FINAL

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  Hoseok venía en la parte trasera del auto

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  Hoseok venía en la parte trasera del auto. Afilaba sus dagas y verificaba que las armas estuvieran cargadas.
   Taehyung apretó el volante, furioso por todo lo que estaba sucediendo. La niebla cerrada y la oscuridad volvían el camino difícil, pero Tae aceleró de igual forma.

   —Ten cuidado —me aferré al asiento.
   —Llegaremos demasiado tarde —me mantuve en silencio—. No puedo creer que Namjoon nos haya hecho algo así.
   — ¿Aun crees que es alguien bueno, Taehyung?
   —Él fue quien nos ayudó de pequeños, Jimin, no lo olvides. Tuvimos una casa, comida y que vestir gracias a él.
   — ¿Y eso qué? ¿Crees que eso fue ayuda? —Frunció el ceño sin desviar la mirada de la ruta—. Las noches que te obligaba a matar y regresabas con las manos manchadas de su sangre, ¿crees que eso es ayudar? ¿Te has preguntado alguna vez si realmente esas personas eran lo que él decía? ¿Y si tal vez eran solo inocentes, como lo son Eloise y Raizel?
   —No quieras hacerme sentir culpable, Jimin.
   —No lo hago. Pero por favor, abre los ojos. Namjoon no es quien creías. Lo supe desde aquel día que me golpeó y luego se repitió por años.
   —No quiero recordar eso. No podía tolerar verte lastimado.
   —Acabaremos con él y con su infierno.

   El viaje continuó, estábamos a menos de un kilómetro cuando una moto nos alcanzó. Los disparos impactaron contra el auto, Hoseok abrió la ventanilla para dispararle pero la moto avanzó rápido hasta desaparecer tras la neblina.
   Taehyung detuvo el auto por un momento. Verificó que todos estábamos bien.

   —Será una noche difícil. Si algo sucede, si algo me sucede quiero que huyan, rescaten a las chicas y huyan a Paris. Tengan la vida que merecen. Debajo del asiento está el dinero. Huyan.
   —Lo haremos, pero juntos Taehyung —apoyé mi mano en su hombro—. No me iré sin mi hermano.
   — ¡Acabemos con esos hijos de puta! —Hoseok gritó desde atrás. Taehyung encendió el auto y aceleró.


 
   Todo era oscuro. Nos habían puesto unas bolsas de tela negra en la cabeza. Sentía el viento golpear mi espalda y el ruido del mar cerca.

   —Qué triste final, muchachos. Jamás imaginé algo así para ustedes. Si tan solo se hubieran quedado a mi lado... —escuché los pasos de Namjoon.
   Descubrió mi rostro y el de Tae. Observe a Eloise y Raizel a un costado, arrodilladas y con un tipo cada uno apuntándoles a la cabeza.

    La escena parecía sacada de una película. La mansión de Namjoon ardía en llamas a lo lejos. Cadáveres por el jardín. Nosotros al borde de un acantilado y el mar debajo. Una caída dolorosa y fatal.

   — ¿Qué quieres de nosotros? —Taehyung fue el primero en hablar.
   —Justicia. ¿No es eso lo que les enseñé?
   —Venganza, querrás decir —solté.
   —Sus amigas mataron a dos de los nuestros. Me parece justo matar a quienes lo hicieron.
   —No fueron ellas —defendí.
   —No te preocupes, Jimin. Tus defensas no funcionarán —caminó de un lado a otro—. De todas formas, todos ustedes morirán. Han matado a varios de los nuestros.
   —Señor, ya acabamos con él —otro apareció.
   — ¿Con quién? —Taehyung intentó liberar sus manos—. ¿De quién habla? ¿Con quién acabaron?
   —Bien hecho. Prende fuego el auto —ordenó. El hombre desapareció.
   — ¡Hoseok! —grité—. Si me enteró que le hiciste algo, te juro...
   —Pónganlas de pie y desaten sus manos —los otros los empujaron a Eloise y Raizel con sus armas—. No se atrevan a hacer algo o se llenarán de plomo —la oscuridad me impedía ver sus rostros. No llevaban sus máscaras.

   Eloise y Raizel caminaron hacia nosotros. Sin poder ver, sin saber hacia dónde dirigirse. Con el riesgo de una caída brutal.
   — ¡Alto! —Namjoon gritó antes de que llegaran al límite—. Volteen hacia aquí y quítense la bolsa.

   Así lo hicieron. Eloise buscó mi mirada, sus ojos se llenaron de lágrimas. Raizel observó el mar debajo.
   —Intenté hacer lo mejor para ustedes pero cualquier decisión tiene su consecuencia. Esta es la de ustedes —Namjoon dibujo una sonrisa en su rostro—. Acaben con ellos.

   Las armas apuntaron hacia nosotros. Cerré los ojos antes de sentir el impacto de las balas cuando escuché el primer tiro, luego otro y otro. Luego el sonido de las olas a lo lejos.
   Abrí mis ojos para encontrarme a tres cuerpos tirados en el piso. Hoseok frente a nosotros con un arma. Su nariz sangrando y una sonrisa amplia.
   Raizel y Eloise se apresuraron a desatarnos.

   Corrimos hacia él, Eloise se agacho para tomar dos de las armas, me entregó una.
De pronto escuché un quejido. Volteé para ver a uno de ellos ponerse de pie, sostuvo la herida de su abdomen con una mano y con la otra su pistola mientras tambaleaba sin fuerza.
   — ¿Jungkook? —Eloise dio un paso hacia él.
   —Eloise... —intenté detenerla.
   —Qué rápido te olvidas de los que nunca te abandonaron, cariño —ladeo una sonrisa ensangrentada.
   —Creí que...
   — ¿Qué estaba muerto? —Soltó una carcajada—. Sobreviví a la supuesta caída. Namjoon me encontró horas después, herido y aquí estoy. Creí que me buscarías pero luego me enteré que alguien más había ocupado mi lugar.
   —Jungkook...
   —Encontraste a otro a quien aferrarte luego de todo lo que vivimos, ¿verdad?
   — ¿De lo que vivimos? De todas tus infidelidades y maltratos —Eloise carcajeó con sarcasmo.
   —Siempre estuve a tu lado, sin importar qué. Yo fui quien jamás te soltó la mano, Eloise. Fui el único que no te abandonó.
   —Fuiste el único que se aprovechó de mi situación para manipularme y tratarme como una mierda. Como tú mierda.
   —No eres más que una maldita basura, Eloise. Jamás serás feliz.
   —Seré más feliz de lo que fui contigo, imbécil.

   Apunté a su cabeza. Jungkook se apresuró a intentar dispararme primero, pero Eloise jaló el gatillo del arma que sostenía.
   La bala atravesó su pecho. Jungkook caminó hacia atrás y cuando estuvo al borde del abismo, disparó a su cabeza. Cayó al vacío.

   Eloise se dejó caer sollozando. Solté el arma y la tomé en mis brazos. Todo había acabado, el infierno se había terminado con la vida de Namjoon y sus hombres.
   Escuchamos la sirena de la policía a lo lejos. Huimos en dirección al norte, lejos de todo antes de que nos atraparan.
   Seokjin nos esperaría cerca del aeropuerto junto a Magnolia para poder escapar del país a un nuevo inicio.


Cuando baja el telón - Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora