Noche de karaoke.

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Por jalarle el pelo a Daniela me sancionaron tres semanas mi papá al verme muy mal por la situación no me regañó, al contrario, se mostró muy comprensivo y repetía la frase:

-"Mucho cuidado con los hombres cabrones, hasta la palabra hombres les queda grande, mijita no te desanimes, eres verdaderamente preciosa por fuera y por dentro si llega tu indicado que bien y si no también, no hay mal que por bien no venga"

Mis amigas querían matar a Joseph cuando les conté.

Y Memo igual se exaltó demasiado cuando supo lo qué pasó.

Alonso de alguna manera lo supo y vino por una semana a ver cómo estaba porque inició su año sabático antes de entrar a la universidad, algo me explicó de que en vez de llevar semestres tiene cuatrimestres y eso le permitió terminar el bachiller antes.

Mi papá cuando supo que Alonso venía a visitarme al principio se mostró muy sobre protector y lo entiendo pero eventualmente hasta me sentí celosa de que mi papá empezó a ver al pelirrojo como el hijo que nunca tuvo, Teo se la pasa atragantándose con la lengua de mi hermana, Joe y yo salíamos de la casa todo el tiempo y la convivencia con mi papá se reducía a la estrictamente necesaria.

Desde que Alonso y mi papá despiertan solo tocan guitarra, cocinan juntos, juegan ajedrez, de alguna manera mi papá se encariñó tanto en una semana que convenció a los padres de Alonso de dejarlo quedarse más tiempo con nosotros.

Este tiempo mentiría si dijera que superé a Joe, al tener tiempo libre lo único que hace mi mente es torturarse, ¿qué hice mal? No dejo de preguntarme eso.

-Deja de torturarte hermanita -dijo mi hermana quitándome el teléfono de las manos-, es más, borraré al usuario y lo bloquearé, no puedes seguir así.

-Apoyo a Gesy, si te la pasas viendo fotos de ese imbecil y acosándolo por internet solo te llenarás la cabeza de mierda -dijo Alonso desde el sillón comiendo sabritas y con una mascarilla de aguacate en la cara distraído viendo Hércules-.

-Cuñada, tu hermana tiene razón, la única que se está atormentando eres tú, y eres muy joven para esa mierda -dijo Teo de la misma manera que Alonso-.

-Oigan, no le enseñen groserías a la niña-dijo mi papá sentado en el sillón reclinable quitándose los pepinos de los ojos pra comérselos mientras Gesy le hacía pedicure-.

-Ay pa, como si Odette fuera una blanca palomita, pero volviendo al tema, ¿sabes qué? Hoy vamos a salir, hay que dejar esta depresión familiar de lado y hay que disfrutar nuestra juventud.

-Ay hijitas ya es muy tarde, son las ocho de la noche, ¿A donde van?

-Vamos a dar una vuelta, seremos responsables te lo prometo pa -dijo Gesy mientras le ponía crema a mi papá-.

-Está bien hijitas, se me cuidan mucho y regresan antes de las una de la madrugada.

-Gracias pa -lo abrazé junto a Gesy y por alguna razón sentí ganas de llorar de felicidad-.

-Alonso, apúrate y ya vete a cambiar para salir -Le dije levantándome del suelo viendo a mi amigo todavía concentrado en la película.

-¿Alonso igual va? -dijo mi papá con notable tristeza en la voz, admito que me siento un poco celosa-.

-Sí pa, te traeremos algo de cenar si quieres.

-Hijita, yo ya me voy a dormir, les dejo las llaves pero de todas formas llamen cuando vengan en camino.

-Nos vemos pa -lo abrazé y me fui a cambiar-.

-Nos vemos pa -lo abrazé y me fui a cambiar-

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El chico del salón de al lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora