CAPÍTULO 5: UN AGRADABLE DESPERTAR

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Aquí habrá lemon del rico 🌚

El móvil de Mario empezó a sonar. Pasó su mano tanteando su mesita de noche hasta dar con su teléfono y contestó.

M: “¿Alo?” Saludó somnoliento.

P: “Hola Mario, ¿cómo te encuentras?”

M: “¿Peach? ¿Por qué me llamas? Anoche me dejaste claro que…”

P: “Te llamaba para pedirte perdón por lo que pasó. Lo siento mucho Mario, sé que no debí de decirte todo eso, pero es que me asustaste. Comprende que aún no estoy preparada para dar ese gran paso.

M: “Ah… Pues en ese caso debería ser yo quien te pida perdón.”

P: “Está bien Mario, te perdono. Pero me gustaría que volviésemos a ser solo amigos, ¿te parece bien?”

M: “Si, es lo justo.”

P: Se quedó atónita ante la respuesta de Mario. “¡Espera! ¿Lo dices enserio?”

M: “Es lo justo, dadas las circunstancias.” 

P: “*No me esperaba que se lo tomase tan bien.* Bueno, aun así dile a Luigi que no me verá en las próximas salidas con las chicas. Sería demasiado incomodo el estar cerca de él tras cortar.”

M: “Estoy seguro que Luigi lo entenderá. Tal vez sea algo infantil, pero es muy inteligente.”

L: Empezó a despertarse. “¿Mario?” Dijo aún adormilado.

M: Le pidió a Luigi que guardase silencio. “Se lo diré en cuanto despierte, seguro que ya deben ser las diez de la mañana.”

P: “¿Pero qué dices Mario? Si son ya las dos menos cuarto de la tarde.”

M: “¿Las dos menos cuarto?” Se descolocó el móvil de su oreja y vio en la pantalla del mismo que el reloj daba la hora señalada.

P: “No me digas que has estado durmiendo hasta que te llamé.”

M: “M-mira, lo… siento, ¿vale? Creo que de tanto llorar caí bastante agotado y perdí la noción del tiempo. ¿Y si te llamo más tarde, hablo con Luigi y a otra cosa mariposa?”

P: Dudó por unos segundos. “Si, de acuerdo. *El pobre. Sí que está bastante afectado.* Hablamos. Un besito.”

M: “Chao.” Colgó el teléfono. “Luigi, son las dos menos cuarto, despierta.”

L: “¿Es tan tarde?” Bostezó. “Me dormí, lo siento mucho Mario.”

M: “No te disculpes. Es más, dormir contigo y desnudo es como si durmiera en una nube.”

L: “¿D-de… verdad?” Se sonrojó. “Y-yo opino i-igual que tú.”

M: ¿Y sabes qué es lo mejor?” Le tomó de su barbilla y Luigi miró confundido. “Que en esa nube duerme el ángel más tierno del mundo.”

L: Se sonrojó. “¡N-no d-digas eso! M-me… da vergüenza.”

M: “¿Decirte que eres un ángel te da vergüenza?” Luigi asintió tímidamente. “Pues créeme, eres un ángel. ¿Qué digo ángel? Eres un angelito.” Se cubrió su rostro ya sonrojado por la vergüenza. “*¡Demasiada ternura para mí!* Oye, ¿qué te parece si más tarde cocinamos juntos una panna cotta?”

L: Se retiró las manos de su rostro. “¡Panna cotta! ¡Hace años que no comemos eso! ¡Sí, sí!” Dijo como si fuese un niño súper feliz. 

M: “Pues venga, a levantarse.”

L: “E-espera.” Interrumpió a Mario en su intento de levantarse de la cama. “Q-quisiera ha-hacer el amor otra vez.” Le daba mucha vergüenza pedírselo por miedo al rechazo.

Hazlo conmigo (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora