☾Capítulo 31☽

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Yo nunca fui mucho de las películas de terror porque me da cierta repulsión ver las muertes tan sangrientas. Pero si tengo que admitir que pasé mucho tiempo viendo Investigation Discovery e intentando ver cómo recrear una escena del crimen de forma correcta, en caso de necesitarlo.

Bueno, en realidad, en mis planes no estaba el cometer un homicidio, sino que pensaba que tal vez yo podría ser más inteligente y evitar ser atrapada como aquellos ineptos asesinos amateurs. El gore, la sensación de humedad y un aroma metálico casi imaginario me llega y no puedo evitar dejar de respirar.

Rocco se encargó de recopilar la información importante en apenas una carilla de texto, pero las más de cincuenta imágenes son una cosa totalmente distinta. Al leer la primicia, contengo la respiración.

"Niña asesina a su familia". Sigo leyendo, con mi mejor amigo a mi lado, y él pasa a las imágenes. Lo siguiente que veo es una foto familiar, y me llama la atención ver a una pareja y a sus hijos. Un hombre de tal vez, la edad de mi padre que tiene en sus brazos a un niño pequeño, de aproximádamente dos años y a una mujer que le sonríe a la cámara mientras tiene su mano sobre el hombro de dos niñas idénticas.

Mi atención se centra en el rostro de las niñas al resultarme conocidas, y me sorprendo al ver que al menos una de ellas es Arlet. Pero son gemelas idénticas, vestidas iguales y sonriendo de la misma forma tierna a la cámara.

La siguiente imágen me horroriza, aunque sé lo que voy a ver por el pequeño informe resumido para mí. Los padres están en el suelo, el hombre tiene el cráneo hundido y lo que parece ser un martillo está en su frente.

Mientras tanto, la mujer parece haber sido arrastrada hasta ahí a juzgar por el rastro de sangre. Su cuerpo se ve intacto, así que no entiendo dónde está la herida, por la forma, podría jurar que está en la espalda.

Las siguientes fotos son de la policía científica, especialmente en la autopsia del cadáver, y lo primero que hago al ver el cuerpo de la mujer es tragar saliva, sintiendo un escalofrío recorrer mi espina dorsal. De cerca se puede ver que el cuerpo tiene algunos moratones en el pecho, y luego un corte en el abdomen, a la altura de la pélvis.

La autopsia decía que la señora Mary Sterín estaba embarazada de tres meses, y que recibió una apuñalada en el útero.

Finalmente, siento que mis extremidades se entumecen al ver las imágenes más gráficas que no alcanzo a describir. Cierro los ojos, y corro al baño a vomitar. Mis ojos se empañan por las arcadas, y termino dejando mi desayuno en el inodoro.

Jalo la cadena, y luego me lavo la bocal. Mi reflejo se ve un tanto enrojecido, como mis ojos cristalizados. Mi garganta quema, y luego de escupir el agua me aclaro la garganta.

Dejo escapar el aire de mis pulmones. Minutos después me doy cuenta de que todo aquello lo hice de forma mecánica, sin pensar mucho más en las imágenes y en la información que me bombardeaba.

No puedo describir lo que se hizo con el niño, solo que fue la escena más gore que alguna vez ví. El niño pequeño, terminó al final en la pequeña cama abrazado a un pequeño oso, como si luego de la tortura a la que se lo sometió se lo hubiera dejado en la cama de nuevo, con los ojos cerrados y simulando dormir aunque estaba muerto hacia horas.

Su piel ya verdosa por el rigor mortis, solo se veía delatado por el hilo de sangre que había salido de su pequeño oído.

Dios.

—¿Estás bien? —la voz preocupada del otro lado me tranquiliza.

Abro la puerta y suspiro, mirándolo con pesadez.

—Estoy bien, solo... Dios.

—Mejor te cuento lo que sigue —se encoge de hombros mientras me deja pasar. Lo miro por sobre mi hombro hasta que volvemos al sillón y dejo de ver las fotos.

Malas Intenciones IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora