(Años antes. 3 días antes de que la Ballena zarpara a la expedición del continente oscuro).
Leorio condujo en algo parecido al modo automático, había una pequeña suspensión de la realidad al momento de salir de la última reunión que el día había implicado. A penas si había notado que aún estaba con la bata blanca rodeando su camisa, fue entonces entre tanto ajetreo mental y una ciudad tan borrosa como deslumbrante, que se presentó un hueco de familiaridad que lo hizo volver.
Frente a él se alzaba a unas dos cuadras el viejo e histórico Marriot's, entre algunos otros muros de vidrio y concreto, por un momento sintió un sabor a Whisky añejado bastante similar recorriendo su paladar y bajando por su garganta, ardiendo y caramelizando todo a su paso, pareció que su día se había alivianado lo suficiente en un sorbo de algún trago inexistente, o de un sentimiento líquido.
La asociación había contratado el servicio de alojamiento actual, y él, ante tal gesto de amabilidad que incluía un hotel 5 estrellas gratis con servicio a la habitación, no había presentado quejas. Sin embargo, el Marriot's venia con una carga emocional extraña que no lograba justificar. Es donde siempre se había quedado cuando llegaba a York Shin, la misma barra, la misma habitación (Casualmente siempre disponible), tenía parte de sus sello personal. También se había encontrado con Kurapika allí, esperaba para ese entonces que fueran más veces, pero así estaban las cosas.
Giro hacia su dirección, no había tenido suerte en el hotel conquistando el corazón de alguna linda chica, pero el Marriot's siempre venia con un porcentaje de vibra positiva que deseaba aprovechar. Una vez aparco en el estacionamiento bajo el edificio se desabrocho el cinturón, mientras observaba la magnificencia del edificio, de cierta forma no era para nada el más alto del lugar, mucho menos el más elegante, o el más actual. El edificio era antiguo, si bien podía ser caro o refinado, parecía más una guarida de hombres jubilados y viudas alegres, un conglomerado de anónimos que se paseaban por allí para gastar dinero. Olía a Channel, tabaco de calidad y papel tapiz viejo. De cierta forma le gustaba, era un acercamiento a un mundo exótico y pudiente, sin embargo, anónimo y discreto.
Se quito la bata, no atraería a nadie con esa cosa encima. No se puso la chaqueta, el sol acababa de ponerse en el horizonte de York, y podría haber desaparecido del cielo, pero no de la ciudad, Leorio camino y lanzo casual sus llaves al chico encargado de los vehículos, este le asintió a lo cual él sonrió de vuelta. El edificio contaba con un bar que se encontraba cerca del penúltimo piso, debido a que se quería aprovechar la vista magistral de la ciudad que nunca duerme, sería un viaje en ascensor de un par de minutos aproximado.
El ascensor fue compartido con dos tipos extraños y una mujer bastante atractiva, aunque algo mayor, no era que la edad le importara demasiado, después de todo por su apariencia más madura las chicas de su edad solían alejarse un poco, no era un pedófilo ni mucho menos, pero le ofendía y ponía de mal genio que su apariencia hiciese que le observaran como tal. Leorio probo suerte hablando con esta mientras el cubículo traspasaba los niveles de aquel conglomerado de ricachones, consciente de que probablemente mañana la resaca sería terrible.
Las puertas se abrieron y la elegante rubia ya había tomado la libertad de cogerlo del brazo mientras reía de sus ocurrencias, una mesa cerca de la ventana estaría bien por el momento, seria romántico y le daría un toque encantador, después de todo Leorio sabía que la iluminación nocturna resaltaba su buen ángulo. Como siempre el lugar estaba repleto, era difícil ver entre tanta gente, pero eso no importaba cuando lo que querías estaba frente a ti.
Sonaba una malgama de Jazz ya para ese entonces, habían pasado unas dos horas y unos 3 tragos de los fuertes, Leorio continuaba con perspicacia su hilarante coqueteo, su boca se movía bastante y su pequeña acompañante se retorcía entre vaivenes febriles de risa y lo que parecía ser un brillo de deseo.
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Perdidos en York Shin (Leopika)
RomanceKurapika se enfrenta a un nuevo desafío, mantener el territorio sagrado de los kurtas y los ojos que enterró allí hace años a salvo de las garras del estado y los privados que los desean, protegiendo las reservas y recuperando para protección lo que...