¿Jugamos?

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Cuando regresamos a la casa a dejar la harina y a despedirnos ya estaban las comadres de la abuelita, intentamos salir rápido pero cuando la comadres reconocieron a Joseph no lo querían dejar salir.

De mientras fui a la cocina por mi mochila para ya irnos, todavía tenemos una hora antes de que sirvan la cena pero decidimos no arriesgarnos más a ser descubiertos.

-Hijito, tú mamá me llamó pero ya lo solucioné, no sé meterán en problemas así que vayan tranquilos, y visítenme pronto, mijita toma, supe que te gustaron mucho mis galletas -dijo dándome dos bolsas con galletas-.

-Muchísimas gracias, cuídese mucho.

-Nos vemos abuelita gracias por todo.

Caminamos juntos de regreso al campamento, ya eran más da las cinco de la tarde aproximadamente y la profa Mayela nos vió.

-¿Quien les dio permiso de salir?

-Mamá, fui con mi abuela, no estuvimos tan lejos.

-Ya sé, le llamé, la próxima vez tienen que avisar, estaba muy preocupada, dejaré pasar esto por alto pero que sea la primera y última vez que descubro que hacen esta clase de cosas, no te tenía en este concepto Odette.

Ay no.

-Mamá, no pasó nada, tranquila.

-Sí pasó, cuando faltaste a la competencia de natación me preocupé mucho y tardé una hora hasta saber dónde estabas, también buscaron a Odette pero sus amigas dijeron que se estaba bañando y que siempre tarda.

-Perdón profa, le juro que es la primera y última vez.

-Espero que así sea, vayan al auditorio.

No nos pudimos saltar el culto de la tarde, ya que se alargó.

-Oye, ahora que lo recuerdo, toma.

Le di una pulsera de varios colores, que me gustó desde que la ví.

-Gracias, no tenías que molestarte.

-Para nada, considéralo un gesto desinteresado de amistad.

Nos sentamos juntos y cuando terminó fuimos a cenar, nos encontramos a las chicas y a memo y les contamos todo lo qué pasó, bueno, casi todo.

-Memo cuéntales -dijo Emma codeandolo-.

-¿Ganaste?

-Sí, Alonso y yo ganamos en nombre de los rojos pero por separado yo gané el primer lugar de la competencia.

A diferencia de las veces pasadas Joseph no reaccionó molesto al escuchar el nombre, si no más bien se mantuvo tranquilo jugando con su comida.

Terminamos de cenar y empezamos a caminar sin rumbo todos en grupo.

-Oye, con respecto a lo que te conté, no lo hice para que tu amistad con Alonso se vea afectada, solo lo conté porque me inspiraste confianza y supuse que querías saber -me dijo Joseph mirándome- mis problemas con él no tienen por qué ser tuyos también.

-Tranquilo, a final de cuentas si nuestra amistad sigue o se acaba no habrá sido por tu culpa, tengo cierto conflicto interno al respecto pero su pelea no es la mía -dije mirándolo-.

Mentiría si dijera que le tengo la misma estima a Alonso pero a final de cuentas, una vez que el campamento termine nunca lo volveré a ver.

-Gracias por ser tan comprensiva.

-Ni lo menciones.

-Oigan si se van a besar váyanse a otro lugar -Dijo Memo burlesco-.

-Perfecto, vamos Joseph -le respondí de la misma forma a Memo tomando el brazo de Joseph-.

El chico del salón de al lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora