La ultima noche todos juntos.

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Las chicas me mandaron mensaje para decirnos que si queríamos ir a su cuarto para hablar un rato antes de dormir.

Joseph y yo fuimos juntos y al llegar vimos a todos reunidos, algunas sentadas y acostadas en el piso y otras en el piso.

Él y yo nos sentamos juntos en el piso recargados en la orilla de la cama.

-¿Qué quieren hacer? -Joseph preguntó-.

-Pues pasar la noche, dormir y después prepararnos para ir a nuestras casas -dije mirándolo-.

-Tengo una idea.

-¿Otra? -preguntó Memo-.

-Sí, espérenme acá, déjenme pedirle permiso a mi abuelita.

-Sí, espérenme acá, déjenme pedirle permiso a mi abuelita

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Salimos de la casa y entramos a la cochera.

Hay una camioneta Jeep Wrangler color negro, aunque tiene un poco de polvo en el exterior es precioso.

-¿Te gusta? -me preguntó mientras los demás hablaban-.

-Obvio, este tipo de carros es mi carro soñado.

Amo a mi camioneta Chevrolet -bueno, la que me presta mi papá- y la verdad no sé de carros pero desde que descubrí que este tipo de carros existen he deseado y manifestado con toda mi alma ver uno o tener el mío propio.

-¿Quieres manejar? -me preguntó el chico a mi lado extendiéndome las llaves-.

-¿El oso vive en el bosque? -dije con una sonrisa en la cara aceptando las llaves-.

-Suban, iremos a dar vueltas por el poblado, no hay mucho pero es divertido.

-Cómo en los viejos tiempos -noté un dejo de nostalgia en la voz de Alonso-.

Yo me senté de piloto y Joseph de copiloto, había demasiado ruido ya que todos estaban cantando o hablando.

Y de repente todos se callaron.

-Odette, mira atrás -me pidió Joseph sorprendido-.

Empezé a ver por el espejo retrovisor y los laterales, sinceramente pensé que estaba siguiéndonos alguna clase de patrulla o algo, Joseph solo me repetía la petición y eso me alteraba más porque no me decía el porqué.

>>Odette, mira a atrás -me dijo susurrando pero gritando a la vez (¿eso es posible?), entonces me señaló hacia atrás pero en medio de nuestros asientos-.

Al mirar todos estaban impactados mirando a Emma y Paula besándose con un amor impresionante.

Sin darme cuenta pasé un bache sin disminuir la velocidad y eso las alertó.

Me estacioné rápido para ver la llanta pero antes de bajar todos estábamos en silencio, hasta quitamos la música.

Entonces Emma se empezó a reír y nos contagió la risa.

El chico del salón de al lado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora