habló de todo, desde las pesadillas recurrentes hasta el incidente en el hospital abandonado, quedándose para sí mismo el detalle del libro.

Yoon fue la primera en acercarse, abrazando a su hijo por los hombros mientras que Sangmin apenas podía mirar a los dos. Finalmente, el adulto resopló.

─Será nuestro secreto familiar. Si las personas en ese pueblo esconden tanto la historia de ese tal Jaemin, nosotros también podemos ignorar las similitudes. No creo en esas cosas, no dejes que te afecten─. Fue lo único que dijo su padre, antes de abandonar la habitación.

Jaemin miró a su mamá, ella tenía los ojos brillantes gracias a las lágrimas que amenazaban con salir.

─Tú sí me crees, mami ¿verdad?

─Por supuesto que sí, bebé─. Yoon soltó un suspiro, sus manos sosteniendo las mejillas del menor. ─Cuando dije que te llamarías Jaemin sabía perfectamente a lo que me estaba enfrentando, pero no debes pensar que tu nombre está maldito o algo por el estilo. Yo no te enseñé a ser superficial.

El menor asintió, dándole razón a su mamá.

Yoon se separó de su hijo para quitarse el collar de oro que traía consigo, de este colgaba una imagen que a Jaemin le pareció muy bonita: La virgen de los dolores.

─No tengas miedo, ella y mi amor te cuidarán.

Y no sería así, Jaemin se encargaría de enfrentarse a lo que estaba pasando. Al menos para matar la curiosidad.




ㅤㅤㅤㅤㅤ

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 06, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Our Lady of Sorrows ─Nomin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora