ESCENA X [+18]

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   El silencio reinaba en la sala

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   El silencio reinaba en la sala. Sentí las miradas sobre mí e intente disimular el rubor en mis mejillas. No tenía la valentía para mirar a nadie.
   —Tenemos que irnos pronto.
   — ¿No crees que debamos esperar? —Jimin se cruzó de brazos.
   — ¿Por qué lo dices?
   —Estamos en la mira, aún más Eloise. Si nos vamos le estaremos dando una buena razón para que sospechen de nosotros. Debemos esperar un poco más.
   —Tienes razón —Taehyung pensó en voz alta. Clavó sus ojos en mí, bajé la cabeza—. Cuiden sus malditos pasos mientras seguimos aquí. Sobre todo tú Eloise. No podemos tener otro error así. Hablaré con Él, tal vez pueda ayudarnos —se retiró sin más.
   —Les dije que se ocupen de los cuerpos —Jimin murmuró hacia Jin y Hobi.
   — ¡Lo hicimos! —Seokjin levantó la voz.
   —Claro, los cadáveres decidieron moverse solos —Raizel rodó los ojos.
   —Crean lo que ustedes quieran. Nosotros hicimos lo que nos pidieron.

    Subí a mi habitación, tomé mi bolso y comencé a guardar la poca ropa que tenía y que me sería necesaria. Debía huir lo más pronto posible, para protegerme a mí. Protegerme de quienes me rodeaban. ¿Quiénes eran estas personas? ¿A qué se dedicaban? Por miedo a convertirme en alguien como ellos. Cometer otro error que me dejara tras las rejas o peor aún, sin vida.

    Las manos me temblaban mientras terminaba de cerrar el bolso. El corazón se aceleraba con cada pequeño ruido.
   De pronto la puerta se abrió. Giré mi cabeza para ver a Jimin, cerró con cuidado detrás de él.
   — ¿Qué haces?
   —Huyo —tomé el bolso.
   — ¿Por qué? ¿No piensas ir con nosotros?
   —No. ¿No lo has escuchado? Estoy en la mira de ese detective. Debo escapar lejos.
   —Eloise...
   —Tengo miedo, Jimin —las lágrimas caían sin poder controlarlas.
   —No debes temer —acarició mi mejilla.
   — ¿Quiénes son?
   —Somos como tú. Personas que han tenido un pasado difícil. Solo hacemos lo que tú, sobrevivir.
   —No soy como ustedes. Jamás he matado a alguien, yo... Yo, tengo mucho miedo. Si me atrapan, yo podría morir —dio un paso hacia mí. Me quede en mi lugar. Algo en Jimin me generaba paz, una especie de refugio en sus ojos.
   —No dejaré que nada malo te pase, Eloise —su pulgar rozó mis labios—. Jamás.

   Cerré los ojos, sintiendo su presencia cerca de mí. Sus labios se unieron a los míos, me aferré a su cuello.
   Enredé mis dedos con las hebras de su pelo. Jimin jadeó entre mis besos. Su lengua abrió paso en mi boca, sentí el calor en mi vientre. Solté el bolso dejándolo caer, uní aún más nuestros cuerpos.

   —Te cuidaré como si mi vida dependiera de eso, Eloise —sus labios bajaron por mi cuello. Sus manos se deslizaron debajo de mi blusa hasta lograr quitármela. Su lengua recorrió un camino hasta llegar a uno de mis pechos—. Cuidaré cada rincón de tu cuerpo —susurró. La electricidad corría por mi columna. Sostuve su cabeza, aprisionándola contra mi piel. Continuó bajando hasta desabrochar mi pantalón y bajarlo por completo—. Solo déjame hacerlo, Eloise —su lengua rozó la tela de mi ropa interior. El calor se concentró allí—. Déjame cuidarte, cariño —con sus dedo corrió la tela para introducir su lengua en mi intimidad. Gemí cuando sentí el calor ardiendo en mí.

   Jalé de su cabello para conectar con su mirada. Lamió sus labios y ladeó una sonrisa. Aun con sus ojos clavados en los míos, deslizó la punta de su lengua en mi clítoris. Mordí mis labios para ahogar el gemido.
   Humedeció dos de sus dedos y los introdujo en mi intimidad. Moví mi cintura para ayudarlo en cada embestida.

   Se puso de pie para volver a besarme, sintiendo su boca humeda por mí. Me guio hacia la cama para dejarme caer sobre el colchón. La respiración en su pecho era agitada, subía y bajaba con dificultad.
   Liberó su miembro erecto y tomó mi mano para ayudar a estimularlo, gimió echando su cabeza hacia atrás. Levanté su camisa blanca para poder ver parte de su abdomen marcado y los tatuajes que lo adornaban. Se desabotonó pausadamente y con una sonrisa dibujada en su rostro se la quitó.

   Se inclinó hacia mis pechos para tomar uno y llevarlo a su boca. Su lengua jugó con mi pezón, logrando que arqueará mi espalda ante el placer.
   Sujetó mis manos sobre mi cabeza, con su otra mano libre tomó su miembro y lo acomodó para poder embestirme. Mordí mi labio hasta sentir el sabor a sangre, Jimin lo notó y lamio la herida.
   Su cadera se movía en círculos dentro de mí. Clave mis uñas en el dorso de la mano que me sostenía.

   —Quiero que seas mía, Eloise —musitó en mi cuello. Lamiendo cada rincón hasta llegar al lóbulo de mí oreja—. Quiero hacerte mía cada noche.
   —Jimin... —jadeé.
   — ¿Serás mía, Eloise? —sus movimientos eran más fuertes. Gemí sin pudor al sentir que estaba llegando al orgasmo—. ¿Serás mía? —su voz era ronca. Las venas de su cuello y su vientre bajo se marcaban cada vez más—. Eloise.
   —Sí, Jimin —logré responder—. Seré tuya.

   Una nueva sonrisa apareció en su rostro. Continuó moviéndose, unió nuestros labios para ahogar los gritos ante la llegada del orgasmo. Sentí su liquido correrse en mi interior.
   —Jimin... —noté que no usábamos protección.
   —Soy estéril, tranquila —besó mis labios—. Lo prometo, Eloise. Nada malo te pasará. Quédate conmigo —besó mi mejilla.
   —Me quedaré contigo, Jimin.

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¿Quien mas esperaba este momento entre Eloise y Jimin?  



Cuando baja el telón - Park JiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora