CAPÍTULO 12: EL FIN DE UN GRAN DÍA

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Y llegamos al capítulo final.

Espero que os guste.

Después de un día repleto de diversión en compañía de sus amigos, los gemelos volvieron a su hogar, con lo que quedaba de su tarta de cumpleaños.

M: “Que bonito detalle ha sido saber que Estela y Daisy han decidido adoptar en el futuro a un pequeño, ¿verdad?”

L: “Sí, y que seamos sus padrinos.”

M: Sacó de una bolsa la tarta restante y la colocó en un plato. “¿Sabés Luigi? Hace más de un año pensé que llegaría virgen a los 30. La noche que la perdí fue la mejor de toda mi vida, y todo gracias a ti.”

L: “Pero antes de eso te sentiste fatal por lo de Peach.”

M: “Lo sé, pero tú lograste que mi primera vez fuese con la persona más importante para mí y no fuese con una cualquiera a cambio de dinero.” Tomó el plato con la tarta. “Así que… antes de que acabe nuestro cumpleaños…” Dijo en tono seductor acercándose a Luigi. “Voy a agradecerte lo que hiciste por mí.”

L: Ya sabía por dónde iba Mario. “O-ok.” Estaba más rojo que un tomate. “P-pero… ¿para qué te has traído contigo la tarta?”

M: “Ahora lo sabrás mi precioso angelito.” Le dio a Luigi un apasionado beso con lengua. “Vamos a mi habitación. Quiero dulce.” Luigi no lo entendía. “*¡Cómo me pone cuando no lo entiende!*” Se dirigieron a su cuarto, Mario dejó la tarta en su mesita de noche y se desnudaron. “¿Quieres dulce tú también hermanito?”

L: “N-no sé muy bien a-a qué te refieres…” Mario agarró un pedazo del pastel con su mano. “¿Q-qué haces?” Sintió como Mario restregaba la nata por su cuello haciéndole gemir. “M-Mario… n-no entiendo.” Mario comenzó a pasar su lengua por el cuello de Luigi. “¡Oh dios mío!” Entonces Luigi lo entendió. Cuando ya no quedaba rastro alguno de nata en su cuello, Mario siguió lamiéndole. “Y-ya no queda nata… ¿Por qué sigues lamién…?” Gimió excitado.

M: “Porque eres el dulce más apetecible para mí.”

L: Se percató que había restos de nata cerca de los labios de Mario. “Tienes un poco de…” Agarró la mano de Mario e hizo que se quitase los restos. Una vez limpio llevó sus dedos a su boca y saboreo el dulce. “¿Así está mejor?”

M: “*¡Mamma mía! ¡Deja de ponerme tan cachondo!* E-está mucho mejor bro, gracias.” Levantó a Luigi tomándole de su culo. “Pero la diversión aún no ha acabado. Te voy a hacer el amor hasta que lo admitas.”

L: “¿A-admitir qué?”

M: “Que eres dulce.”

L: Se sonrojó. “N-no… m-me… me da muchísima vergüenza….” Se tapó la cara con sus manos.

M: “Oh… así que no lo admites, ¿eh?” Dijo en un tono travieso. “Pues vamos a estar toda la noche demostrándote cuán dulce eres hasta que lo aceptes.”

Mario tumbó a Luigi en su cama, se acercó a él y comenzó a besarle con un apasionado beso con lengua mientras pasaba su mano por el cuerpecito de Luigi hasta llegar a la entrada y meter sus dedos simulando embestidas y tijeras. Luigi solo podía gemir y gemir de puro placer.

M: “¿Y bien? ¿Eres dulce?”

L: “N-no… no lo soy.”

M: “¿No? Entonces…” Hizo presión dentro de Luigi casi notando que tocaba su próstata. Luigi solo pegó un fuerte grito de placer mientras babeaba. “Tendré que demostrártelo más.” Comenzó a lamer a Luigi desde su cuello hasta sus pezones como si estuviese lamiendo un helado, y mordisqueó sus pezones. “Tan apetecibles y perfectos…”

L: “P-por favor… para… ¡AH!” Gritó al sentir sus pezoncitos siendo mordisqueados y lamidos. “¡Y-yo… m-mi… mi leche…!”

M: “¿Ya te quieres correr traviesillo? Pero si esto no ha hecho más que comenzar.”

