🤗

156 11 0
                                    

Enzo se encontraba en un supermercado en Alaska, mirando los estantes con poca atención mientras sostenía su teléfono móvil en la mano. De repente, decidió que era momento de llamar a Olivia y comprobar cómo estaba. Deslizó su dedo sobre la pantalla y la videollamada se estableció en segundos.

—¡Hola, papá! — exclamó Olivia con una gran sonrisa al ver a su padre en la pantalla—¿Dónde estás?

—Estoy en Alaska, hija— respondió Enzo con una sonrisa forzada—¿Y tú, ¿cómo estás? ¿Cómo están tus abuelos?

—Estamos bien, gracias por preguntar— respondió Olivia, todavía sonriendo. De repente, se escuchó una música suave y lenta en el supermercado—Papá, ¿qué es ese sonido?

Enzo se sobresaltó y miró a su alrededor, confundido. Luego se dio cuenta de que la música estaba saliendo de los parlantes del supermercado. Era la canción "A thousand years" de Christina Perri, la misma canción que solía escuchar con Julián.

—Es sólo una canción, hija— dijo Enzo, tratando de mantener la calma mientras sentía cómo su corazón se aceleraba—¿Recuerdas a tu amigo Dibu?

—Sí, ¿por qué lo preguntas? — respondió Olivia, sin entender

—Me dijo que escuchar esa canción me hace recordar a alguien que amo mucho, pero que también me recuerda que debo seguir adelante— explicó Enzo con voz temblorosa—Así que eso es lo que voy a hacer. Voy a seguir adelante

Olivia frunció el ceño, preocupada por su padre—¿Estás bien, papá? ¿Qué está pasando?

—No te preocupes, hija— dijo Enzo, tratando de sonreír—Sólo extraño a alguien, pero estoy bien. Te amo mucho

—También te amo, papá— respondió Olivia con una sonrisa triste

Enzo cortó la videollamada y se quedó parado en el supermercado, mirando hacia el horizonte con la canción aún sonando en los parlantes. Recordaba los momentos felices que había compartido con Julián, pero también recordaba la violencia y el dolor que había experimentado en los últimos años. Decidió que era hora de dejar atrás todo eso y comenzar de nuevo en Alaska, lejos de todo lo que lo había lastimado.

(...☆☆☆...)

Enzo, después de la videollamada con Olivia, fue a pagar sus compras en el supermercado cuando se sorprendió al ver a su esposo, Julián, como cajero. Al verlo, Enzo no supo qué hacer y decidió correr tras él. Julián, asustado, corrió hacia un callejón sin salida donde Enzo lo acorraló.

—¿Qué mierda haces acá, Julián? ¿Cómo estás acá? — preguntó Enzo con la respiración agitada

Julián, sin responder, se quedó mirando hacia abajo, como si no tuviera fuerzas para hablar. Enzo, viéndolo tan vulnerable, no pudo evitar acercarse a él.

—¿Por qué me dejaste? ¿Por qué te fuiste sin decir nada? — preguntó Enzo con voz entrecortada, aún sin entender por qué Julián había desaparecido sin dejar rastro

—Lo siento, Enzo, no sabía qué hacer. Tenía miedo— respondió Julián con la voz temblorosa

Enzo no pudo evitar abrazar a Julián, que correspondió al abrazo. De repente, Enzo sintió que Julián lo besaba apasionadamente, como si fuera la última vez.

—No te vayas nunca más, por favor— suplicó Enzo

Julián no respondió, simplemente lo besó de nuevo. Los dos se besaron apasionadamente en el callejón hasta que se dieron cuenta de que debían volver al mundo real.

—Vamos a casa, mi amor— dijo Enzo con una sonrisa en el rostro

Los dos se dieron la mano y salieron del callejón juntos, como dos enamorados adolescentes.

(...☆☆☆...)

Enzo y Julián llegaron a la casa en silencio. Después de tanto tiempo sin verse, las palabras parecían desvanecerse. Pero al llegar a la casa de Julián, tomaron mates y empezaron a hablar.

—¿Y cómo anda mi princesita? — preguntó Julián

—Olivia está bien, creciendo rápido como una enredadera— respondió Enzo con una sonrisa, pero Julián rápidamente sus ojos se humedecieron

—Lo siento, Enzo. Siento haberlos dejado así— dijo Julián con la voz entrecortada

—Shh, no digas nada más— dijo Enzo mientras abrazaba a Julián—No te culpes por nada. Yo te amo y siempre lo haré, no importa lo que pase

Julián sollozó en los brazos de Enzo, dejando que todas sus inseguridades y miedos salieran a la superficie. Enzo lo besó en la frente y lo acarició suavemente mientras hablaban de todo y de nada. Al final, decidieron ver una película de Spiderman juntos, como en los viejos tiempos.

—¿Recuerdas cuando fuimos a ver la película al cine, y te reíste tanto que casi escupes la coca cola? — preguntó Julián con una sonrisa

—Sí, y luego nos comimos dos hamburguesas cada uno— respondió Enzo riendo

Así pasaron la noche, riendo y recordando juntos. Todo parecía encajar como las piezas de un rompecabezas. Enzo y Julián se encontraban en la habitación, mirándose a los ojos con esa complicidad que solo surge entre dos personas que se han amado y se aman aún. Después de tanto tiempo separados, parecía que el tiempo no hubiera pasado y que su amor seguía intacto.

— Che, ¿y si hacemos el amor? — propuso Enzo, con su voz ronca y su acento porteño bien marcado

— Dale, turrito, hace mucho que no nos pegamos una buena cogida— respondió Julián, con su tonada cordobesa característica

Se besaron apasionadamente y comenzaron a desnudarse lentamente, disfrutando de cada momento juntos. Cuando estuvieron completamente desnudos, se abrazaron con fuerza y comenzaron a besarse de nuevo, esta vez con más intensidad.

— Te amo, Julián— susurró Enzo mientras le mordía el cuello

— Yo también te amo, turrito— respondió Julián, mientras se retorcía de placer

Hicieron el amor con tanta pasión y delicadeza que Julián sintió que su cuerpo no aguantaba más. Le dolían las caderas y el cuello por las mordidas de Enzo, pero aun así no quería que ese momento terminara.

𝓣𝓻𝓮𝓪𝓽 𝔂𝓸𝓾 𝓫𝓮𝓽𝓽𝓮𝓻  ~Enzo y Julián~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora