Escena XV

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   Apoyé mi cabeza contra la pared

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   Apoyé mi cabeza contra la pared. Imaginé a Jimin buscándome, acabando con estos hijos de puta.

   El estómago comenzaba a dolerme. El vacío y el hambre voraz por no haber comido absolutamente nada, ni siquiera la bandeja con arroz y un pedazo de pollo a medio coser. Me rehusé a comer o beber cualquier cosa que viniera de ellos.

   Raizel dormía en un rincón de la habitación, cerca de la cadena que la tenía aferrada al piso. Se quejaba de vez en cuando, por el frio, el dolor o alguna pesadilla.

   Imaginé muchas veces que mi vida nunca sería normal. Lo supe desde el momento en que no tuve una infancia como la de mis compañeros. Desde que mis padres decidieron abandonarme.
   Supe que nada sería fácil o de color de rosas, pero jamás imagine que se volvería tan oscura.

   Pensé en Jungkook, en cómo sería nuestras vidas si él seguiría con vida. ¿Estaríamos casados? ¿Tendríamos un hijo ya? ¿Estaríamos viajando? O simplemente seguiría igual que antes. Él engañándome y yo permaneciendo a su lado porque no podía soportar que me abandonaran otra vez. Fingiendo que lo nuestro era amor, era real y sano, solo por aferrarme a una idea que yo había inventado en mi cabeza.

   Vi mi vida pasar como una película, nada emocionante. Sabía que las probabilidades de salir de aquí eran pocas.

   La puerta se abrió. El tal Bank entró en la habitación, soltó el aire retenido y pareció observar el ambiente.
   —Despierta —una patada fue dirigida a la espalda de Raizel. Quise saltar sobre él en cuanto le pegó, pero el dolor en mi tobillo me recordó la cadena. Raizel se encogió para luego sentarse lentamente mientras abrazaba su hombro —. Tu hombro, lo olvidé. Ten, sujétalo con esto, servirá por un tiempo —se echó a reír mientras le tiraba una venda inútil en la cara—. Veo que no quisieron comer. Bien, de todas formas morirán, me harán el camino más fácil.
   — ¿Qué mierda quieres de nosotras? —indagué.
   —Mira, Eloise —se inclinó hasta quedar frente a mi rostro—, ustedes mataron a dos de los nuestros. Sufrimos esa perdida, claro que sí...
   —Como si tú pudieras sufrir... —soltó Raizel con una sonrisa cínica.
   —Cariño, me duele tanto verte de esta forma, aquí... —se puso de pie. Caminó lentamente hacia ella—. Cuantas veces te vi desnuda, bailando sobre mí —acarició la mejilla de Raizel con sus guantes de cuero negro—. Cuantas veces probé tu piel... —su dedo continuó bajando por sus labios. Sentí el rechazo de Raizel en su mirada—. Cuantas veces gemiste mi nombre y acabé dentro de ti —su mano se cerró sobre su cuello. Raizel intentó luchar por conseguir algo de aire mientras este se le escapaba a medida que Bank hacía fuerza—. Me duele verte tan miserable, tan vulnerable, tan indefensa. Podrías haber sido mía las veces que yo quisiera, pero no... huiste —la soltó. Raizel tomó una bocanada de aire, el rosa de sus labios y mejillas volvía poco a poco—. Son dos solitarias presas, fáciles de cazar, pero nos dimos cuenta que estábamos equivocados...
   — ¿De qué hablas?
   —No están tan solas. Dos de ustedes corrieron detrás de ustedes desesperados. Estoy segura de que aún siguen buscándolas...
   —Taehyung y Jimin —susurró Raizel.
   —Pero no se preocupen, los nuestros los encontrarán antes y acabarán con sus amigos. Así podremos tener un final feliz y en paz —su risa profunda resonó en la habitación.
   —Señor, están aquí —uno de los suyos entró.
   —Bien, hazlos pasar a la sala —ordenó. Acomodó su saco y sus guantes antes de dirigirse a la puerta—. No hagan ruido, tengo invitados especiales. No sería bueno para mi imagen que escucharan gritos... —se detuvo antes de cerrar la puerta—. Cierto, lo olvidé. Las paredes están hechas para que el sonido no escape, es imposible que alguien pueda oírlas. Buenas noches.
   — ¡Hijo de... ¡ — la puerta se cerró antes de que Raizel terminará su insulto—. Tenemos que encontrar una salida urgente. Intentar buscar la ayuda en esas personas.
   — ¿Qué te hace creer que esas personas que llegaron nos ayudarán?
   —No lo sé. Nos matarán de todas formas... ¿Por qué no intentarlo, Eloise? Si tan solo pudiera quitarme esta maldita cadena —intentó arrancársela. La sangré comenzó a brotar por su tobillo.
   —Basta, solo lograrás lastimarte aún más.
   —No importa —apretó sus dientes intentando soportar el dolor—. Me cortaré la pierna si es necesario.
   —Debe haber algo aquí. Lo que sea —observé el lugar. Cuatro paredes grises, poca iluminación. Un pequeño agujero en la pared. Rocas en una de las esquinas. Nada que pudiera abrir el candado de la cadena—. No tenemos salida, Raizel. Si tan solo pudiera alcanzar ese pequeño agujero, tal vez podría ver algo.
   —Yo lo haré.
   —Ni de chiste. Estas demasiado herida. Lo haré yo.
   —Súbete sobre mí.
   —Tu hombro...
   —A la mierda mi hombro, Eloise. ¡Que te subas! No debemos perder tiempo.

