Noah no dejaba de mirar en dirección a Cloe mientras esta terminaba de preparar la cena.
Sirvió a los señores en el salón y luego, regresó para servirle su plato a él.
En el momento en el que depositó su plato en la mesa, él la cogió de la muñeca suavemente impidiendo que se aleje.
Ella le miró sorprendida.
- no se vaya - le dijo en bajito.
Pero ella sin responder intentó alejarse.
Pero él lo impidió.
- por favor
- están los señores en casa, podrían oírle - susurró con un suspiro manteniéndole en todo momento la mirada aguda.
- hablo lo suficiente bajo para que no me escuchen
Ella no respondió a eso.
- quédese
- no puedo
Finalmente se zafó y se fue con paso firme dejando al capitán solo y malhumorado.
Ambos suspiraron.
Cloe en su casa, y él en la mesa de la cocina sin ninguna hambre que no sea ella.
El alemán salió al jardín a fumar.
No se podía quitar de la cabeza lo que había vivido con la señorita Caron.
Sabía que estaba mal, pero la sensación de tenerla en sus brazos, de poseer su boca y de ella recibiéndolo con pasión y ganas... le consumía de todas las formas posibles.
Fumaba afectado.
Se oyeron pasos.
Él se giró y la vio.
A la ladrona de toda su razón.
Se miraron.
Deseosos.
Ansiosos.
Cautelosos.
- ¿se va a acostar ya, señorita Caron? - fingió su papel algo exagerado. - pase buena noche si es que puede - dijo lo último gruñendo porque estaba claro de que él no podría mientras tiraba la colilla al suelo con desgana.
Cloe siguió mirándole sin decir nada.
Noah suspiró, luego miró hacia las ventanas oscuras de la casa.
- ¿los señores duermen?
Ella asiente muy lentamente con ojos brillantes.
Noah le mantuvo la mirada.
Y una vez más, lograron entenderse.
El cuerpo de la joven mujer francesa chocó con la pared de la casa mientras rodeaba con sus piernas las caderas del capitán y con sus brazos su cuello apretándolo más a ella.
Se consumían con la boca.
Se devoraban.
Noah pasó sus grandes manos por cada parte del cuerpo de ella, espalda, piernas, brazos, cara...
La tenía en sus brazos mientras la besaba hasta casi llegar a su garganta.
Cloe soltaba gemidos de placer que él se encargaba de ahogar con su intenso beso.
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Un capitán alemán se enamora de un criada francesa
RomanceNoah es un teniente alemán temido por cualquiera que le conozca. Es poderoso y terrorífico, leal a sus ideales. Es enviado a Francia, donde los soldados de su escuadrón en una noche de juerga, le traen a una pobre chica francesa para que disfrute...