L: “¡Estoy tan caliente Mario! ¡No puedo retenerla por más tiem…!” Apretó los dientes con tanta fuerza debido al tremendo orgasmo que tuvo, dejando parte de su barriga y obligo manchados de su esencia. “L-lo… lo siento mucho Mario.”

M: “No te disculpes, aún estás erecto.” Ambos miraron el pene de Luigi aún duro y palpitante. “Sí que estás caliente.” Le dio un apasionado beso en la boca. “Ahora, voy rellenarte de mí leche para que seas más dulce de lo que ya eres.”

L: “Y-yo no soy… dulce…”

M: “Aún no lo admites, ¿eh?” Tomó un poco del semen de Luigi y lubricó con éste la entrada del pequeñín. “*Me parece que lo está haciendo a posta. Oh Luigi, eres todo un traviesillo.* Entonces, ¿no quieres que te haga el amor? Porque si no eres dulce entonces…”

L: “¡N-NO! ¡P-POR FAVOR, HAZME EL AMOR! ¡YO SOY UN NIÑO MUY BUENO! Lo diré, lo prometo.” Que fácil fue convencer a Luigi, aún con su inocencia casi como de niño.

M: “Tan lindo como siempre bro.” Puso su glande rozando con la entrada de Luigi. “Para ti, mi hermoso angelito.” Se metió en el interior de Luigi haciendo que éste se aferrase a las sábanas aún con más fuerza.

L: Las embestidas crecieron y ahora sí que quería decirlo. “M-Mario… yo…” Tener a Mario ahí mirándolo mientras penetraba una y otra vez le daba mucha vergüenza. “Y-yo soy… ¡SOY DULCE! ¡SOY MUY DULCE!”

M: Ante aquellas palabras sonrió y le besó. “Eso era lo que quería oír. Ahora te daré tu recompensa.” Tembló por la excitación y terminó soltando su semilla dentro de Luigi mientras los dos gritaban de placer.

L: “¡DIOS MIO!” Mientras Mario liberaba su semilla en Luigi se abrazaron y la semilla del pequeño manchó a ambos.

M: “Dos veces que te has corrido… Eres increíble hermanito.”

L: “M-me provocaste tú… Sabés dónde y cómo me gusta.”

M: “Por supuesto. Recuerda que te conozco desde hace ya 30 años.” Rio de ternura y salió del interior de Luigi tumbándose a su lado mientras tomaban aire. “Gracias por este regalo de cumpleaños Luigi.”

L: “Espera, ¿hacer el amor es un regalo de cumpleaños?”

M: “Hacer el amor contigo es el mejor regalo del mundo.” Luigi se cubrió la cara con las sábanas. “No te avergüences anda.” Se las retiró. “¿Ves? Así puedo verte mejor.”

L: “G-gracias Mario… Pero… ¿de verdad no te cansas ni un poquito de hacerlo conmigo?”

M: “No, nada de nada.”

L: “Yo tampoco.” Miró el reloj y vio que ya pasaban de las doce. “Se acabó nuestro cumpleaños.” A Luigi no le gustaba cuando se acababa su gran día. Le daba una especie de estrés post cumpleaños. (*Nota de la autora: a mí también me pasa lo mismo, je, je.*)

M: “Voy a dejar la tarta en la nevera y nos la desayunamos mañana.” Se levantó para ir a la cocina a colocar la tarta tal y cómo había dicho y regresó. “Ya está.” Se volvió a tumbar en la cama junto a Luigi. “Vamos a dormir. Ha sido un día bastante movidito.”

L: Bostezó. “Si…” Abrazó a Mario. “Eres el mejor hermano mayor del mundo bro.”

M: “Y tú el mejor hermano pequeño que se puede tener en este mundo.” Le dio un tierno beso en su cabello.

Ambos terminaron dormidos tras la celebración de su día especial. Mantendrían su relación carnal hasta el final de sus días incluso si no se consideraban como una pareja.

Mario… desde luego tiene muchísima suerte de que Luigi sea su hermano.


Y aquí terminó "Hazlo conmigo".

Espero que hayáis disfrutado mucho de esta historia. Agradezco también a todos vosotros por los ánimos que me dais 🥰

Os espero en próximos capítulos.

Nos vemos 💕

Hazlo conmigo (Mario x Luigi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora