Capítulo 6: La mudanza

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Como Yoongi le había prometido a sus padres, no se mudaría el día de su cumpleaños. Utilizó poco más de dos semanas para ir llevando cajas sin interrumpir sus funciones en el hospital que se habían duplicado luego de la renuncia del otro cardiólogo. Pero aquel viernes ya iba a ser, de manera oficial, su última noche en casa de sus padres.


Intentó no tocar el punto ya que su madre era muy sentimental, pero todos en la residencia Jeon sabían que la triste despedida llegaría de manera inevitable. Antes de sentarse a cenar, se recostó del mesón de la cocina con los brazos cruzados para hablarle a su hermanito quien preparaba la comida:


- ¿Mañana estás disponible, Kook?

- Sí, no tengo planes –contestó sin mirarlo mientras cortaba trozos de pollo que llevaría al asador- ¿Vamos a terminar de acomodar tu apartamento?

- No lo digas tan alto –mencionó mientras llevaba el dedo índice de su mano a sus labios- sabes cómo es mamá.

- Bueno sabes que es inevitable –respondió mientras alzaba los brazos- pero iré contigo siempre que después podamos salir a bebernos algo.

- Puedo comprar soju –le dijo por lo bajo sin que su padre escuchara- solo si mi hermanito hace de sus deliciosos dumplings.


Jungkook terminó de asar y volteó a ver a su hermano, guiñándole un ojo en complicidad antes de volver a enfocarse en la comida. En solo dos semanas, el menor ya había obtenido dos nuevas perforaciones en su rostro y otro tatuaje para acompañar a aquel ojo que por descuido consiguieron. Yoongi no estaba de acuerdo sin embargo ayudó a pagarlos; su mentalidad era de que con o sin permiso igual lo iba a hacer, como cuando tiñó de vinotinto su cabello, por ende prefería asegurarse de que fue en un sitio aséptico y profesional.


Los platos del bibimbap estaban siendo servidos por lo que el mayor solo se acercó a la nevera a buscar raciones de kimchi previamente separadas para colocarlas como acompañante mientras sus padres llegaban al comedor. Comenzaron a comer luego de una pequeña reverencia y fue Jiho, esta vez, quién rompió el silencio:


- Yoongi, hijo, supongo que después de hoy solo vendrás de visita.


Todos tragaron grueso ante la frase; el médico solo asintió con la cabeza mientras que Young-woo secó sus ojos en silencio, gimoteando por lo bajo. La enfermera retirada estiró su diestra para apretar a de su hijo mayor en un gesto reconfortante pero con dejo a despedida, sonrió sin que ese gesto llegara a sus ojos y siguió comiendo. Su esposo le hizo un gesto con el rostro a modo de felicitación por mantener la compostura.


- Actúan como si fuera a morir –dijo Jungkook con una sonrisa- realmente es a poco menos de veinte minutos manejando, pueden ser hasta diez si no hay tráfico.

- Lo entenderás cuando tengas tus hijos –le contestó su madre- no tienes idea de cuánto duele, a pesar de que sabemos que es la vida y su camino; luego te tocará a ti –dijo con un hilo de voz- y nos quedaremos solos su padre y yo.

- Mamá –le dijo con un pequeño puchero- yo nunca los dejaré solos.

- Nada de eso, Jeon Jungkook –intervino su padre- vas a estudiar, ser un chef profesional y hacer tu vida. Nosotros no somos anclas, queremos que ambos vuelen. Tu madre tiene razón, hoy es Yoongi y pronto serás tú. Luego vendrán solo a traer nuestros nietos a que vean a sus abuelos y seremos felices al ver como nuestras raíces dieron buenos frutos.

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