El chico del salón de al lado.

Gracias Odette.

-JOSEPH-

Al inicio de los partidos noté a Odette un poco tensa pero la fui empujando poco a poco a que saliera de su zona de confort.

Hubo un momento en donde Odette ni siquiera parecía ella misma, parecía que tenía sed de ganar sí o sí, admito que ver eso en ella me gustó tal vez un poco más de lo que debería.

Cada que Odette hace un movimiento brusco o simplemente hace algún movimiento es algo inminente que sus pechos se muevan por la gravedad, Alonso la miraba de manera que no pasó desapercibida mi, aproveché la oportunidad y lo parché.

Aunque me amonestaron sentía orgullo todavía, ver a Odette jugar era como ver a su versión concentrada, era divertido ver hasta cuando fallaba porque hacía cierta expresión con su cara.

Cada que ella hacía saques lograba tirarlos a diferentes zonas de la cancha contraria, unos saques que parecían que no cruzarían les dio ventaja al equipo del turquesa y fueron puntos asegurados.

Noté entre ratos a Odette incomoda con el chico que me suplantaba, pero a pesar de eso ella lo hizo muy bien.

Estaba tan entretenido viendo a Ode... digo, al partido que no noté que Kala se me acercó.

-¿Te gusta mucho verdad?

-¿Disculpa?

-Perdón si te incomodé pero ví como la miras y me hace feliz que al fin encontraste a alguien que siente lo mismo por ti, ayer me encontré con ella y se ve que es muy agradable, si yo no tuviera novia ahora posiblemente hasta estaría detrás de esa chica.

-Es muy agradable, en todos los aspectos, le gusta hablar mucho pero igual le gusta escuchar, ¿Dijiste que siente lo mismo que yo? ¿Te habló de algo?

-No me lo dijo explícitamente pero supongo que es cierto, no tengo pruebas pero tampoco dudas, de hecho supongo que supo del rumor de que somos ex's a pesar de eso, se dio la oportunidad de conocerme.

-Así es ella, es de la clase de personas que les da miedo dar el primer paso y me gusta saber que la puedo ayudar en ese aspecto.

-No la dejes ir, solo vivimos una vez, pronto iremos a la universidad, disfruta el tiempo que te queda, me voy, Amanda y yo iremos con los chicos y chicas del equipo a tomarnos fotos.

No he visto a Amanda desde hace tiempo.

-Nos vemos.

-Ya puedes entrar -me dijo el árbitro-.

-No se preocupe, gracias por la oportunidad pero deje que el chico juegue, se ve que lo disfrutó.

Realmente no entré porque quería poder seguir viendo a Odette sin interrupciones.

Cuando ella hizo el remate final me paré del asiento eufórico hasta que ella cayó.

Okay Odette, tú puedes, levántate.

¿Por qué no se mueve?

El equipo la rodeó intentando reanimarla.

Me colé entre ellos y cuando estaba enfrente de Odette ella todavía tenía los ojos abiertos.

Junto con Guillermo nos arrodillamos frente a ella y le empezamos a hablar para que intentara seguir consiente.

-¡Odette! No te duermas, por favor sigue despierta, no te duermas.

Su nariz empezó a gotear sangre.

Recordé que una de las comadres de mi abuela me dijo que cuando a alguien le sangra la nariz no hay que dejar que su cabeza esté tan atrás porque se puede atragantar con su propia sangre.