Hazlo conmigo (Mario x Luigi)

CAPÍTULO 7: ALGO NUEVO

Como el mismo título dice: aquí habrá un cambio en este yaoi.

Disfrutad!

Narra Mario

Mi relación con Luigi ahora era mucho mejor: íbamos juntos a sitios, salvábamos juntos el reino y lo mejor de todo, nos encantaba hacer el amor y nunca nos cansábamos de hacerlo. 

A pesar de no ser pareja llegamos a la conclusión de que esos momentos íntimos eran nuestra forma de darnos el amor que nos teníamos el uno al otro, aunque después de cada “muestra de amor” Luigi acabase con fuertes dolores en su hermoso culito me seguía sintiendo mal porque yo no quiero lastimarlo, pero él siempre me decía que le encantaba el que yo estuviese dentro suyo. Quisiera cambiar por una vez los roles. No quiero que Luigi sufra por mi culpa.

Hoy pasó algo bastante precipitado: Luigi llegó corriendo a casa y cerró la puerta con fuerza. Me asomé para ver qué era lo que le pasaba.

M: “¡Hey! ¿Estás bien?”

L: No paraba de hiperventilar. “Menos mal que llegué a casa. Las chicas me llevaron a un boys para que, según ellas, me olvidase de mi concepto de la primera vez y perdiese mí ya inexistente virginidad con uno de esos hombres.”

M: “¿Y cómo te las apañaste para escapar?”

L: “Les dije que yo no quería eso, que yo quería que mi primera vez fuese con alguien especial para mí.”

M: “¿Entonces por qué vienes corriendo?” Bajo mi mirada a los pantalones de Luigi y le veo que estaba empalmado. “Ah, ahora entiendo.”

L: “L-lo siento… No debería dejar que me exciten otros hombres que no sean tú.”

M: “Luigi, si a ti te ponen otros hombres no me voy a enfadar contigo. Tú no eres de mi propiedad. Eres libre de elegir a quien tú quieras.”

L: “Pero yo te quiero a ti. Y me gusta mucho hacer el amor contigo.”

M: “*¡ES TÁN TIERNO! Creo que es mi momento de aprovecharlo.* Bueno, si quieres, como has sido un niño muy malo…” Luigi ya sabía por dónde iba ya que ahora entendía aquellas frases de doble sentido. “Tendré que darte un castigo. Sé tú esta vez el activo.”

L: “Y-yo no sé si voy a poder… ¿Y si te hago daño? ¿Y si lo estropeo? No soy tan bueno como lo eres tú bro.”

M: “Inténtalo mi pequeño angelito. Siempre que te propones algo lo logras, y eso es algo que me encanta de ti, ¿recuerdas?” Luigi asintió y se sintió confiado.

Nos fuimos para su cuarto y nos desnudamos. Una vez desnudos me tumbe en la cama y Luigi me siguió para ponerse encima de mí dejándome ver su hermoso cuerpecito. Aún no podía creer que yo iba a ser el pasivo, todo este tiempo Luigi había tomado ese papel. 

L: “Si llego a hacerte daño dímelo, ¿vale?”

M: “Lo vas a hacer genial, no tengas miedo.”

L: “C-cierto, y-yo puedo.” El pobre, estaba tan nervioso. “Pero primero voy a… prepararte. No quisiera hacerte daño.”

Se llevó dos dedos a su boca y los cubrió con su saliva. La verdad es que Luigi, al verme hacer tal acción antes de hacer el amor, aprendió bastante bien. Cuando se los sacó quiso que le diese el visto bueno a si estaban lo suficientemente ensalivados como para lubricar y empezar a expandir mi entrada y le dije que estaba perfecto, por lo que con un poco de nervios empezó a meter primero uno dentro de mí. Dolía un poquito, pero era soportable.

L: “¿Quieres que lo retire?” Me preguntó preocupado.

M: “No, no, continúa. Es raro pero agradable.”