E.139 Una propuesta inesperada

51 3 0
                                    


Stear y los otros ya se habían adelantado a Lakewood. Mientras salían Terry y Candy del camerino de Eleanor Backer, los fans de Terry los rodearon. "¡Terry Granchester! ¡Terry Granchester!", todos gritaban, tratando de llamar la atención del joven gran actor. Candy, abrumada y apretujada por la gente, no pudo permanecer sujeta al brazo de Terry, tropezando, y cayendo al suelo. "¡Terry!", exclamó Candy. Terry se dio cuenta, y regresó para ayudarla. Cuando Candy miró los grandes ojos azules y la amable sonrisa en el rostro de su querido Terry que acudía en su ayuda, se sintió aliviada, mientras las flores rojas y los pétalos caían sobre ellos."Vamos, Candy. Sujétate bien". Cuando se incorporaron, Terry se dirigió a la audiencia: "Discúlpenme. Pero mi dama y yo tenemos un compromiso muy importante y tenemos que partir". Candy enrojeció y se sonrió, escuchando la manera como Terry se había referido de ella. "Pronto nos veremos. ¡Hasta entonces!" Terry comenzó a caminar entre la gente, pero ésta apretujaba cada vez más, que la mano de Candy se comenzó a soltar de nuevo. Terry entonces se detuvo, y cargó en sus brazos a Candy, quien se sorprendió de tal resolución que había tomado su amigo.Por fin llegaron al auto de Terry, y éste bajó a Candy con mucha gentileza, introduciéndola al carro. "Terry es todo un caballero", pensaba Candy. Los fanáticos del actor se quedaron boquiabiertos. "¿Quién podrá haber sido aquella joven pecosa que acompañaba al actor, y que éste, tan fervorosamente, cuidó?", la gente se preguntaba..."Vamos, Candy. Pronto te acostumbrarás a esto. Vámonos de aquí". "¿Me acostumbraré...?", se preguntó Candy...Ya oscurecía cuando Terry y Candy viajaban hacia Lakewood, en el carro de Terry. Después de un momento de silencio, Terry lo interrumpió: "¿Sabes Candy? Ahora sé porqué actúas tan bien como Tarzán pecoso!". Los pensamientos de Candy fueron interrumpidos por la broma de Terry. "Candy, ¿Te acuerdas cuando te disfrazaste de Romeo y de Julieta y engañaste a la hna. Grey y a la mismísima Elisa? ...Candy, llevas la actuación en tu sangre. Me alegro, Candy". Candy no había pensado en eso. Mientras Terry conducía rápidamente de regreso, Candy observaba la fotografía que Eleanor le había regalado; fotografía de uno de los elencos de una obra de teatro, donde salía Ethan Mckanzy. Era un hombre alto y fornido. Sus ojos eran verdes también, pero su cabello no era rubio ni rizado, sino castaño y un poco desordenado. Su sonrisa... su sonrisa tierna y amable reflejaba su espíritu tierno y cooperador... Ya sabía porqué su madre Mariane se había enamorado de Ethan Mckanzy. "¿Sabes Candy? Deberíamos casarnos. Tendríamos una casa de campo donde tendríamos todo tipo de animales. Pero también, tú nos podrías ayudar de vez en cuando en la compañía de teatro como enfermera... ¡o como actriz! De todos modos, tú sabes actuar bien, Candy." – "¡TERRY!", lo que acababa de decir Terry, había sido muy sorpresivo para Candy. De pronto, Terry detuvo el coche por la carretera del lago Michigan. "Ven, Candy, baja". Candy, preguntándose qué le pasaba a Terry, accedió a acompañarlo. Terry llevó a Candy al mirador donde se podía admirar el hermoso lago Michigan, alumbrado por la luz de la luna.La suave brisa de verano se respiraba en el ambiente cálido y romántico. Terry miraba hacia el horizonte. "¿Qué dices, Candy?", continuó Terry, volteando a ver a Candy con sus grandes ojos azules. –"¿Aceptarías casarte conmigo?" Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Candy. No podía pensar, no podía hablar. Terry la abrazó. Con un tono ya no tan juguetón, le dijo que ahora no la dejaría ir jamás, y se culpó de no haberlo hecho antes, desde el primer momento que se habían reencontrado en la estación en Broadway. "Discúlpame por no haber luchado por ti, Candy..." "¡Terry!, Terry!"Terry volvió a mirar a Candy, quien estaba a punto de pronunciar palabra. "No digas nada, Candy. Este es el momento con el cual soñé... Desde el primer momento que te vi en aquella espesa niebla en el barco, te he querido. Te amo, y no pienso dejarte ir. Respóndeme, por favor, Candy. ¿Te casarías conmigo?" Candy miró a Terry. Ella sabía que Terry realmente amaba a Candy. Y ella... se había dado cuenta que nunca había dejado de amarlo. Sonrió, y, abrazando a su muchacho: "¡Sí, Terry! ¡Sí me casaría contigo!"
Terry cargó a Candy, mientras reían de felicidad. Nunca más la dejaría ir, y se encargaría de ella durante toda su vida. Terry había recuperado el corazón de Candy una vez más y estaba dispuesto a pelear por él. No la dejaría de nuevo sola. Terry estaría con Candy para siempre.

FINAL de Candy, para todas y todes los soñadores!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora