Entonces allí estaba, 25 minutos después, frente a la puerta de su departamento, un precioso ramo de tulipanes morados y peonías rosadas, que había comprado, porque sí él quería que Jungkook siguiera con sus planes, él pondría un poco de su parte así que, dispuesto a también sorprender a su dulce chico, había tomado una muda de ropa y bajado al piso siguiente, donde vivía una mujer mayor, su vecina de nombre JangMi, le había explicado su situación, bueno realmente solo le había dicho que acababa de salir de la universidad y quería sorprender a su novio con una cena romántica pero le habían cortado el agua en su departamento por problemas en su pago, pequeñas mentirillas blancas, que le bastaron a la amable mujer, lo dejó pasar y él tomó una ducha rápida, se perfumo con esa colonia que solía usar en ocasiones especiales y que sabía le encantaba a Jungkook, el suave aroma a bosque entremezclado con pequeñas notas frutales muy tenues, le daban ese realce a su masculinidad dejando clara su jovialidad, sonrió una vez se vistió con esos pantalones blancos, su camisa de igual manera blanca arremangada hasta sus codos, se colocó también un cinturón blanco y por último unos zapatos de vestir en exactamente eso, blanco, un tiempo atrás Jungkook la había dicho que le gustaba como lucía con el blanco así que, ese era un buen momento para vestir de aquel tranquilo color que realzaba su tez canela, finalmente ya listo se vió en el espejo de cuerpo entero que la mujer mayor poseía en el baño, sonrió satisfecho arreglando un poco su cabello, porque ¿A quien iba a engañar? No iba a ser modesto, tenía buen cuerpo, lo suficientemente musculado sin ser demasiado exagerado, más bien estaba marcado en las zonas adecuadas, su trasero que por suerte estaba bien dotado resaltaba bien en aquellos pantalones, le parecía una excelente propuesta que, sí su pareja se tomaba el tiempo de arreglarse y ponerse bonito para él, de igual forma él hiciera lo mismo, ponerse atractivo realzando aquellos atributos que sabía al menor le atraían, una relación era 50 - 50 un dar y dar, sí su pareja daba la mitad, él debía poner la otra, por supuesto ya había actuado lo suficientemente mal ignorando las insinuaciones del rubio, que estaba seguro le costaron largos momentos de preparación mental, cosa que en su momento no tomó ni un poco en cuanta y ahora se arrepentía, porque el hecho de que Jungkook estuviese dando este paso él solito, despues de aquel feo bache, era algo para enorgullecerse y vaya que lo estaba, su dulce chico lo estaba haciendo de maravilla.
Así que con aquello en mente salió agradeciendo a la mujer mayor, para sin más preámbulos ir a una floristería cercana para buscar una de las flores favoritas de Jungkook, aunque realmente él era un apasionado por la naturaleza y siempre decía que no podía elegir solo una, es por ello que después de aquella pequeña travesía en la que se dispuso igualmente sorprender a su novio, se encontraba allí frente a la puerta del hogar que ambos comparten, con las bonitas peonías y los delicados tulipanes combinados en un precioso ramo que sostenía en su mano izquierda, inhaló y exhaló sintiéndose repentinamente nervioso, pero excesivamente emocionado, efusivo y ansioso de entrar y encontrarse con su pareja después de aquella pequeña discusión.
Suspiro dejando salir el aire retenido en sus pulmones y sin más introdujo la llave, abriendo así la puerta, su sonrisa cuadrada resplandeciendo en su rostro al momento en que el suave aroma dulce que sabía pertenece a las cremas que normalmente usa Jungkook inundó sus fosas nasales, inhalo hondo el aroma en el aire, tenue, pero persistente sabiendo que él estaba cerca, chocolate y fresas era una combinación exquisita, sin embargo el silencio le dió la bienvenida más allá del rico aroma, cerró la puerta, caminando hacia la habitación más se detuvo al pasar por la puerta del comedor, viendo una figura roja sentada a la mesa, supo que el menor estaba nervioso porque tenía esa mirada clavada en algún punto de la mesa, como si estuviese perdido en lo más recóndito de su mente develando los más profundos secretos de la creación del universo, una cara de shock dirían las personas extrañas al chico, pero a él le gustaba llamarle "insondable apotegma" para los menos letrados o aquellos que preferían palabras más sencillas, era profundo pensamiento, su chico a veces se metía mucho en su mente, a veces le encantaría saber que tanto pasaba en esa bonita cabecita rubia, pero por ahora solo se encargaría de sacarlo de su trance sin matarlo del susto, así que sabiendo que no lo había oído entrar, chocó suavemente sus nudillos contra el umbral de la puerta, tocando un par de veces, hasta que el menor posó sus ojos en él, se recompuso en su lugar y sonrió amplió para él y por él.

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Room Love {TaeKook}
Fanfiction¿Que pasa cuando dos mejores amigos, demasiado tontos para darse cuenta de lo que siente el otro, deciden vivir juntos? Compartir más allá de solo el departamento o la habitación, los llevará a cuestionar y arruinar varias cosas ¿lograrán finalmente...