𝓣𝓻𝓮𝓪𝓽 𝔂𝓸𝓾 𝓫𝓮𝓽𝓽𝓮𝓻 ~Enzo y Julián~

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Julián y Enzo con Olivia salen de la pileta para irse a cambiar. Luego de un rato Enzo sale del cuarto vestido de conjunto de river que en vez de estar en su boda parecía ir a la cancha y se encuentra con Julián, quien estaba vestido con una remera de futbol con el apellido Fernández y de pantalones formales de Spiderman. Enzo se ríe al verlo y le dice:

— Mirá vos al cordobés, ¿qué onda con esa remera?

— ¿Y qué querés? Me la regaló tu mamá, ¿no te acordas?

— Ah, sí, verdad. Mi mamá no entiende nada de moda

— ¿Y qué onda vos con ese conjunto de River, loco? En vez de estar en tu boda parecés que vas a la cancha

— Jajaja, no me importa, a mi River me corre por las venas

Olivia se acerca corriendo hacia ellos y salta en los brazos de Enzo.

— ¡Papá, te ves muy lindo!

— Gracias, hija, vos siempre me hacés sentir bien.

Julián los mira con ternura y dice:

— Che, chicos, ¿qué tal si seguimos disfrutando de la fiesta?

— Dale, vení, vamos a tomar algo y a bailar un rato más — responde Enzo.

Los tres se dirigen a la fiesta para seguir disfrutando del momento. Luego de unas horas todos se reunieron en el patio de la finca para ver los fuegos artificiales. Enzo y Julián estaban juntos, sosteniendo a Olivia entre ellos.

—¡Esto va a ser increíble! — exclamó Enzo emocionado mientras se ajustaba su gorra de River.

—¿Estás listo, Julián? — preguntó Lautaro Martínez, uno de sus amigos futbolistas.

—¡Por supuesto, vamos a disfrutarlo! — respondió Julián, con una sonrisa en su rostro.

Mientras tanto, los niños estaban jugando con las estrellitas, y Olivia se había quedado dormida en brazos de Julián.

—¿Qué le pasó a Olivia? ¿Se durmió? — preguntó el dibu Martínez

—Sí, está cansada, la llevamos corriendo y jugando todo el día— respondió Julián, acunando suavemente a su hija

Los fuegos artificiales comenzaron a explotar en el cielo oscuro y todos comenzaron a aplaudir y gritar emocionados. Mientras tanto, Enzo estaba abrazando a su familia, gritando y saltando cada vez que un fuego artificial explotaba.

—¡Esto es lo mejor que me ha pasado, Julián! Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo— dijo Enzo, con lágrimas en los ojos

—Yo soy el que debería agradecer, mi amor— respondió Julián, besándolo suavemente en los labios

Mientras tanto, los fuegos artificiales seguían explotando en el cielo, creando un espectáculo de colores y luces impresionante. Todos se abrazaron y se rieron juntos, disfrutando del momento especial. Pero todos notaron que no estaban ni Aimar ni Scaloni.