   Dudé unos segundos pero subí. Mordí mi labio hasta que sangrara intentando soportar el dolor y el tirón en mi tobillo. Cada leve movimiento era un infierno, la cadena tenía púas que se encastraban en mi piel y cortaban cada vez que tiraba.

   Alcancé el agujero, era demasiado pequeño para poder ver con mucha claridad.
   — ¿Qué ves?
   —No lo sé... el mar a lo lejos...
   — ¿Qué más?
   —El jardín parece extenso y hay una reja dorada, parece ser la entrada —me moví hacia un costado. Maldije por dentro por cada ardor en mi pierna—. Un auto negro está a punto de salir...
   — ¿Cómo es?
   —Es un auto antiguo, pero bien conservado... Hay tres hombres caminando hacia la salida...
   — ¿Cómo se ven?
   —Uno parece ser Bank, tiene la misma contextura...Los otros dos no logro verlos bien. Tienen tapados negros y están de espaldas.
   — ¡Grítales!
   —Ya escuchaste a Bank. Es imposible...
   —Pon tu boca en el agujero, inténtalo Eloise, grita.

   Obedecí. Sentí el nudo en mi garganta y las lágrimas corrían por mis mejillas. El ruego en mi voz, la desesperación y el miedo. Apreté mi muñeca, recordé haber perdido la pulsera de mi abuela luego de que nos secuestraran.

   — ¡Ayuda! ¡Auxilio! —grité repetidamente. Grité con las pocas fuerzas que tenía en ese instante. Observé rápido por el agujero, uno de ellos pareció voltear pero antes de que mi ojo pudiera captar su rostro, mi cuerpo fue jalado al piso.

   Mi cabeza golpeó el suelo y todo se volvió borroso. Vi a Raizel en posición fetal mientras uno de los hombres la golpeaba con su arma.
   Sentí un impactó en mi mejilla, escupí la sangre de mi boca. Otro golpe en las costillas y uno más en la columna. Luego todo se oscureció. 

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¿Quienes se imaginan que eran esas dos personas que estaban con Bank? 

¿Quien cree que sea ese tal "Bank"? Recuerden que no es su nombre verdadero 

Cuando baja el telón - Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora