E.118 El obsequio misterioso de Albert

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Albert acompañó a Candy hasta el hogar de Pony para hablar con la srita. Pony y la hna. María sobre la decisión de Candy de irse al hospital de Mary Jane. Las hermanas lo recibieron con mucho gusto y aunque hubo algunas lágrimas, apoyaron a Candy en su decisión. Al día siguiente, los niños la despidieron con canciones y gritos. Candy estaba llena de emociones: se sentía contenta de poder seguir desarrollando su carrera como enfermera, pero se sentía triste de dejar una vez más el hogar de Pony y a todos los niños; pero también agradecía tener a su lado la presencia de Albert, quien la apoyaba en todo momento.Así, estando finalmente solos en la estación, Albert tomaría el rumbo hacia el puerto, a un barco que lo llevaría a África, y Candy, iría hacia el hospital Mary Jane. Candy abrazó fuertemente a Albert. Presentía que pasaría mucho tiempo antes de volver a verlo; además, se sentía temerosa, pues la guerra era cada vez más cruel, y Albert corría el riesgo de ser víctima de ella.Albert sacó de su maleta un bulto envuelto. Se lo entregó a Candy diciéndole que era muy importante que Candy lo tuviera, y lo leyera. Le pidió con insistencia que lo revisara con mucha atención, y que por cualquier duda que le surgiera, que solamente le escribiera una carta.Candy le agradeció nuevamente todas sus atenciones y lo hizo prometer que se cuidaría, y que mantendrían correspondencia. Albert, por su parte, le recordó a Candy la promesa aquella que habían hecho alguna vez en el parque, en la que se compartirían todos sus problemas, y juntos seguirían adelante. Albert la abrazó y le dijo que siempre sería su amigo y su hermano en quien podría confiar incondicionalmente. Que él siempre seguiría al cuidado de ella, como lo había estado a lo largo de toda su vida.Es así como Candy partió a una vida de enfermera diplomada al hospital de Mary Jane, separándose de su amigo Albert, quien se alejaba a una vida de negocios y medicina, en la lejana y extraña África.Mientras el barco se alejaba de su amada América, Albert pensaba en su amiga Candy. Había disfrutado tanto el tiempo que había vivido con ella en Chicago durante sus días de amnesia, que había llegado a quererla más que como una simple amiga. Pero era por ese mismo motivo el que Albert no quería quedarse en América y distraer a Candy. Necesitaba un tiempo a solas para pensar y reflexionar sobre lo que realmente sentía por Candy. Habían pasado tantas cosas juntos, que Albert no quería que Candy fuera una vez más lastimada por él. Así, mientras la lejana América desaparecía en el horizonte, y con ella, su querida Candy, Albert se disculpaba con su amiga en sus pensamientos... "Perdóname por dejarte, Candy. Pero necesito tiempo, y tú también. Algún día nos volveremos a encontrar, y las cosas serán diferentes para nosotros. Espero que mi regalo sea de alivio y consuelo para ti. Pronto lo entenderás. Adiós, amiga".Mary Jane recibió alegre a su torpe ángel blanco. Candy no perdió el tiempo y pronto se puso a trabajar con sus antiguas amigas enfermeras. Era tanto el trabajo que Candy no sentía que el tiempo pasara tan rápido. La guerra y las enfermedades traían grandes ocupaciones y retos a los médicos y enfermeras por igual.El tiempo transcurría tan rápido en el hospital, que Candy había olvidado por completo el obsequio de Albert. Fue al final de un día agitado que Candy recordó el dichoso obsequio. Se enojó consigo misma por haberlo olvidado por tantos días. Pronto lo buscó entre sus cosas, encontrándolo. Candy se sentó en su escritorio del dormitorio, abrió con cuidado el obsequio, y se dio cuenta que era el libro de genealogías de la familia Andrey. Era el mismo libro de la historia de los Andrey que alguna vez había comenzado a hojear en la mansión de Lakewood por mandato de la tía abuela, cuando niña. También venía anexa una carta. Candy leyó las instrucciones de Albert, que eran muy insistentes en que leyera el libro y pusiera especial atención en todos los miembros de la familia y en los nuevos datos que él mismo había recopilado en la parte final durante todo el tiempo que había estado de incógnito. Candy llegó a la conclusión de que el deseo de Albert tenía como objetivo que Candy llegara a conocer la historia exacta de su familia para poder ser una miembro de la familia Andrey. "...Albert!"En ese preciso momento, los pensamientos de Candy fueron interrumpidos por la llamada de atención desde afuera del pasillo del hospital. "Enfermera Candy, apague la luz!". Candy decidió leer el libro en su día de descanso: faltaban tres días más. Sintiéndose un tanto curiosa y expectante por saber lo que contenía aquel libro, Candy lo guardó con cuidado y cariño, recordando las palabras de Albert: "Candy, es muy importante para mí que lo veas y lo tengas".

Candy durmió con un poco de ansiedad, esperando que llegara su día de descanso para finalmente poder descubrir lo que Albert había escrito... ¿Cuáles serán los nuevos datos que Albert incluyó en el libro? Se preguntaba...

FINAL de Candy, para todas y todes los soñadores!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora